(La economía) Adagio ma non troppo…

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Ah… la crisis. El capital se queja, pero el lucro crece que es un primor y la acumulación de la riqueza en pocas manos alcanza niveles nunca vistos. Igual intentan hacernos creer que el capital sufre. …Y pensar que el pobre Marx pensaba que su descubrimiento más importante era la ley de la baja tendencial de la tasa de plusvalía.

“Es, de todas las leyes de la economía política moderna, la más importante de todas.” (Grundrisse) “(ella) tiene una importancia capital para la producción capitalista, al punto que se puede decir que es el problema cuya solución ha ocupado toda la economía política desde Adam Smith y que ha servido de base a la línea de demarcación entre las diferentes escuelas.” (El Capital. Libro III).

Marx pensaba que la acumulación del capital en pocas manos y el aumento persistente de la masa de capital fijo en la producción (máquinas e instalaciones), llevarían a una baja progresiva de la tasa de plusvalía. Como la riqueza es producida por la fuerza de trabajo, para mantener el lucro conviene aumentar más y más la explotación de los currantes. Cuando el limón ya no da jugo, no queda más remedio que estrujarlo, estrujarlo, estrujarlo.

Ahora bien, ¿cómo evoluciona en la práctica lo que los “expertos” han dado en llamar EBITDA?

Si no sabes qué es el EBITDA, he aquí la explicancia: Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization, o sea, en la parlancia nuestra, “ingresos antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. La folklórica contabilidad chilensis la conoce como “beneficios operacionales”, y si te apegas al IFRS (normas internacionales de información financiera), tienes que hablar del beneficio bruto de explotación.

El EBITDA o beneficio bruto de explotación es la medida de la rentabilidad del “negocio”. En estos días de baja del precio del cobre, la gran minería llora la caída en picada de sus beneficios, aun cuando sus lágrimas de cocodrilo ocultan mal su ferviente deseo de continuar saqueando el mineral. En otra ocasión te expliqué que lo que pierden en el precio del cobre lo recuperan con creces en la baja del peso frente al dólar. Pero, no nos perdamos y volvamos a nuestro tema.

¿Cómo evoluciona el EBITDA? Esa es la cuestión. ¿Dónde? Así, al azar, miremos lo que ocurre en los EEUU, primera potencia económica mundial, o la segunda, para el caso da lo mismo. El mismo día, dos eminentes publicaciones, atiborradas de economistas, ofrecen dos titulares que merecen el viaje:

“Los beneficios en EEUU registran la mayor bajada desde la Gran Recesión” “Las ganancias anuales de las empresas sufren la mayor contracción anual desde 2008 por el dólar y el petróleo”

Esta inquietante noticia, –despacho de Sandro Pozzi, corresponsal en New York, o sea, Wall Street–, fue publicada el 25 de marzo por la sección Economía del diario madrileño El País.

De ahí a imaginar una corrida bursátil en plan “¡todo el mundo a los botes, los hombres y las botellas primero!” hay un paso que no pocos dieron en un impulso irreprimible. Marx solía decir que “El capital es medroso como un cervatillo.»

Estaba por vender mis acciones, bonos, obligaciones y productos financieros derivados, por rescatar mis fondos confiados a Bridgewater y JP Morgan Asset Management, y por liquidar mis colocaciones en los bancos de Delaware cuando… caí en el titular de otra publicación. Hela aquí:

Negocios en los EEUU – Demasiado de lo bueno – Los beneficios son demasiado grandes – Los EEUU necesitan una dosis gigante de competición

Como ves, el titular del célebre semanario financiero británico The Economist, publicado el 25 de marzo, sugiere exactamente lo contrario: las empresas estadounidenses no saben qué hacer con la plata. E insinúa que el lucro excesivo proviene de un mercado oligopólico.

¿A quién creerle? Después de todo los datos disponibles son los mismos.

Sandro Pozzi, citando cifras oficiales y la Reserva Federal, señala que en los EEUU “las ganancias de las empresas registraron la mayor caída en siete años”, agrega que “los beneficios corporativos cayeron un 3,1% en el año, tras hacerlo un 7,8% de trimestre a trimestre” y concluye precisando que “En términos absolutos, los beneficios cayeron en 159.600 millones en el cuarto trimestre”.

¿Las razones? El alza del dólar y la caída del precio del petróleo. Claro como el agua de roca.

Por su parte, The Economist desembala su propia hilera de datos. “El año pasado las aerolíneas estadounidenses hicieron US$ 24 mil millones (de beneficios), más que Alphabet, la casa matriz de Google”.

Y agrega: “Lo que le ocurre a la industria de aerolíneas es cada vez más el caso de la economía estadounidense como un todo. Los beneficios han crecido en la mayor parte de los países ricos en los últimos diez años pero el incremento ha sido aún mayor para las empresas estadounidenses. Asociado con una creciente concentración de la propiedad, esto significa que los frutos del crecimiento económico están siendo acaparados.”

No perdamos de vista que el incremento del lucro global evocado por The Economist se ha verificado en un periodo caracterizado por la más grande crisis financiera, económica y social del último siglo.

The Economist ofrece explicaciones detalladas: “El año pasado vio un pequeño descenso en los beneficios agregados en razón del alza del dólar y los efectos del precio del petróleo en las empresas petroleras. Pero los beneficios bordean un record con relación al PIB, y el cash flow –el dinero que las empresas generan una vez deducidas las inversiones en capital– creció aún más espectacularmente. La rentabilidad del capital (return on capital) también bordea un record. Las ultimas dos décadas han visto más empresas ganar más dinero del que estaban habituadas a ganar.”

Recapitulemos: ¿Cómo evoluciona el EBITDA?

Eso depende de qué diario lees, qué “expertos” consultas, que publicaciones financieras examinas, de tu grado de credulidad y de tu capacidad a filtrar la propaganda.

En la materia, servidor es de un escepticismo a toda prueba. Pero sabe que en el curso de los últimos 40 años la parte de los salarios en el PIB de los países ricos ha bajado significativamente. Lo confiesa hasta la OCDE. Como consecuencia, la parte del PIB que remunera el capital ha crecido impetuosamente, como bien señala The Economist.

Ambos fenómenos van acompañados de la concentración de la riqueza global en cada vez menos manos. Ser millonario ya no es plan, lo que cuenta es ser mil millonario.

Marx tenía razón: el cáncer del capitalismo es la tendencia a la baja de la tasa de plusvalía, lo que le obliga a estrujar el limón. Cada vez más. De ahí que en Chile como en el resto del mundo te arrebaten hasta los derechos más mínimos, hagan desaparecer los servicios públicos y pagues hasta por respirar.

De ahora en adelante cuando veas en la TV a un “experto” tarifado quejándose de lo malo que va el negocio… recuerda que para el capital, en el peor de los casos la economía va Adagio, Adagio ma non troppo

 

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