Ollanta-Evo y la Confederación peruano-boliviana

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Juan Guahán*

Con motivo de la gira de Ollanta Humala, recientemente electo Presidente de Perú, por varios países de la región tuvo un encuentro con su futuro par boliviano, Evo Morales. Allí el peruano volvió a referirse al sueño que  “Bolivia y Perú sean una misma nación”

 

Corría el mes de enero de 2006, en Tiawanaku más de 50 mil personas respiraban un clima especial. Al dia siguiente Evo Morales asumiría, por primera vez, como Presidente de Bolivia. Pero allí, en uno de los lugares centrales de la cultura andina, Evo asumía el liderazgo de los pueblos originarios integrantes de lo que fue el imperio incaico. El Tahuantinsuyo, con sus varios millones de kilómetros cuadrados gobernados desde el Cuzco, iba desde el Pacífico hasta la selva amazónica, integrando lo que es hoy el sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta la mitad de Chile y el noroeste argentino. Uno de sus desprendimienos étnicos, los guaraníes, abandonó la región y se estableció en lo que es hoy la República de Paraguay y buena parte del norte de nuestra Mesopotamia. 

El acceso a la Ciudad Sagrada de Tiawanaku estaba encabezado por un gigantesco cartel donde se leía ¡Volveré y seré millones! Recordando la frase pronunciada por el jefe de la rebelión aymara -Tupac Katari- poco antes de ser descuartizado. En ese ambiente un poco conocido Ollanta Humala, que disputaba la presidencia del Perú que en esos tiempos no alcanzaría, decía ante quien quisiera escucharlo: “Doscientos años de independencia política de nuestros actuales Estados no pueden impedir la unidad de 30 mil años de nuestra común cultura; por eso –si gano- voy a proponer la confederación peruano–boliviana para avanzar en la reunificación de nuestra identidad histórica” 

Ahora –cinco años después- Evo sigue gobernando a Bolivia y Ollanta ha sido elegido Presidente de Perú. Hace pocos días, ambos se encontraron en La Paz y Ollanta retomó aquellas ideas. Ahora sostuvo: “Somos más que pueblos hermanos, somos el mismo pueblo. Me siento parte del Alto Perú, de Bolivia, y quiero que así se sientan ustedes en el Perú; vamos a trabajar juntos para poner los primeros cimientos de la unificación de una sola nacionalidad aymara, quechua, que es la nacionalidad ancestral que nos dejaron los incas Túpac Katari y Túpac Amaru”. Cabe recordar que el actual territorio argentino también formaba parte del mencionado Alto Perú y que, entre los siglos XVI al XVIII, toda esta región integraba el Virreinato de Lima y la Audiencia de Charcas.

Más allá de este antecedente y de la historia común en los tiempos del imperio incaico tampoco hay que olvidar que, entre 1832 y 1839, existió la Confederación Perú-Boliviana, conducida por Andrés Santa Cruz y que desapareciera luego de un enfrentamiento y derrota a manos de fuerzas chilenas. La existencia de esa Confederación y del liderazgo de Santa Cruz fueron explícitamente reivndicados por Ollanta. 

Paralelamente Evo Morales presidió –el 21 de junio- ceremonias, que congregaron a medio millón de bolivianos, para recibir el Año Nuevo Andino. Para la cultura aymara estamos en el año 5.519. Este número resulta de sumar los 519 años que van desde que Colón llegó a las Américas -en 1492- más otros 5 mil años atrás que indicarían el inicio de una nueva era. 

Las culturas andinas reconocen el carácter arbitrario de esas fechas y símbolos pero recuerdan que también lo es el calendario romano cuyo año cero está referrido al nacimiento de Jesús (un 25 de diciembre), cuando los datos de clima y circunstancias de la época no coinciden con el relato biblíco sobre esa fecha. 

*Analista de Question Latinoamérica

 

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