MADRES DE PLAZA DE MAYO: FIN DE UNA ÉPOCA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

No faltan quienes afirman que el ciclo Bonafini se agotó, que la porfiada presidente de una de las organizaciones Madres de la Plaza de Mayo, ha elegido –por primera vez desde que sus hijos le fueron arrebatados por la dictadura– el camino de la paz con el gobierno de turno. Ella lo niega.

El enemigo –dice– ya no está en la Casa Rosada. Y asegura que las rondas alrededor de la pirámide de la plaza emblemática de Buenos Aires continuarán, que la lucha continúa, pero para hacer conciencia de los nuevos peligros que acechan. Después de 25 años –unos 1.500 jueves– el porteño constata que algo será diferente.

En entrevista con Stella Calloni, corresponsal del diario La Jornada de México, Bonafini dejó claro su criterio: «Estamos viviendo un nuevo momento político no sólo aquí sino en toda nuestra región, y estamos viendo por primera vez un proyecto de unidad latinoamericana que tenemos que apoyar. No podemos perder esta oportunidad histórica y menos cuando vemos cómo avanza el imperio en el mundo y cómo domina a otros países más fuertes que los nuestros y los lleva de aliados a guerras terribles, a matanzas injustas».

Jueves de calor y de nostalgia

A las 18 del miércoles las madres con sus pañuelos blancos iniciaron la última ronda, que se prolongó hasta la tarde del jueves. Muchas cabezas canas, no poca juventud y multitud de artistas –poetas, músicos, pintores– tan emocionados comopesas ancianas que dieron una lección de valor cuando todo estaba perdido.

Nora Cortiñas, dirigente de la otra fracción de las Madres evidenció su pesar por la decisión. Para ellas se trata de no dejar que se olviden las razones por las que los hijos desaparecidos lucharon.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, señaló que debe respetar la determinación del grupo de Bonafini, pero no la comparte. Las marchas, dijo, no son en contra del gobierno, sino para no olviudar que nuestra lucha contiunuará hasta enciontrar el último de los 5000 niños robados a sus padres asesinados durante la pasada dictadura.

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