Óptica: Latinoamérica, la guerra ya empezó

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Néstor Francia*

Desde el 28 de junio, cuando se ejecutó el golpe de Estado en Honduras, se han venido acelerando los acontecimientos y contradicciones que conducen a la gran batalla continental que está en ciernes: la nueva Guerra de Independencia en pleno desarrollo, avanzando imparable hacia fases más elevadas y más complejas, que apuntan a la confrontación armada, más o menos cruenta, que se hará presente en plenitud más temprano que tarde.

¿O acaso alguien cree que el establecimiento de bases militares en Colombia es un simple ejercicio disuasivo? ¿La presencia de aviones y militares israelíes en suelo colombiano es un cuento? El imperialismo sabe que los pueblos no serán disuadidos de luchar por su soberanía y por la justicia social.

Asumamos, pues, la realidad y preparémonos mentalmente para batallas que pueden ser crueles hasta más no decir. Mirémonos, sin hacernos ilusiones, en el espejo de Iraq, del Líbano, de Afganistán. El imperio no nos va a entregar nada graciosamente. Los revolucionarios somos gente de paz y estamos luchando por la paz.

No deseamos que corra la sangre del pueblo en nuestro continente, pero lamentablemente, y como hemos dicho más de una vez, deseos no empreñan. Pocas cosas dependen de nuestra voluntad individual: la lucha de clases, el motor de la historia, es a la vez un crisol y una molienda de sueños.

Como decían algunos revolucionarios allá por los años sesentas: desechar las ilusiones y prepararse para la lucha.

Los signos de lo que afirmamos son evidentes. La situación en Honduras, por ejemplo, tiende a complicarse, y voces variadas plantean la muy alta probabilidad de que haya derramamiento de sangre e inclusive una guerra civil, aunque esa no es la única posibilidad. El pueblo de Honduras sigue desarrollando la lucha pacífica en la esperanza de que puedan ahorrárseles sacrificios mayores a los hondureños y se restituya el hilo constitucional por la presión popular. Ojalá así sea, pero nadie puede asegurarlo.

Es significativo que los golpistas y sus aliados imperiales sigan sacando cartas de debajo de la manga para criminalizar a Zelaya y tratar de revertir su aislamiento mundial. Ayer el Washington Times “informó” sobre un video donde supuestamente aparecen funcionarios de Zelaya sacando grandes cantidades de dinero del Banco Central de Honduras. ¡Qué casualidad, el mismo día en que cesaba el plazo de 72 horas dado por Arias para tratar de llegar a acuerdos en Costa Rica! No es coincidencia tampoco que ahora se develen en Colombia nuevos correos electrónicos sobre presuntos nexos de las FARC con miembros del gobierno de Correa.

Por otra parte, los campos y las posiciones siguen definiéndose cada vez con mayor nitidez. No solo debemos analizar el papel de Arias como ejecutante del plan imperial a fin dar tiempo a los golpistas para legitimarse y debilitar paulatinamente la lucha del pueblo hondureño (en ese sentido son muy claras las recientes palabras de Daniel Ortega, citadas en las “Reflexiones de Fidel”: “Los yanquis corrieron a buscar al presidente Oscar Arias, ¡porque ya lo conocen!, para buscar cómo ganar tiempo, para que los golpistas comiencen a hacer demandas que son inaceptables”).

Además de eso, ya comienzan los gobiernos de derecha a “flexibilizar” sus posiciones frente a los golpistas (dentro de la parte del plan, ya denunciada por nosotros, de tratar de debilitar las posiciones justas y radicales del ALBA).

Un vocero del gobierno de ultraderecha de Panamá, el vicepresidente y canciller Juan Carlos Varela, alabó el martes a las Fuerzas Armadas golpistas de Honduras por el manejo "responsable" y "profesional" de la crisis política abierta el pasado 28 de junio: “En Honduras he visto un Ejército responsable acatar decisiones de la Corte Suprema de Justicia y estar metidos en la mitad de una crisis que ellos no la formaron”.

Por su parte, está la reunión “informal” de los golpistas con Uribe, donde esté les mostró su “simpatía”, lo cual no ha desmentido el susodicho, a pesar de declaraciones eufemísticas de su gobierno.

El miécoles en Venezuela, y como parte del panorama continental que hemos descrito, el presidente de Fedecamaras inauguró la convención anual de ese gremio patronal con un discurso francamente golpista, donde además de lanzar una retahíla de calumnias y cifras manipuladas sobre la situación de Venezuela, repitió varias veces una frase que no deja lugar a dudas:

“No son estas cifras solo para la historia, son también realidades que deben llevarnos a todos los venezolanos a buscar y encontrar hoy un nuevo pensar y un nuevo actuar”.

Inclusive, en una de sus repeticiones de la reveladora frase fue particularmente insistente en su importancia: “Y repito para ustedes, me repito a mi mismo, no son estas cifras sólo para la historia, son también realidades que deben llevarnos a todos los venezolanos a buscar y encontrar hoy un nuevo pensar y un nuevo actuar”.

Las cartas están echadas, las posiciones se definen y las fuerzas se alinean en el campo de batalla. Avanza la nueva Guerra de Independencia y nos obliga a gritar con fuerza la consigna: “¡Alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina!”

* Analista de asuntos políticos.

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