La soja sube y el Ártico se deshiela

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Productores, “pools de siembra” y gobierno argentino festejan el precio que tiene la soja en los mercados mundiales. Todos coinciden que ello se debe a que, en los Estados Unidos, se ha perdido el 50% de la cosecha. Un aumento del calor y una prolongada sequía, por fuera de lo habitual, fueron las causas. No son pocos los que ahora empiezan a preocuparse por un fenómeno del cual preferían no hablar: el “cambio climático”.

 

Hace poco nos referíamos, en esta misma columna, al singular deshielo que padece Groenlandia. Ello es parte de un fenómeno mucho mayor. Se trata del progresivo y acelerado deshielo del Mar Ártico.
Durante su existencia nuestro planeta viró entre dos puntos extremos: Un planeta frío y con mucha superficie cubierta de hielo, a otro mucho más cálido, con poco hielo en su superficie.
Pasar de un estado a otro demanda millones de años. Es sabido que la transición actual, va de una etapa fría a otra más cálida. Ese proceso conocido como “cambio climático” se acelera con el llamado “efecto invernadero” que incrementa las emanaciones de CO2 (dióxido de carbono) y metano a la atmósfera. En ese “efecto invernadero” tiene mucha influencia la actividad humana y el actual modelo desarrollo.
Son muchas y contradictorias las informaciones, que han motivado diversas reuniones y acuerdos internacionales, sobre la evolución de estos fenómenos. Algo se ha avanzado en el tema de las emanaciones del dióxido de carbono, que afectan a la capa de ozono. No pasa lo mismo en la cuestión del metano.
Lo cierto es que las mediciones constantes sobre el Ártico concluyen en el progresivo adelgazamiento de la capa de hielo que lo recubre.
Hasta hace poco tiempo atrás, los cálculos indicaban que ese derretimiento podría darse pasado el año 2100. Últimas estimaciones acercan ese momento al 2030. Lo grave de este fenómeno es que ese deshielo permite que cada año más gas metano, resguardado bajo el manto de hielo, se incorpore a la atmósfera. Ello acelera aún más el calentamiento global. Algunos de sus efectos son el aumento de la temperatura y -en algunos casos- el incremento de las sequías.

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