La prisión como plantación de esclavos

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Keith Calhoun, fotografía de la serie Prisión Estatal de Angola, o Complejo Industrial Carcelario, Louisiana, EE.UU.: «¿Quién es ese hombre a caballo? No sé su nombre pero le dicen Jefe» (circa 1980).

Chandra McCormick y Keith Calhoun llevan tres décadas documentando la experiencia afroa-mericana en Nueva Orleáns y otras áreas del estado de Louisiana (EE.UU.). Sus fotografías retratan estibadores y obreros de la caña de azúcar, gente tocando música o bailando, niñas en camino a la iglesia, presos de la cárcel de Angola. La serie Angola -también llamada Complejo Industrial Carcelario- fue realizada entre 1980 y 2013.

La Penitenciaría Estatal de Louisiana, conocida como Angola, es la cárcel de máxima seguridad más grande de EE.UU. Ubicada a unos 250 km de Nueva Orleáns fue fundada en 1869 en terrenos donde originalmente había plantaciones de algodón y caña de azúcar cultivados por esclavos. La más extensa de estas plantaciones tenía el nombre de Angola, el país de proce-dencia de las personas esclavizadas. Desde su origen, la cárcel se rigió con un brutal sistema de trabajo forzado de los presos (mayoritariamente negros) bajo la supervisión de capataces (mayoritariamente blancos) montados a caballo, una escena típica de una plantación de escla-vos. El estado sureño de Louisiana ha sido llamado «la capital de las prisiones del mundo» porque es el estado con más presos per cápita del país con más presos en el mundo. En efecto, Estados Unidos, cuya población representa menos del 5% de la población mundial tiene aproximadamente el 25% de los presos a nivel mundial (datos de World Prison Studies).

El trabajo fotográfico de Chandra McCormick y Keith Calhoun explora la condición de planta-ción de esclavos que subyace desde el origen de la prisión de Angola. La llamada cárcel-granja es un término que esconde un sistema carcelario que explota el trabajo forzado de los presos, que en su mayoría son afroamericanos.

Dice Chandra McCormick sobre la serie de Angola: «Tenemos muchas fotos de hombres en-carcelados, pero este proyecto fue más allá de ellos. A medida que documentábamos la gente en prisión, y la conocíamos, veíamos los efectos que la situación tenía en los miembros de la familia. Cuando un ser querido está detrás de las rejas, las presiones que esta persona enfrenta también son sufridas por la familia afuera; es como si ellos también se sintieran presos, de varias maneras. Estas fotos son sobre la cárcel literalmente pero también sobre los efectos que la cárcel tiene en los familiares y cómo los niños tienen que soportar un conflicto mental cuando sus familiares están encarcelados».  EEUU ESCLAVOS PRISION1

Esta pareja de fotógrafos fundó el Centro de Arte L9 en Louisiana, donde viven y trabajan. A principios de este año, la Bienal Internacional de Arte Prospect Nueva Orleáns exhibió el trabajo de Chandra y Keith acompañado por textos de las activistas afroamericanas Angela Davis y Assata Shakur. En marzo de 2015, el curador de la Bienal de Venecia 2015, Okwui Enwezor anunció que la serie de Angola había sido seleccionada para la prestigiosa Bienal de Arte, donde está actualmente en exhibición.

Algunas de las fotografías de Angola muestran guardias armados montados a caballo vigilando a hombres doblegados sobre el campo de cultivo, cubiertos por el polvo y el sudor y agobiados por su destino.  Las imágenes son un eco de imágenes del pasado, de esclavos en la plantación de Angola o de cualquier otro campo sureño durante la larga y tenebrosa era de la esclavitud. Como en una suerte de diálogo con las imágenes, la muestra incluye un texto de Assata Shakur, quien se autodefine como una «esclava fugitiva del siglo XX». Shakur estuvo seis años y medio presa antes de escapar de una prisión de alta seguridad de Nueva Jersey, EE.UU., en 1979; desde 1984 está refugiada en Cuba. El texto dice:

-¿Sabe que la esclavitud es ilegal?
-No, está equivocada. La esclavitud fue ilegalizada pero con una excepción, la cárcel. La escla-vitud es legal en las prisiones -dijo la guardiana.
Investigué y ella tenía razón. La decimotercera enmienda a la Constitución dice: «Ni en Estados Unidos ni en ningún territorio bajo su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito por el cual el responsable haya sido debidamente condenado». Bueno, esto explica muchas cosas. Explica por qué las cárceles de todo el país están repletas de gente negra y del Tercer Mundo, por qué muchas personas negras no pueden hallar trabajo y se ven forzadas a hacer cualquier cosa para sobrevivir. Una vez que uno está en la cárcel, hay mucho trabajo, y si no lo quieres hacer, te dan una paliza y te echan en un calabozo… Las pri-siones son un negocio muy rentable. Son una manera de perpetuar legalmente la esclavitud. En todos los estados se sigue construyendo prisiones. ¿Quiénes irán a estas cárceles? Sin ninguna duda, no será gente blanca. Las prisiones forman parte de la guerra genocida del go-bierno contra la gente negra y del Tercer Mundo.

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