García Lorca fue ejecutado por «comunista, homosexual y masón»

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Federico García Lorca, el poeta más importante del siglo XX en España, fue ejecutado en plena Guerra Civil (1936-1939) por comunista, homosexual y masón. Fue fusilado y enterrado en una fosa común en el solitario barranco de Viznar, en el corazón de la sierra de Granada.

Esa es la versión que se infiere de los documentos oficiales de la dictadura de Francisco Franco, en un informe que realizaron en julio de 1965 y que se guardó en el archivo secreto del régimen.

El asesinato de García Lorca y el bombardeo a la población civil de la localidad vasca de Gernika, se convirtieron en dos de los símbolos de la barbarie del régimen franquista.

Los documentos, que fueron redactados por policías, agentes del gobierno y sicarios a las órdenes de las tropas franquistas, demuestran que el asesinato de García Lorca fue un acto premeditado y perpetrado en función de sus ideas políticas –socialistas y comunistas–, así como por su vinculación a la orden de masones de la logia Alhambra y a sus prácticas de homosexualismo y aberración, como señalan.

Ejecución en un barranco

La versión más defendida hasta ahora por varios historiadores –entre los que figuran Ian Gibson, Miguel Caballero y Pilar Góngora– sostiene que en la mañana del 18 de agosto García Lorca fue trasladado a un viejo caserón conocido como Las Colonias, que durante la República sirvió como lugar de vacaciones y recreo para niños humildes y que el bando fascista convirtió en centro carcelario que hacía las veces de antesala para el último paseo del prisionero antes de la ejecución. Ese día fue llevado a un descampado del barranco y ejecutado junto con tres personas más: el profesor de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadías y Juan Arcoyas Cabezas.

Desde entonces los restos mortales del poeta siguen desaparecidos. Los casi 40 años de dictadura hicieron imposible cualquier búsqueda o exhumación que sirvieran para aclarar cómo murió.

Ahora se cuenta con esos documentos, redactados por la policía franquista a raíz de una petición de un diplomático francés, el que a su vez realizó la gestión como intermediario de una escritora gala, Marcelle Auclair, que escribía una biografía de García Lorca.

Los restos siguen desaparecidos

El informe policial está fechado el 9 de julio de 1965 y tiene los sellos respectivos de las distintas dependencias públicas. Además de relatar de forma pormenorizada la detención y el informe secreto sobre el poeta, de quien los policías únicamente destacaron sus ideassocialistas, sus actividades de teatro popular que lo convertían, según ellos, en comunista, así como su pertenencia a la masonería y, ya en su vida privada, sus prácticas homosexuales y aberraciones.

La dictadura franquista siempre negó, incluso en voz de Francisco Franco, que tuviera alguna relación con la muerte del poeta.

Los documentos develan que, cuando fue detenido, García Lorca estaba en casa de los hermanos Rosales –sus amigos de la infancia y vinculados al movimiento falangista–, quienes intentaron interceder por él, pero los agentes no accedieron a dejarlo en libertad, con lo que se despeja la sombra de que fue delatado por alguno de sus amigos.

Tras la captura fue llevado en coche a las inmediaciones del lugar conocido como Fuente Grande y después relatan que García Lorca fue pasado por las armas después de haber confesado, siendo enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra, en un barranco. Hoy los restos de García Lorca siguen desaparecidos, ya que las tareas de búsqueda se interrumpieron a petición de la familia del poeta.

*Corresponsal delPeriódico La Jornada en España

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