Los niños, esas víctimas: ¿qué hace un súper en el museo?

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Ronald Díaz V.*

Existe en San José de Costa Rica un Museo de los Niños. "Se trata –explica la informacióin oficial– de la serie de talleres educativos creados para utilizar cada sala temática y otros espacios del museo, como la mejor de las aulas participativas, una herramienta única para aprender jugando". Algunas empresas encontraron aquí un buen lugar para comenzar a trabajar la lealtad de marca. En el Súper Inteligente, los niños juegan a comprar, comprar, y comprar. Son "amasados" para llegar a ser clientes confiables…

 

Un antiguo y famoso memorando de la industria tabacalera llevaba el curioso nombre de “impresión de marca para futura actuación en la vida”. La teoría indicaba que si los niños jugaban con réplicas de cigarrillos –generalmente hechos de chocolate y que se vendían en cajetillas con idéntica apariencia a la marca verdadera– al llegar a la adultez  buscarían,de forma inconsciente, esa misma marca.  Esta táctica de impregnar una marca en la frágil mente de los niños se utiliza cada vez más.

McDonald’s, por ejemplo, sobresale por su afán de seducir a los niños, no con su menú de comidas grasosas y de nulo contenido nutricional, sino con fiestas de cumpleaños, juguetes, salas de juegos, la “cajita feliz”, el payaso y otros simpáticos personajes que desarrollan ellos un fuerte vínculo. Cuando estas pequeñas y pequeños se conviertan en mamá y papá, muy probablemente llevarán a sus hijos a ese mismo lugar para revivir las experiencias gratificantes de la niñez.

Así se gesta el sueño dorado de todo comerciante:  amasar clientes incondicionales de la cuna a la tumba.

James McNeal, profesor de "márketing" en la A&M University de Texas, EEUU, lo explica de la siguiente manera: “Si se les trata adecuadamente, los niños pueden contribuir mucho al éxito futuro de una empresa cuando alcancen el período de mayor compra como adultos”.  Es así cómo una sala del Museo de los Niños, que nació con el fin de educar a los niños en materia de ahorro y gasto inteligente, ahora es patrocinada por una cadena de supermercados. 

Según explicaciones brindadas por el departamento de prensa y mercadeo del museo, el concepto fue desarrollado por los profesionales del departamento de Museografía, un equipo interdisciplinario de amplia experiencia en la creación de las 40 salas del museo de los niños, “encargados de velar siempre porque prive lo educativo sobre lo comercial”.

La pregunta es: ¿puede privar lo educativo sobre lo comercial cuando una empresa paga una tarifa mensual por tener presencia de marca? ¿Le interesa al comercio que la gente aprenda a consumir solo lo que necesitan cuando en realidad ocupan lo contrario?

Las autoridades del Museo de los Niños no pueden desconocer un principio básico de los patrocinios: no existe un aporte de una empresa privada a una noble causa sin que exista un interés comercial, pues precisamente el patrocinio y el llamado “marketing de causas nobles” es utilizado para alcanzar objetivos comerciales. Nada de almuerzo gratis.

Otro argumento es que –en el caso del Museo de los Niños– “los niños juegan y aprenden a utilizar su dinero de una manera inteligente”. Sin embargo, se sabe que los niños poseen conceptos rudimentarios del yo, del tiempo y del dinero. Ellos entienden muy poco de sus deseos, necesidades y de sus preferencias y mucho menos de cómo utilizar racionalmente los recursos económicos para satisfacerlos.

Esto sucede porque antes de los siete años de edad el cerebro de los niños está estructurado únicamente para albergar fantasías y para jugar, razón por la cual desde1995 la Academia Estadounidense de Pediatría declaró que “la publicidad dirigida a los niños es intrínsicamente engañosa y explota a los menores de edad”.

En mi visita a dicho lugar, no observé a nadie guiando a los pequeños ni dando explicaciones. Los vi actuar como los ve el mercado: entusiastas consumidores que van por los pasillos colocando productos en los carritos; productos que valga mencionar, en el futuro llevarán el nombre de marcas existentes en los supermercados reales. 

Desde esta perspectiva, la creación de un supermercado para enseñar a los niños a consumir de manera inteligente, equivale a crear una cantina de juguete para que aprendan a beber con moderación  cuando sean adultos.

Si el Museo de los Niños desea ayudar a los pequeños a defenderse de la avasallante cultura del consumo, puede empezar por declarar el museo “libre de intereses comerciales” y buscar apoyo en instituciones afines con ese propósito, como la Defensoría del Consumidor.

A un museo se va a respirar un aire distinto. Se va a aprender de arte y cultura, no a meterse a un supermercado de mentirillas, con marcas de verdad. 

* Periodista independiente.
Columna publicada originalmente en www.informa-tico.-com

 

Addenda
El juego es la forma más elevada de investigación
Albert Einstein.

El Museo de los Niños ofrece una alternativa para todos los docentes del país. Se trata de la serie de “Talleres Educativos” creados para utilizar cada sala temática y otros espacios del museo, como la mejor de las aulas participativas, una herramienta única para aprender jugando.

Los talleres se desarrollan de martes a viernes de 8:30 a 11 a.m. y por el mismo precio (2000 colones)  el estudiante disfruta del taller y puede ingresar al Museo de los Niños.  Los docentes encargados de los grupos tienen entrada gratuita al museo. Para el desarrollo del proyecto el museo cuenta con un equipo de profesionales multidisciplinario que incluye educadores, sicólogos, antropólogos, biólogos, comunicadores y expertos en educación  preescolar, todos con amplia experiencia en niños.

La divertida oferta incluye alternativas creadas para los más pequeños estudiantes de maternal y prekinder, hasta los jóvenes de tercer ciclo (sétimo octavo y noveno), sin dejar de lado a los escolares. Las temáticas son diversas: “Gestación”,  “Batalla de Organismos”, “Radio,Tele y Prensa”, “Limpiando el planeta”, “Vida Animal”, “Apreciación de Cine”, ”Materia y Energía”, “Interpretate”, “Luz y Color”, “Internet”, “Dinosaurios”, “La Historia de La Peni”, “Leyendas Ticas” y muchos otros.

Todos los talleres se desarrollan conforme al Plan de Estudios del Ministerio de Educación Pública y los educadores interesados en desarrollar un tema  particular en formato de taller pueden solicitarlo.

(Tomado del portal del museo: www.museocr.com).

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