La economía, en el centro de las preocupaciones argentinas

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Bill Clinton usó la frase “es la economía estúpido” como la clave para triunfar en las elecciones norteamericanas de 1992. Esa idea simple y sencilla recuperaba para la política electoral las cuestiones cotidianas de la vida de la mayor parte de la población. Esa fue la manera de encontrar una síntesis al sueño de los políticos de encontrar una idea fuerte, directa que los conecte con las demandas populares y les permita cautivar el alma de los votantes.
Hoy la traemos a colación porque, en nuestro país y fuera de toda preferencia política, está claro que la cuestión económica está en el centro de los problemas cotidianos. Lo saben oficialismo y oposición.
Desde este punto de vista parece interesante adentrarse en un Informe producido por el Banco Central, que tomó estado público en los últimos días. A través del mismo, se procuran torcer las tendencias críticas que se escuchan en buena parte de la dirigencia y de la opinión pública respecto a la situación económica concreta. Veamos algunos de los temas tratados en ese documento y su relación con otros datos u opiniones sobre dichas cuestiones.

INFLACIÓN
Respecto a este tema que es considerado -aunque en el discurso no se lo reconozca- como el problema número uno, el gobierno tiene la expectativa de tener una inflación menor a la de este año. Aquí aparecen dos cuestiones absolutamente vinculadas: Una está referida a la evolución real de la economía y la otra a la credibilidad de los datos oficiales.
Respecto a la primera cuestión desde el gobierno consideran que habrá mayores inversiones y créditos lo que significa más producción que significaría un freno a la inflación. También manifiestan su confianza en los acuerdos de precios y en los límites de las próximas paritarias. Estiman que la tendencia a la baja de los precios de los productos primarios ayudará a este freno de la carrera inflacionaria. Desde sectores no oficialistas evalúan que el aceleramiento del incremento de los precios, en los últimos meses refleja una tendencia que no decaerá sino que se retroalimentará. Desde este punto de vista consideran que este tema se constituirá en el gran protagonista de la economía, de la política y de la conflictividad social durante el año en curso.
Si sobre el futuro económico encontramos las divergencias señaladas, éstas se multiplican cuando nos referimos a los números concretos. Van como ejemplo algunos datos que hablan por sí mismos. Para el INDEC la inflación de diciembre fue de 1,4% y la anual fue de 10,9%. Los encuestadores privados dan cifras muy distintas y un grupo de parlamentarios de la oposición hace un promedio de esas cifras. Los resultados que ellos informaron fueron los siguientes: Inflación de diciembre 3,38% (según esos datos la más alta de los últimos 22 años) y la anual promedia un 28,8%. supermercado
Cabe agregar que esta es la última medición, con la metodología actual, que va a proporcionar el INDEC. Ahora ha elaborado una nueva, con la colaboración de técnicos del FMI, para medir el Índice de precios al Consumidor con alcance nacional (hasta ahora se realizaba en la Capital Federal y alrededores). Esto comenzará a tomar estado público el próximo mes.

LOS ÍNDICES DE CRECIMIENTO
Nuestra máxima entidad bancaria evalúa que el crecimiento de la actividad económica será algo superior al 3%. En este caso las cifras no son muy lejanas a las que proporcionan economistas de diferentes consultoras privadas, pero distinto al que había estimado el gobierno al momento de enviar el Presupuesto al Parlamento. Allí se evaluaba que el crecimiento sería del 6,2%.

PRODUCCIÓN Y EMPLEO
En estos dos aspectos, que el gobierno procura resguardar, el Banco Central estima que habrá incrementos. La demanda interna, particularmente la construcción con fuerte incidencia de los planes PRO-CREAR, sería la base del crecimiento productivo. En materia agrícola la soja continuaría siendo el núcleo básico de la producción del área, llevando los números globales del conjunto agrícola al récord de cerca de 110 millones de toneladas. No se esperan cambios significativos en el tema empleo, con un crecimiento acorde al natural aumento poblacional.

PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS, BALANZA COMERCIAL Y DE PAGOS
En otras oportunidades, desde esta columna nos hemos referido a la fuerte incidencia que tiene en nuestra economía los precios de las materias primas, nuestro principal rubro exportador. El dinamismo de este sector es una de las claves del crecimiento económico de los últimos años. El Banco Central coincide en que los precios de estos rubros confirmarán su tendencia bajista. La soja, el principal rubro exportador, sufriría una baja de cerca del 10%.

arg sojaDel mismo modo que esta tendencia –particularmente referida a los productos alimenticios- deja algunos beneficios en la medida que ayuda a que no se escape la inflación, ella se hace sentir en la balanza comercial. Esta refleja la diferencia entre lo que exportamos y lo que importamos. Para compensar esos menores ingresos se plantea incrementar las exportaciones. Los créditos a las Pymes, la incorporación de la agricultura familiar al sector exportador y un crecimiento de la exportación industrial le permiten estimar al Banco Central un aumento del superávit comercial, de 9 a 10 mil millones de dólares aproximadamente. Todo ello a pesar del incremento que seguirían teniendo las importaciones en el área energética. Dicho sea de paso, durante la semana pasada el sector energético quedó totalmente en manos de Axel Kicillof dejando fuera de juego, en este rubro, al Ministro de Planificación Julio de Vido.
El resultado favorable de la  balanza comercial no tiene el mismo resultado cuando se habla de la balanza de pagos. Es decir las divisas que entran y salen. Aquí van a jugar los servicios de la deuda y otras variantes que el gobierno no ha logrado controlar. En el propio Informe del Banco Central se alude a esta situación y se espera superarla mediante la Inversión Extranjera Directa y los préstamos financieros. Este último aspecto reflejaría los cambios en la política del gobierno, durante el 2014, respecto a los años anteriores y una modificación en la propagandizada política de desendeudamiento.

CONCLUSIONES
Estas visiones del Banco Central que también evalúan mantener un régimen de cambios que no devalúe al peso y sostener las reservas en dólares. Para ello se requiere la fuerza política suficiente para imponerse y dar vuelta las tendencias de los últimos meses. En el curso de esta semana, se hicieron evidentes las tendencias que se vienen profundizando en los últimos 45 días. El peso se ha devaluado, respecto del dólar oficial, en proporciones superiores a las señaladas por las estimaciones privadas para la inflación. De un modo simultáneo comprar un dólar en el mercado paralelo significa poner más de 11 pesos nativos, un 60% más que su valor oficial. Las reservas se colocaron por debajo de los 30 mil millones.

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