Hillary-Obama: La pareja dispareja

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Frida Modak*

La campaña por la nominación del candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos está llegando a su fin y pareciera que, como las parejas desavenidas, los dos finalistas tendrían que seguir buscando una forma de convivir para no fracasar en sus expectativas. Cualquier similitud con circunstancias de la vida privada de alguno de ellos es obra de la casualidad.

Las elecciones primarias de Virginia Occidental realizadas este martes no alteraron las cifras, Barack Obama sigue teniendo la mayoría de los delegados electos y de aquellos que son delegados por derecho propio a la convención partidaria de agosto próximo. Los entendidos aseguran que aunque el senador por Illinois perdiera todas las primarias que restan, que son seis de aquí al 3 de junio, mantendría la ventaja que tiene.

En esa perspectiva podría entenderse que realizar las primarias pendientes sólo es una forma de cumplir con las disposiciones vigentes, pero en los hechos implica determinar cuál es la mejor fórmula para enfrentar la postulación del republicano John McCain, quien a pesar de haber ganado la nominación de su partido con mayor facilidad, no ha logrado una ganancia notoria y las encuestas últimas lo muestran como perdedor en la competencia contra cualquiera de los dos demócratas.

En este contexto hay que considerar los resultados de Virginia Occidental, donde la senadora Clinton duplicó los votos de su rival, el que ni siquiera hizo campaña en ese estado al que ha visitado sólo en tres oportunidades. Si en política existiera la caballerosidad, se diría que fue un gesto de ese tipo, pero en la práctica fue una forma de no ahondar divisiones, lo que va a favor de ambos y así los hechos van apuntando hacia un entendimiento talvez no deseado pero conveniente.

Cuestión de preeminencia

Hace ya algunas semanas que se habla de una fórmula Obama-Clinton o Clinton-Obama para asegurar, en la medida de lo posible, el triunfo demócrata en las elecciones de noviembre. Los portavoces de las dos candidaturas han desmentido que existan negociaciones sobre un acuerdo financiero o una vicepresidencia. Lo del acuerdo financiero aludiría a las dificultades que Clinton ha tenido para seguir en campaña, ya que las donaciones de dinero escasean y ha tenido que poner de su bolsa más de 6 millones de dólares en calidad de préstamo que podría no recuperar.

La negociación en torno a una vicepresidencia apunta a que ésta podría ser para Hillary, lo que no depende de los resultados de las primarias pendientes en seis estados, sino de situaciones muy concretas. Si la senadora ganara todas esas elecciones no superaría a su contendiente, pero quedaría en una suerte de igualdad de condiciones. Eso podría hacer más probable que los superdelegados inclinaran la balanza a su favor sin aparecer desconociendo en forma arbitraria la votación de la base del partido, que hasta ahora se ha inclinado claramente por Obama.

Pero ese no es el único punto a considerar. Lo que está incidiendo en esta etapa son las divisiones profundas de la sociedad estadounidense, que obviamente se manifiestan también en las primarias demócratas. En Virginia Occidental esto se expresó con claridad. La votación obtenida por Hillary se da en un estado en que el 95 por ciento de la población es blanca, el 68 por ciento de éstos la favoreció y el 28 por ciento votó por Obama. El 74 por ciento de las mujeres blancas apoyó a la senadora, el 24 por ciento al senador. Y entre los hombres blancos, el 63 por ciento votó por Hillary y el 33 por ciento por Barack.

A esto se agregan las diferencias religiosas, que son fuertes. Algunos han recordado que fue con interpretaciones religiosas que se trató de justificar la esclavitud. También influye en las votaciones de las primarias el nivel educativo de los electores y su condición económica, pero sin lugar a dudas el elemento más importante es la cuestión racial y aunque es algo que siempre está presente en la sociedad del país del norte,se le atribuye a la candidatura de Clinton el haberlo puesto en un plano más destacado, aún sin asumir posiciones racistas.

Como dato ilustrativo, la BBC cita a Brett Gadsten, profesor del Instituto de Estudios Afroestadounidenses de la Universidad de Emory, en Atlanta, que señaló: “La negritud de Barack Obama ha sido objeto de muchas discusiones. Pero nadie está hablando del hecho de que Hillary Clinton es blanca”.

En este contexto y en medio de una campaña bastante sucia, aunque ahora no se eliminó a ningún candidato por infidelidad matrimonial como en otras ocasiones, los demócratas deben definir si habrá candidatura unitaria y cual será el orden de preeminencia.

La nueva imagen de Obama

La mayor parte del aparato del Partido Demócrata aparecía apoyando claramente la postulación de Barack Obama. Personalidades como el ex candidato presidencial George McGovern se habían pronunciado a favor del retiro de Hillary de la contienda para que se pudiera unificar a esa colectividad y ganar las elecciones de noviembre, otros estimaban que la competencia ya había terminado, un periódico la declaró acabada a Clinton y otro dijo que necesitaba un milagro. Todas estas manifestaciones se produjeron sabiendo que se impondría en la forma en que lo hizo en Virginia Occidental.

Mientras, Obama ha empezado a actuar como si ya fuera el candidato de su partido y así lo ven y señalan los medios. Las primarias llegan a su punto culminante el martes 3 de junio, cabe señalar que las votaciones más importantes han sido los días martes, pero el primer martes importante para Hillary fue el que cabalísticamente había que temer, el martes 13.

La prensa estadunidense afirma que en tanto la senadora Clinton busca afirmar su pre-candidatura, Obama está empezando a organizar los equipos que lo apoyarán en su eventual confrontación con McCain. Se anticipa que hará una gira en el curso de la cual se referirá a la historia de su vida, que como hemos relatado en estas páginas es interesante y resulta muy atractiva para los estadounidenses. También se ha dicho que se referirá al patriotismo y que hará contrastar su edad,47 años, respecto a los 71 de McCain.

Cuando le han preguntado si Hillary sería su compañera de fórmula ha respondido con una frase breve:”No hay duda de que está calificada para ser vicepresidenta. No hay dudas de que está calificada para ser presidenta”.Las encuestas lo señalan como favorito frente a McCain con porcentajes mayores que los de Clinton. El periódico The Washington Post y la cadena de televisión ABC publicaron una encuesta que señala que los dos demócratas le ganarían al republicano. Si la competencia fuera Hillary contra McCain, ella ganaría 49 por ciento contra 46 por ciento. Obama en cambio vencería por 51 por ciento contra 44.Las cifras se modificarán cuando la campaña entre en tierra derecha, pero si la tendencia no cambia los demócratas podrían alcanzar un triunfo de una magnitud que hace años no obtienen y ahí es donde cobra más importancia la fórmula que se perfila.

*Periodista chilena, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende

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