Iraq. – LA OCUPACIÓN Y LA GUERRA CIVIL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

–George Bush todavía habla de que EEUU permanecerá en Iraq hasta que «que termine el trabajo». ¿Es posible alcanzar las previsiones de victoria de Bush?

–La previsión de Bush nunca fue realizable. Ésta es una guerra basada en la fe. Ni él ni sus consejeros sabían siquiera cómo era Iraq. Lo único que buscaban era imponer su ideología.

«¿Qué es lo que va a hacer ahora? Tiene que quedarse en Iraq porque si no lo hace pasará a la historia como el presidente que perdió Iraq. Si permanece allí, al menos, será el presidente que aguantó y luchó para después pasar el problema a su sucesor. En cuanto a su herencia, él se ha atornillado cueste lo que cueste, pero yo preferiría ser el tipo que pierde la guerra en lugar del tipo que evade sus responsabilidades si yo fuera él, algo que no puedo imaginar.

«La guerra en sí misma y la caída de Sadam Husein eran obviamente fáciles de ganar. Pero Iraq por toda la serie de acontecimientos ocurridos, se perdió en realidad el día que EEUU consiguió la victoria. Quizás nunca fue posible que se produjera ningún otro resultado, pero está claro que (los dirigentes estadounidenses) han cometido errores catastróficos y criminales. Al no llevar suficientes tropas, han permitido que se produjera el saqueo, por lo que Iraq enseguida se quedó sin infraestructuras ni Estado.

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«Nunca reemplazaron el Estado, permitiendo así que el vacío se llenara con todo tipo de bandas (mafiosas), y una persistente sensación de anarquía se extendió por Iraq, anarquía de la que el país nunca se ha recuperado. Después echaron a todos los funcionarios (iraquíes) durante el proceso de desbaazificación [1]], lo que ha originado más y más enemigos.

«Cada uno de los pasos dados en Iraq ha sido criminal, por no mencionar el mismo hecho de la ocupación, que fue una experiencia traumática y brutal para la mayoría de los iraquíes, con Abu Ghraibs cotidianos, con miles de horribles historias de asesinatos, palizas y humillaciones de gentes inocentes [2].

«Iraq se ha perdido por completo. Pero no sólo se ha destruido Iraq sino la región en su totalidad. Costará décadas recuperarse de lo ocurrido, y la magnitud de la catástrofe no se percibirá con claridad hasta que pasen años, pero creo que la violencia al final se extenderá por todo el mundo árabe».

Una guerra múltiple

–En los medios de comunicación, en el ejército y entre la clase política estadounidenses, se está produciendo un debate sobre el carácter del conflicto en Iraq y sobre si debería denominarse «guerra civil». ¿Cuál es su opinión?

–Existen fuerzas organizadas que luchan por el poder. Ciertamente, en el grupo chiíta hay milicias importantes que precisamente es eso lo que están haciendo. Y hay una coalición de varias milicias sunníes que tratan de derribar al gobierno y se enfrentan a las milicias chiíes. Así que es evidente que hay una guerra civil: la mayoría del país está en guerra consigo misma.

«Los medios de comunicación se sienten muy orgullosos porque de repente han empezado a utilizar la denominación de «guerra civil», pero la guerra civil ha sido algo evidente para cualquiera que estuviera sobre el terreno desde, cuando menos, la transferencia de poder en junio de 2004. La guerra civil no se inició a partir del atentado contra el santuario de Samarra en febrero de 2006: llevaba dos años fraguándose.
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«Por supuesto, la Administración Bush tiene que negar que se trate de una guerra civil porque de no hacerlo EEUU habría perdido Iraq. Pero la mayoría del país está en guerra consigo mismo, y no sólo por motivos sectarios, como en Bagdad. Existen además enfrentamientos tribales y étnicos: kurdos contra árabes, kurdos contra turcos, cristianos perseguidos…

«Cualquiera en Iraq se ha convertido en objetivo por una razón o por otra: por el hecho de ser sunní, chií, cristiano, kurdo, laico; por el hecho de ser médico o artista, por ser rico, por haber estado en el gobierno anterior, por ocupar un puesto en el gobierno actual. De manera que si esto no es una guerra civil entonces se trata de algo mucho peor que una guerra civil» [3].

