Hablemos sobre la mentira

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Gisela Ortega*

 
Mentira es la afirmación de algo que no es verdad, un dicho falso con intención de engañar. Por cortesía, cobardía y, no en último lugar, por pura necedad las inventamos para salirnos de situaciones incómodas. A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se les califica de mentirosos/mentirosas. Un embustero es un ser que tiene cierta tendencia a decir mentiras. 
 
La tolerancia de la gente con estos individuos, habitualmente es muy pequeña, y a menudo sólo se necesita que se sorprenda a alguien en una falsedad para que se le asigne la etiqueta de mentiroso y se le pierda para siempre la confianza. Esto, por supuesto, es moderado por la importancia del hecho al que se refiere la mentira. Mentir implica un engaño intencionado, consciente.
 
Siempre que digo un pequeño embuste que puede ser inofensivo, me reprocho y me pregunto: ¿cuándo se dijo la primera argucia? Cuando uno se remonta a las Sagradas Escrituras encuentra que Pedro negó tres veces, desconociendo a Jesús, porque sintió vergüenza y para que no lo involucraran como aliado de alguien que predicando una nueva religión subvertía el orden de la época. Desde entonces lo ha hecho toda la gente en apuros.
 
Mentir está en contra de los principios morales de muchas personas y está específicamente prohibido como pecado en muchas religiones.  La tradición ética y los filósofos están divididos sobre si se puede permitir la mentira: Platón decía que si, mientras que Aristóteles, San Agustín y Kant sostenía que nunca se puede admitir.
 
El filosofo alemán, Leo Strauss -1889-1973- acentúo la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Así lo hicieron también los representantes de la filosofía política, desde Maquiavelo hasta la “mente noble” de Platón.
 
Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de otros muchos ámbitos de la vida social es algo virtualmente imposible, tal y como no pueden ser excluidas de las guerras que éstas mismas actividades, supuestamente, deberían prevenir.
 
Tipos de mentiras
 
Pese a que las mentiras están mal vistas, se ve como algo normal considerar que hay mentiras peores que otras.
 
San Agustín, distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y ayudan a alguien; las que surgen por el mero placer de mentir; las dichas para complacer a los demás en un discurso; las que no hacen daño y ayudan a alguien; las que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien; y las que no hacen daño y protegen la “puridad” de alguien.
 
Tomás de Aquino, por su parte, distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa, que considera pecados. Las mentiras útiles y humorísticas son pecados veniales, mientras que la maliciosa es pecado mortal.
 
Rarezas relacionadas con la mentira
 
Dentro de cualquier situación  en la que se dan siempre respuestas duales, si/no, blanco/negro, una persona de la que esta mintiendo consistentemente seria, de forma paradójica una fuente de verdad. Hay muchas paradojas de esta clase siendo la más famosa la que se conoce como la “Paradoja del Mentiroso”.
Epiménides fue un legendario poeta filósofo del Siglo VI a.C., a quien se le atribuye haber estado dormido durante cincuenta y siete años.
 
La paradoja de Epiménides esta relacionada con la filosofía y la lógica. Pertenece al grupo de las falsas, ya que aparenta auto contradecirse si se sigue una lógica, pero se puede demostrar que dicho razonamiento no es correcto.
Se atribuye a Epiménides, siendo el mismo cretense haber afirmado:
“Todos los cretenses son mentirosos”
¿Decía Epiménides la verdad?
 
La mentira en la ficción
 
En Pinocho, de Carlo Collodi, escritor italiano, el personaje de madera cuyo nombre da título a la obra es un muñeco de madera cuya nariz crece cada vez que dice una mentira.  
 
… Y la mentira piadosa
 
La mentira piadosa es la afirmación falsa proferida con intención benevolente. Puede tener como objetivo el tratar de hacer más digerible una verdad tratando de causar el menor daño posible. Suele ser utilizada simplemente para evitar fricciones innecesarias, secuelas o actitudes que pueden se desagradables para alguien.
 
Hay mentiras piadosas que no le hacen mal a nadie., como la aceptación de las acciones sobrenaturales de Santa Claus, dirigida a los niños con el fin primordial de lograr su felicidad.
 
En política, la mentira noble es asociada con la falsedad de los gobernantes destinada a preservar la armonía social. El filosofo griego,  Platón ya se refería a este tipo de mentira en La República.
 
Actualmente y con poca vergüenza las personas de ambos sexos se quitan la edad, por coquetería o por alguna razón, tal y como tener la esperanza de conseguir el empleo que buscan desde hace meses.
 
Cuando uno piensa en la verdad y en la mentira es posible que vivamos más en el cuento que en la autenticidad. Incluso, si nos van a solicitar un dinero para algo determinado hermanos y amigos comienzan contándote algo dramático para que el pedido resulte favorable. Si tienes la suma requerida y se las proporcionas lo agradecen con emoción. Pero es cuando te lo devuelven que nos informan que necesitaban ese dinero para algo muy distinto, pensando que si lo hubieran manifestado en un principio, no lo hubieran conseguido. Esto podría indicar que mentimos, porque no solo desconfiamos de los demás sino de nosotros mismos.
 
La gente engaña por disconformidad. A menudo señalan que les va bien cuando saben que no es así. Hay grupos, sobre todo en el ámbito de clase media que quieren hacer creer, aún cuando ahora están económicamente limitados, que provienen de grandes familias con recursos. 
 
En política la mentira noble es asociada a la falsedad de los gobernantes destinada a preservar la armonía social. El filosofo, griego Platón, y a se refería a esto en La Republica,
 
La pregunta acerca de si es conveniente engañar al pueblo fascinó a los pensadores políticos occidentales durante siglos. Blaise Pascal (1623-1662), matemático, físico y filosofo religioso francés, negó los derechos naturales, de contrato social y un derecho divino de los reyes, afirmando, en cambio, que luego del triunfo por la fuerza de un partido sobre otros para acceder al poder, es necesario hacer creer al pueblo que las leyes fueron instituidas en su beneficio. La mentira es necesaria porque es imposible gobernar siempre a partir de la fuerza y para que las leyes sean obedecidas.
 
Farabi (872-950, filosofo medieval de origen turco y Maimónides (1135-1204), médico, rabino y teólogo judío, inspirados en Platón, predicaron la moderación política del filosofo, frente a la imprudencia de Sócrates.
 
Sistemáticamente en política, sobre todo en las campañas electorales, se dicen mentiras, a sabiendas que cualquier cosa que se prometa sería imposible que se cumpla, porque tendrían que conseguirse millones de dólares que nunca llegarán. Esto es grave.   Estos cuentos han llevado que nadie tiene confianza en los partidos políticos y la mayoría, más por votar por alguien en quien tenga fe lo hace para rechazar en lo que ha dejado de creer.
 
En la actualidad, la incapacidad de los gobiernos los lleva a mentir de manera descarada. Ante la evidencia de los hechos con la mayor impudicia inventan cualquier cosa. No hay prácticamente problemas o asuntos de Estado donde no mientan actores representantes del poder público.

 

* Periodista.

 

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