Invertir afuera, producir lejos y tener ganancias locales

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Rivera Westerberg
No sorprende, en realidad, el reciente anuncio en Santiago de Chile de Empresas Pizarreño, dedicadas a materiales de construcción entre otros rubros, de que para fines de 2005 tiene prevista la construcción de una planta productiva en Estados Unidos. Pizarreño invertirá en este proyecto unos US$ 30 millones.

El juego de la economía mundializada, han descubierto los productores e inversores latinoamericanos -y de las economías emergentes en general-, puede muy bien favorecer los balances de sus empresas y elevar las utilidades de sus inversiones.

Si bien, según las reglas tácitas de capitalismo trasnacionalizado, la preocupación social no es lo que predomina, y enviar el dinero a los paraísos fiscales o invertir en el Primer Mundo no constituye novedad, el fenómeno adquiere un nuevo matiz, merced a los pactos y acuerdos de libre comercio.

Precisamente, el Tratado de Libre Comercio suscrito entre Chile y EEUU, cuya meta final es tasas aduaneras cero y cero tributación por la remesa de capitales a los emprendimientos extranjeros, movilizó a Empresas Pizarreño, que en sus oficinas en Santiago de Chile planifica extender actividades al país del norte.

Jorge Bennett -se informó en el www.portaldelpluralismo.cl– gerente general de la compañía, señaló que el nuevo proyecto se ubicará en el estado de California, y será sólo la punta de lanza de la incursión en el país del norte. Esperaría que el proyecto esté dentro del próximo año. Hacia fines de 2005, principios de 2006, dijo el ejecutivo, que también adelantó que para Chile tienen prevista una inversión de entre US$ 28 millones y US$ 30 millones.

Si las inversiones de Pizarreño en EEUU son de un monto similar o superior a las planificadas para Chile, significa -en aritmética común- que en el país originario se invertirá menos de lo que se haría si no existiera la facilidad de estimular la economía extranjera. En el breve plazo esa menor estimulación productiva se podrá medir principalmente en la menor oferta de trabajo, entre otros rubros.

Un fenómeno vinculado con el descrito se vivió en México. Por ejemplo, la fabricación de artesanías -destinada básicamente a la venta para la población local y el turismo de menores ingresos relativos procedente de EEUU- tiende a desaparecer, herida por la importación de productos chinos. Un daño mucho mayor, desde luego, se causó en el sector del pequeño campesinado.

Y en la Argentina se recuerda sin mayor placer el imperio camisero y de camperas, parkas y jeans levantado por el entonces director de la casa de Moneda e íntimo amigo de Carlos Menem, también entonces Presidente de la República, Armando Gostanian, sobre la base de la importación masiva en containers de esas prendas desde los enclaves occidentalizados chinos, que ocasionaron cesantía entre los trabajadores del ramo, sin que, por otra parte, los consumidores se vieran favorecidos por una rebaja notoria de los precios.

Bennett también comentó que observa con preocupación los posibles cortes de la importación de gas argentino, que significan una importante merma en la cantidad del combustible que necesita Chile, lo que representaría una pérdida de un millón de dólares. El empresario dijo, según se lee en la informaciòn publicada en El portal del pluralismo que aún no han dimensionado el efecto, pero se puede decir que lo que está por discutirse acá es quién tendrá que pagar los costos extras».

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