–Según los propios militares estadounidenses, la inmensa mayoría de los ataques armados en Iraq van dirigidos a las fuerzas estadounidenses, a la policía y al ejército iraquíes, aunque la violencia sectaria está causando más víctimas. ¿Cree usted que esa es la situación ahora y cómo definiría la resistencia a las fuerzas estadounidenses?

–La resistencia todavía existe y tiene bastante fuerza, ya que los estadounidenses están sufriendo las peores bajas en estos dos últimos meses [4], pero yo considero que este es un asunto secundario y lo viene siendo al menos desde hace un año, cuando la guerra civil se convirtió en el asunto principal.

«En la provincia de al-Anbar, bastión de los sunníes, no existen los factores para una guerra civil, ya que tienen una composición homogénea. Y salvo que algunas tribus luchen entre ellas o diferentes grupos sunníes lo hagan también, sus ataques van dirigidos contra los estadounidenses. También se producen ataques chiíes contra los estadounidenses, y siempre ha habido una resistencia chií, por lo que no deberíamos pensar que la resistencia es exclusivamente sunní.

«Pero no se producen ataques contra la policía, por ejemplo, como algo al margen dela guerra civil, ya que la policía, controlada por las milicias chiíes, es parte de la propia guerra civil. Son sus integrantes quienes realmente asesinan a civiles sunníes. Por ello los atentados contra la policía no son necesariamente ataques contra ella porque colabore con los estadounidenses sino porque los policías para muchas personas en Iraq son los «malos de la película».

«El gobierno (de al-Maliki) es parte también de la guerra civil, y entre ellos luchan unos contra otros tal como comprobamos hace pocas semanas cuando fuerzas del ministerio del Interior asaltaron el ministerio de Educación. Este tipo de sucesos está ocurriendo: unos ministerios enfrentados con otros.

«El único cambio que presenciamos es que mientras los chiíes pudieron ser las principales víctimas de los atentados sectarios en otra época, desde que asumieron el gobierno en 2005 son los principales responsables. Ahora, los sunníes son realmente una especie en peligro en Iraq, al menos en Bagdad y en muchas zonas de población mixta».

–¿Cree que EEUU ha desempeñado un papel significativo en promover las divisiones y en alimentar la violencia que ha llevado a Iraq a esta situación?

–Sí. No se hubiera producido una guerra civil en Iraq si no hubiera sido por la presencia estadounidense. Desde el principio, dividieron el país. Para ellos, los sunníes eran los malos y los chiíes y kurdos, los buenos. La forma elegida por EEUU para la formación de un gobierno interino (en 2003) se basó en un sistema de cuotas, algo nuevo para los iraquíes, con cierto número de sunníes y cierto número de chiíes. Incluso el (secretario general del) Partido Comunista Iraquí fue incluido no por que representara (una entidad) laica, sino porque era chií.

«EEUU tomó entonces como objetivo enemigo a la población sunní en su conjunto. Los funcionarios estadounidenses consideraron al Partido Baaz como un «partido sunní», lo que está lejos de ser cierto; es más, es posible que en el Partido Baaz hubiera más chiíes que sunníes. A los baazistas chiíes se les permitió por ejemplo «rehabilitarse» en las milicias de esta confesión mientras que se excluyó a los sunníes.

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«De esta forma, EEUU estableció una competencia entre quienes estaban a favor de la ocupación y quienes estaban en contra; entre quienes se beneficiaron de la ocupación y quienes la sufrieron, y los sunníes siempre quedaron al margen.

