Los anuncios económicos: ¿La historia se repite en Uruguay?

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Jorge Notaro*
 
 El compañero presidente (Pepe Mujica) decidió mantener la política macroeconómica ortodoxa implementada por un equipo que dé garantías a los inversores. Significa que el objetivo prioritario será la estabilización de precios, y para lograrla se reducirá el déficit fiscal, se regularan los aumentos de salarios y se dejará que el tipo de cambio lo fije el mercado.

Eligió bien el equipo, el ministro Lorenzo viene de la actividad privada como socio del doctor Ferrère en la consultora CPA, y el subsecretario Buonomo tuvo una importante experiencia en México como amigo y asesor del presidente de ese país. En ese marco surge una interrogante: ¿se cumplirá el compromiso de reducir la pobreza a la mitad?

 El nuevo escenario

El equipo económico presentó un marco de proyecciones para la elaboración del presupuesto, según las cuales al cabo de los próximos cinco años el PBI crecerá un 32,2 %, el número de personas ocupadas 7,4 % y los salarios privados reales 14,5 %.

La masa salarial, es decir, el ingreso del total de los trabajadores asalariados, se puede calcular multiplicando el salario real por el número de personas ocupadas. El aumento para los próximos cinco años será 1,074 por 1,145, lo que da 1,22973; redondeando, la masa salarial aumentara 23 %. Es decir, el porcentaje que representa la masa salarial en el PBI se mantiene sin cambios, ya que ambos crecen en el mismo porcentaje, que es menor a lo que era período 1997-2001.

Es decir, después de los primeros cinco años de gobierno del FA los trabajadores asalariados reciben una parte de la riqueza creada menor que durante el segundo gobierno de Sanguinetti. Y de acuerdo a las proyecciones presentadas, esta situación no cambiará durante el segundo gobierno del FA.

El equipo económico presentó también una proyección de ingresos y gastos, según la cual los ingresos aumentarían por el crecimiento del PBI y el mejor resultado de los entes. Loa mayores egresos se destinarían al Fondo Nacional de Salud, asignaciones y otras transferencias del BPS, intendencias, pasividades e interese de deuda.

El gasto aumentaría 19 % en los cinco años, es decir, menos que el PBI. La pregunta es: ¿con las proyecciones presentadas se cumplirá el compromiso de reducir a la mitad en los próximos cinco años? El equipo económico no presenta estas proyecciones.

 De acuerdo a la CEPAL[1], Uruguay cobra menos impuestos que Argentina y Brasil, totales y sobre todo a las ganancias y a la propiedad. Para mejorar la distribución del ingreso y reducir la pobreza sólo hay un camino: aumentar el gasto público, y para mantener el equilibrio fiscal, aumentar los ingresos.

El aumento de los ingresos es posible:

a) aumentando las tasas del impuesto a la renta a los ingresos del capital y a las ganancias de las empresas;
b) aumentando la cobertura y las tasas del impuesto al patrimonio;
c) gravando el movimiento internacional del capital, como lo hace Brasil.
 
 Adicionalmente se pueden considerar mejoras en la composición del gasto público para hacerlo más eficiente, mejoras en la gestión de la deuda pública para hacerla menos costosa (colocar valores en dólares y no en unidades indexadas), y un aumento prudente a la deuda pública para financiar inversiones sociales urgentes como viviendas e infraestructura educativa.

La deuda del primer gobierno del Frente Amplio

Durante los últimos años del período los obreros y empleados del sector privado percibieron algo menos del 12 % del ingreso nacional bruto disponible (INBD) que calcula el BCU, y los del sector público un 7 %. Si se incluyen otros sectores de sectores populares como los de los trabajadores por cuenta propia con y sin local, las jubilaciones y las transferencias hacia las familias de menores ingresos, se llega a la tercera parte del IBDN con un porcentaje decreciente durante los tres últimos años[2]. Los otros dos tercios corresponden a ingresos de: a) el personal directivo, profesionales universitarios y patrones; b) el capital, que la Encuesta de Hogares no capta; y se aproximan al 50 % del INBD.

En Uruguay el número de hogares y de personas pobres se estima con al metodología de las “líneas de pobreza” (LP) que calcula el Instituto Nacional de Estadísticas. Se define una canasta de bienes y servicios básicos, se calcula el costo de comprarlos teniendo en cuenta sus precios y se fija la línea. Los hogares que tienen un ingreso mensual por persona inferiores a la línea se consideran pobres, así como las personas que lo integran. La LP se calcula cada mes y aumenta principalmente por el aumento del precio de los alimentos.

Desde 199 hasta 2001 las personas pobres eran 17 % de la población y en 2008 fueron 22 %, lo que significa aproximadamente 165 mil personas pobres más que antes de la crisis. En abril de 2010 para no ser pobre se precisa un ingreso de 6.015 pesos por persona por mes, en Montevideo, y de 3.764 pesos en las ciudades del interior del país.

 Es necesario definir una trayectoria, fijar las metas intermedias que permitan evaluar los resultados y establecer un horizonte en el cual se aspira a alcanzar los objetivos. Por ejemplo: ¿en qué plazo se reducirá la pobreza a la mitad?, ¿en qué plazo se podrá eliminar la pobreza?, ¿en qué plazo se podrían resolver los problemas de vivienda?, ¿en qué plazo se podrían resolver los problemas de infraestructura y remuneraciones en la educación?

 Los ministerios podrían presentar sus presupuestos preliminares estimando los recursos necesarios para alcanzar los objetivos. En una segunda aproximación, con la estimación total del gasto posible se establecen las prioridades políticas para la distribución del gasto. Si los ministerios parten de las restricciones del gasto, nunca se sabrá cuáles son los objetivos, cuántos recursos requieren y en que plazos se podrán alcanzar.

 El papel del equipo económico

Durante el primer gobierno del FA el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, actuó como un primer ministro de hecho; anunciaba cuánto podían aumentar los salarios privados y el gasto público, alertando sobre las catástrofes que vendrían si no se aceptaban sus propuestas. El paso del tiempo demostró que su análisis tenía varios errores: a) los aumentos de salarios fueron mayores a los propuestos en las pautas, y el empleo, la inversión y el producto siguieron creciendo; b) la estabilización de precios se consideraba un objetivo al que se debían subordinar las demás metas, y en 2007 la inflación debía ser un 4 % anual; la inflación casi duplicó las metas del equipo económico y no impidió que siguiera aumentando la inversión y el PBI.

 Como ha señalado el compañero Mujica, los funcionarios son servidores públicos. Esta afirmación incluye a los integrantes del equipo económico, y se agrega que están ocupando cargos por decisión del FA, que ganó la elección con el esfuerzo de miles de militantes anónimos. No aceptamos que tiren cifras como magos sacando conejos de la galera. Deben presentarse alternativas evaluadas técnicamente, que sirvan de base para las decisiones políticas.

*Publicado en Brecha de Montevideo

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