Informe del FMI: Mayores de 65, abstenerse de leer

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El FMI acaba de publicar un “Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial”. Allí, en su Capítulo 4, plantea el “riesgo de la longevidad”. En una especie de Manual de los principios éticos que rigen para ese organismo, plantea que “la prolongación de la esperanzas de vida acarrea costos financieros” y adelanta su opinión en el sentido que ello atenta contra la salud de la economía actual. Dando vueltas al tema sostiene que las personas viven más y eso trae costos. Para que nadie sea mal pensado y crea que están induciendo a un suicidio colectivo de los “responsables” de esta situación proponen algunas medidas: Aumentar la edad jubilatoria; incrementar los aportes; reducir las prestaciones; contraer seguros para aquellos casos donde la vida se extienda más de lo esperado.
De todas maneras, este análisis del FMI “deja mucha tela para cortar”. A quienes se deslomaron toda su vida le dicen –en la recta final- que aquello no valió la pena; de imprescindibles, para que la máquina económica funcione, se han transformado en cargas; a los veteranos de la sociedad les resulta difícil entender que la continuidad de su existencia sea un “peligro” para el futuro; a todos nos indigna que las personas sean meros números macroeconómicos.
Este tema refleja de qué modo el fin del Estado de Bienestar también liquidó la solidaridad que debería regir en toda sociedad.
Un farmacéutico jubilado (de 77 años de vida y 35 de aportes), de la vieja y dolorida Grecia, parece que comprendió el alcance y significado de estas “preocupaciones” del FMI. Angustiado, porque las medidas de “ajuste” habían rebajado el monto de su jubilación, optó por pegarse un tiro, en una plaza  frente al Parlamento griego.
En su bolsillo se encontró una nota, suficientemente clara, allí decía: “Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones. Me niego a buscar comida en la basura. Por eso he decidido poner fin a mi vida”. Hace responsable al gobierno de “aniquilar cualquier esperanza de supervivencia” y culmina con una terrible advertencia: «Creo que los jóvenes sin futuro algún día tomarán las armas y en la plaza Sintagma (lugar donde se suicidó) colgarán a los que traicionaron a la nación, como hicieron los italianos con Mussolini en 1945».
Solo restaría agregar que, desde el inicio de la crisis, en Grecia hay un 40% más de suicidios.

Juan Guahán

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3 Comentarios
  1. Lucho dice

    Una manera de solucionar el problema sería que los trabajadores activos aporten mas sin mengua del sueldo de bolsillo.

    El dinero extra debe salir del unico lugar posible, es decir de donde esta: del bolsillo del gobernante que nadie vota, que juntó toda la plata del planeta y lo esta haciendo entrar en recesion, me refiero al sector financiero.

    Soros dijo que toda la plata en un solo bolsillo no sirve y hace mal.

    Pues bien, llegó la hora de meterle la mano en el bolsillo a los ganadores. Ya esta. Ya ganaron. Empezamos a jugar otra vez.

  2. Cecilia dice

    Soy economista y entiendo que la posición del FMI suena agraviante, especialmente por la forma en que exponen el problema. Sin embargo, es importante entender que existe un fenómeno mundial de prolongamiento de la vida que resulta cada vez más difícil de compatibilizar con el viejo sistema de aportes originado en el Estado de Bienestar. Sí, representa un costo para los trabajadores activos, y ese costo es cada vez mayor. No es una cuestión de «reducir a la gente a fríos números», sino de buscar alternativas para un nuevo sistema de jubilaciones. Saludos

  3. maria cristina dice

    —todos los traidores debieran ser colgados–ya estamos cansados — ya veran -cuando,la indignacion sea a nivel mundial

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