«Incluso la percepción de los estadounidenses sobre Iraq era diferente de la de los iraquíes. Nunca había existido la noción de un «triángulo sunní» (al oeste y norte de Bagdad), o de un sur chií o de regiones geográficas con una identidad étnica. Ha sido una imposición estadounidense sobre Iraq con la que los iraquíes no estaban familiarizados. Pero se ha convertido en algo totalmente asumido, en especial ahora que se ha convertido en realidad debido a la violencia».

–En la actualidad muchos demócratas y republicanos responsabilizan a los iraquíes de la violencia en su país. Afirman que la administración Bush ha «mimado» a Iraq y que nada se puede mejorar mientras los iraquíes rechacen la democracia y quieran matarse entre ellos. ¿Qué piensa sobre esto?

–Es algo que últimamente me tiene enfurecido. Nunca hemos mimado a los iraquíes: los hemos estado castigando desde el principio. Desde el primer día de la ocupación, los iraquíes pidieron elecciones, pedían democracia, pero nosotros dijimos que no: «No vais a tener elecciones, no estáis preparados para ellas», y les impusimos un dictador: (el administrador civil de la ocupación) Paul Bremer.

«Quizás temíamos que los chiíes y los kurdos tomaran el poder, o que los antiguos miembros del Partido Baaz ganaran. En el fondo, los estadounidenses tenían miedo de que los mismos que terminaron ganando las elecciones dos años más tarde, tras el baño de sangre y la violencia, fueran quienes hubieran ganado desde el principio.

«La gente que ha apoyado la guerra y ahora se da cuenta de que es un enorme lío, en lugar de culpabilizarse a sí mismos o a los estadounidenses, que son los criminales, han decidido culpar a los iraquíes por no querer la democracia o por no elegir ser demócratas. Dicen: «No podemos hacerlo por ellos, son ellos quienes tienen que hacerlo por sí mismos». Pero en realidad lo hicimos nosotros para ellos.

«Iraq era un país estable antes de que EEEUU llegara. No tenía una historia de guerras civiles ni de ningún tipo de violencia sectaria como ocurre hoy. Es obvio que había tensiones y que probablemente se hubieran producido reajustes de poder tras la guerra, pero nada parecido a lo ocurrido. Es nuestro crimen. EEUU ha maquinado –puede que accidentalmente– la guerra civil en Iraq, y dio poder a los grupos sectarios y religiosos que no lo tenían en el pasado: Somos los únicos responsables de la destrucción de Iraq.

«A los demócratas les gusta la idea de amenazar a los iraquíes diciéndoles que nos vamos a marchar si no consiguen ponerse de acuerdo [5]; pero los iraquíes llevan un par de años pidiéndonos que nos vayamos: la mayoría de los iraquíes han estado exigiendo un calendario para la retirada.

«Así que no se trata de que estemos haciéndoles un favor, o de que les amenacemos con irnos sino que ellos quieren que se acabe la ocupación, han estado pidiéndolo y exigiéndolo, y luchan por ello».

As-Sáder y la resistencia

–¿Hasta qué punto existe colaboración entre las fuerzas de la resistencia iraquí por encima de las divisiones sectarias? ¿Es posible en este momento restaurar esa colaboración?

–Creo que hemos llegado a un punto de inflexión en el que esa colaboración ahora es una esperanza vana. Iraq nunca podrá volver atrás: en parte porque millones de personas han sido desplazadas [6]. Hay más de dos millones de refugiados fuera de Iraq que nunca van a regresar. Hay centenares de miles de iraquíes desplazados en el interior del país. La situación demográfica de Iraq ha sido alterada. Y las gentes no sectarias o laicas de antes se han visto obligadas a adoptar una identidad sectaria para sobrevivir. El miedo es total. El lenguaje ha cambiado. Por primera vez, la gente quiere saber si la persona con la que están tratando es sunní o chií, porque se asesina a las personas por el simple hecho de tener un carnet de identidad sunní o chií.

