La guerra sucia vuelve a Venezuela con JJ Rendón

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Según el “El Tiempo” de Colombia, forma parte de un grupo más grande de consultores políticos que buscan inmiscuirse en elecciones nacionales y locales, a nombre de intereses nada claros. El periodista mexicano Ramón Betancourt sindica a Rendón de ser “el rey de la propaganda negra, de la desinformación, del rumor como arma de propaganda política de desprestigio para aniquilar a los contrincantes de oposición y del mismo partido político”, en una frase, “como el nuevo Goebbels del nazismo moderno”.

 

Este periodista asegura que “los términos ‘homosexual’, ‘narcotraficante’, ‘pederasta’, ‘drogadicto’, ‘violador”, etc., etc., los endilga (como rumor) en las campañas a los adversarios políticos de sus clientes, o subir falsas historias perversas y fotomontajes al internet”. 

En México, el candidato a la gobernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, acusó a Rendón de ser el autor de unos panfletos que insinuaban o lo señalaban de pederasta. Rendón rechazó esa afirmación y elevó una demanda en la corte del Onceavo Circuito para el Condado de Miami-Dade, por perjurio, difamación y daño moral.

En Bogotá alteró las encuestas del candidato Alonso Salazar y, asimismo, adoctrinó a los militantes del Movimiento de Jóvenes Fajarditas y recogió las denuncias de la colectividad sobre “un siniestro personaje extranjero que convulsiona  al electorado, poniendo en jaque la ética política”. Pero logró definirse mejor: En entrevista con la revista Semana sostuvo que para asesorar una campaña electoral, en este caso por la Alcaldía de Medellín, no deben atenderse los principios de la ética: «la ética es para los filósofos», sostuvo.

Rendón intoxica con información-basura a través de un buen manejo de periodistas y medios, mantiene actualizados permanentemente su bancos de daros, evalúa a los comunicadores y analiza las percepciones del colectivo e identifica sus vulnerabilidades.

La teoría de Rendón se basa en las tres eses: sexo, sueldo y salud, con campañas de rumores sobre homosexualidad o libertinaje, corrupción si pruebas, enfermedades que hagan pensar en la incapacidad del candidato para ejercer el cargo.

 

En Colombia, chantajes, rumores y falsos positivos

Pocos conocían en Colombia a JJ. Rendón hasta octubre de 2007, cuando fue el epicentro de un escándalo que denunció a la radio La W el entonces congresista de la U (oficialista), Nicolás Uribe, quien lo acusó de amenazarlo con destruir su carrera política e inventarle una historia en la que lo vincularía en líos con prostitutas.

 

“Las amenazas versaron sobre todo tipo de artimañas, entre las que sobresalen por su bajeza y ordinariez, la de realizar fotomontajes inescrupulosos. Todas las amenazas al margen del camino por recorrer, iban dirigidas hacia un solo propósito: acabar con mi carrera sin importar el costo”, dijo Uribe el joven. 

Desde el Polo Democrático y el Partido Liberal, le atribuyeron a Rendón una campaña sistemática de desprestigio, basada en rumores de presunta vinculación de sus candidatos presidenciales Carlos Gaviria y Rafael Pardo Rueda con la guerrilla de las Farc.

Los organismos de derechos humanos señalan que junto a su contertulio de José Obdulio Gaviria diseño para el entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos la campaña de “falsos positivos” que la prensa colombiana bien supo difundir y justificar: las fuerzas armadas secuestraban campesinos a quienes acribillaban vestídos de guerrilleros para hacerlos aparecer como subversivos abatidos en acciones militares.

 

Asimismo, se señala a JJ Rendón como el coartífice de varios otros “falsos positivos”, como atentados con bombas que –se supo luego- fueron montados por la inteligencia militar.

Nadie duda que sus tendencias políticas están totalmente enmarcadas hacia la extrema derecha del espectro político, y se sabe que algunas de3 sus campañas fueron financiadas desde bancos trasnacionales, en especial estadounidenses y españoles. Se declara como el heredero o discípulo directo de Joseph Napolitan, un conocido asesor de imagen estadounidense de los años 80.

 

De los 12 puntos de acción de los que habla en su portal, algunos destacan en su estrategia, como el manejo de crisis de opinión pública y la llamada clínica del rumor: “previendo medios críticos adversos a una personalidad pública o a un ente gubernamental, creamos un sistema preventivo para la desactivación o compensación de rumores que permite corregir situaciones desestabilizadotas”.

El columnista de El Espectador Ramiro Bejarano aseguró en una de sus investigaciones que desde que Rendón “anda merodeando las altas esferas oficiales, la política se vulgarizó, porque ahora se controvierte a críticos y opositores a través del rumor, la conseja, la calumnia, el desprestigio, calculadamente propalados por los medios oficialistas».

Su vestimenta negra es coherente con su particular personalidad: vive solo, trabaja mucho, y dice que cultiva prácticas zen. Seguramente la abandone el 7 de octubre del 2012, cuando registre su segundo  fracaso en Venezuela para su palmarés.

*Sociólogo, analista del discurso.

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