Gas mortal contra la Primavera Árabe

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El gas CS tiene una vida útil de tres a cinco años, pero activistas en Bahrein y Egipto publicaron fotografías de latas usadas con fechas de producción que databan de más de una década atrás. Según ellos, con el tiempo el CS se desintegra y sus componentes químicos forman peligrosas sustancias derivadas.

Una preocupación es que en las latas de gas vencido se concentre malononitrilo. Cuando se lo calienta, este polvo ácido se degrada en cianuro de hidrógeno, un gas altamente tóxico, el mismo usado con efecto letal en la Alemania nazi.

Fuentes médicas señalan que los síntomas del envenenamiento con cianuro incluyen debilidad, náuseas y dificultades respiratorias. Las concentraciones más altas pueden causar pérdida de conciencia, seguida por convulsiones, temblores y apnea. Menos de un gramo de cianuro es mortal.

El neurólogo Ramez Moustafa, de la Universidad Ain Shams de El Cairo, observó el mes pasado muchos de estos síntomas durante sus visitas a hospitales móviles ubicados en la Plaza Tahrir.

"Mis colegas y yo vimos casos en que el gas lacrimógeno causaba convulsiones y movimientos involuntarios", dijo Moustafa a IPS.

"Aun en altas concentraciones, el gas lacrimógeno común no (afecta el) sistema nervioso. Según algunos informes, algunas personas fallecieron" por los ataques que les causó el gas, añadió.

Sin embargo, Kamran Loghman, expresidente de Zarc International, un fabricante de aspersores químicos no letales con sede en el occidental estado estadounidense de California, sostuvo que el gas lacrimógeno por lo general pierde efectividad y a veces ni siquiera logra despedir humo cuando expira, y que no se convierte en otro producto.

Según él, lo más probable es que los síntomas observados sean consecuencia de una exposición excesiva.

Desde que se inició la Primavera Árabe, las fuerzas de seguridad intensificaron el uso de gas lacrimógeno para contrarrestar la creciente tolerancia de los manifestantes a ese irritante químico, ya sea debido a una reiterada exposición o a medios físicos como máscaras antigás y gafas protectoras.

Algunos vídeos muestran a la policía antidisturbios reprimiendo manifestaciones con gas lacrimógeno, a menudo en espacios reducidos.

Dosis mayores de este gas pueden someter a un individuo a una concentración intolerable. En este sentido, algunos estudios señalan que, tras una exposición prolongada o intensa, el cuerpo humano metaboliza el gas CS como un cianuro mortal. Hasta ahora, los análisis de laboratorio no han arrojado conclusiones firmes.

Funcionarios del Ministerio de Salud de Egipto declararon que las latas de gas lacrimógeno que analizaron no contenían toxinas mortales. Análisis independientes presumen que el material utilizado en El Cairo contenía una mezcla de 2,5 por ciento de cianuro de bromo y arsénico, aunque esto no pudo verificarse.

*Periodista de Inter Press Service

 

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