–En un reciente reportaje de portada, Newsweek decía de Moqtada as-Sáder que era «el hombre más peligroso de Iraq». ¿Por qué?

–Yo creo que el hombre más peligroso de Iraq es el soldado estadounidense, pero los estadounidenses precisan de un malo, necesitamos un rostro horrible a quien culpabilizar de nuestros problemas. Sadam Husein ya no está, así que ahora conviene inventarse esa colaboración entre as-Sáder y Jizbolá, de manera que tengamos al nuevo tipo malo. Hay muchas razones para que a uno no le guste, hablando ideológicamente, pero es una de las personas más poderosas de Iraq.

«Sin embargo, él no tiene un control directo sobre las milicias [7], es más una figura simbólica. Siempre fue el líder nacionalista chií. Su alternativa es el ayatolá Ali as-Sistani, nacido en Irán y líder religioso, por lo que no se le podía identificar como un «líder iraquí». As-Sistani tiene una influencia capital en el seno del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq, pero son gentes que han estado exiliados en Irán durante tantos años que no se los asocia con haber vivido en Iraq y haber sufrido con los demás chiíes iraquíes. Moqtada as-Sáder siempre ha utilizado un discurso nacionalista y habla con acento coloquial iraquí de forma que llega a las masas pobres de la chía.

«Y en efecto, durante los primeros dos años, fue el líder chií más popular entre la resistencia sunní, porque no era explícitamente sectario, atacaba a los estadounidenses, apoyaba a la resistencia y utilizaba la palabra árabe para resistencia. Realmente, lucharon juntos (la corriente de as-Sáder y la resistencia).

«As-Sáder envió refuerzos en ayuda de los sunníes contra los estadounidenses durante la primera batalla de Faluja en abril de 2004, y los combatientes sunníes enviaron gente para ayudar a sus correligionarios que combatían en las áreas chiíes (durante los enfrentamientos con los ocupantes en Nayaf y Kárbala en el verano de 2004).

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«Hubo un momento en que se pensó que podría producirse la unidad de sunníes y shiíes, al menos para resistirse a la ocupación estadounidense. Pero no sucedió, en parte porque los sunníes, al dar refugio a gentes comprometidas en atentados sectarios, se alejaron de los chiíes. Y Moqtada (as-Sáder) nunca fue un líder no sectario sino un dirigente chií, por lo que no podía dirigirse directamente a los sunníes. Creo que éstos nunca estuvieron realmente dispuestos a aceptar el hecho de que los chiíes constituyen la mayoría en Iraq.

«Una de las cosas que de hecho provocó la ruptura fue el que, aunque Moqtada apoyó a los sunníes en la primera batalla de Faluja, los chiíes no hicieron nada durante el segundo ataque a la ciudad, cuando fue borrada del mapa en noviembre de 2004. También sucedió porque los chiíes ya habían soportado suficiente: estaban siendo masacrados diariamente (por las organizaciones vinculadas a Al Qaeda en Iraq). Cuando empezó el ciclo de limpieza sectaria, Moqtada as-Sáder pidió a los dirigentes sunníes que denunciaran a Abu Musab al-Zarqawi tras su declaración de guerra contra los chiíes, pero los sunníes estaban demasiado asustados para hacerlo [8]. Así que, en un momento determinado, Moqtada as-Sáder decidió que ya era suficiente y que los sunníes eran sus enemigos».

Una retirada inmediata

–Algunos pacifistas dudan en pedir la retirada inmediata de EEUU porque creen que ello empeoraría el conflicto. ¿Qué piensa usted?

–Quienes dicen eso tienen algo de razón. Cuando los estadounidenses se retiren habrá un aumento de la violencia, en alguna medida porque ellos absorben parte de la violencia. Todos los días mueren soldados estadounidenses, continúa el razonamiento, y si los iraquíes no estuvieran asesinando a estadounidenses, puede que matasen a más iraquíes. Pero a su vez los estadounidenses también asesinan diariamente a iraquíes, así que es probable que lo uno equilibre lo otro.

«Así que mi primer razonamiento sobre por qué estoy a favor de una retirada inmediata es que si los estadounidenses no estuvieran en Iraq no habrían asesinado a cinco niños iraquíes en Ramadi hace pocos días. Y no estarían asesinando iraquíes cotidianamente, ni aterrorizándoles, ni ocupándoles ni oprimiéndoles.

«Al menos que no hagan daño, que no lastimen a la gente: una ocupación no es algo beneficioso, es horriblemente humillante y dolorosa, en sentido físico. Y si los estadounidenses no estuvieran allí, sus soldados no estarían siendo asesinados ni heridos por nada absolutamente.

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Notas de IraqSolidaridad

1. Hasta 1,5 millones de funcionarios fueron depurados.

2. Véase en IraqSolidaridad: Crónicas de Iraq 2006 y Crónicas de Iraq 2004-2005.
3. Y dentro del campo chií, por ejemplo por el control mafioso del petróleo en Basora: Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está jugando Irán a la ‘resistencia’ en Basora?

4. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Guerra abierta y más violencia sectaria. EEUU pierde en combate en Iraq en diciembre una media diaria de cuatro soldados – Testimonio gráfico: Ramadi, bajo control de la resistencia.

5. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Continuidad de la guerra. El Grupo de Estudios sobre Iraq elude un calendario de retirada de tropas y recomienda negociaciones con Siria e Irán / Peter Grier: Grupo de Estudio de Iraq: Ni irse ni quedarse. El Partido Demócrata y la Administración Bush buscan un consenso sobre la continuidad en Iraq / Joe Kay: Demócratas y republicanos: Mantener la ocupación de Iraq. Antes que una retirada o reducción de tropas, se prevé un incremento de hasta 30.000 efectivos.

6. Véase en IraqSolidaridad: Iraq: la mayor crisis de refugiados mundial actual. Según NNUU, 2,3 millones de iraquíes han huido de su país desde el inicio de la ocupación.

7. El ejército del Mahdi cuenta con 60.000 hombres en armas, si bien hay dudas de que su referente inorgánico (no es un partido político), el clérigo Moqtada as-Sáder, controle realmente las entre seis y 30 milicias internas que afirman tenerle como líder pero que actúan autónomamente y que constituyen una impenetrable trama que entrelaza genuinas corrientes anti-ocupación, mafias locales, escuadrones de la muerte y redes de servicios secretos de terceros países.

8. Las condenas de los atentados indiscriminados contra la comunidad chií han sido permanentes desde el campo anti-ocupación, incluido la Asociación de Ulemas Musulmanes, la máxima instancia religiosa sunní. En al-Anbar y otras provincias se han producido enfrentamientos armados recurrentes entre grupos de la resistencia patriótica y Al Qaeda (véase en IraqSolidaridad: Combates en Ramadi entre la resistencia iraquí y Al Qaeda. La resistencia rechaza la proclamación por Al Qaeda de un Estado islámico en Iraq (y enlaces relacionados). Unos y otros tienen separadas sus estructuras de coordinación militar.

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* Nir Rosen. Periodista indepediente. Viviño tres añops en Bagdad luego de la invasión. Escribió en mayo de 2006:

«Las calles de Bagdad amanecen todos los días sembradas de cadáveres magullados, destrozados, mutilados, de individuos ejecutados por el solo hecho de ser sunníes, o chiíes. Los taladros eléctricos son un instrumento de tortura especialmente popular».
El artículo –un panorama escueto y aterrador de la ciudad ocupada–, reproducido por diversos medios periodísticos del mundo-red, puede leerse aquí

Eric Ruder es también periodista y trabaja en el periódico estadounidense Socialist Worker.

Publicada en Socialist Worker el 8 de diciembre de 2006, en IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org) el 21 del mismo mes, traducción de Felisa Sastre.

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