Osvaldo Reyes: la vida, la consecuencia, la pintura
Si barcos y ferrocarril no asoman siempre al primer plano de la producción artística chilena —incluida la literaria—, sí es posible encontrar sus sombras, gráciles o pesadas, por lo menos en el comienzo de la vida de no pocos artistas y escritores del país, por más que las vías, estaciones, silbatos, puertos, mareas o naufragios no figuren en el catálogo o antología de sus obras. | LAGOS NILSSON.*
Puerto Natales, en la entonces remota Patagonia, fue el primer destino de un joven profesor llamado Osvaldo Reyes. Puerto Natales vincula a este hijo de un cargador de equipajes de viajeros de los convoyes que entonces dibujaban la geografía del país, con el buque que debió dejarlo en las costas patagónicas.
Ya para entonces el recorrido del profesor y futuro maestro llenaría buena parte de su biografía.
Sucede que debió desde niño aportar para el fogón hogareño, destino de los pobres que, a veces, asfixia su talento; no fue su caso. 
El poblado marino y ganadero de Natales fue la corona de los días y noches de sacrificio que culminaron con su título.
A medias escondida su vocación era más que el sueño de un joven profesor nacido en Santiago en 1919.
Su paso por la Facultad de Filosofía y Educación, por esos años el Instituto Pedagógico era una dependencia de la Universidad de Chile y también por la Facultad de Bellas Artes cuando la universidad era gratuita, plural y abierta, terminó de modelar una personalidad fuerte, el rigor 
humanista por la enseñanza, sus ideas socialistas —militó en el Partido Socialista cuando no era el remedo que hoy busca identidad en los meandros de una memoria tanm falseada como perdida— y, sobre todo, el genio de su arte.
Como muchos artistas pintores con los ojos abiertos a la realidad social de su tiempo, lo atrajo el trazado fuerte del muralismo mexicano; en 1949 obtuvo una beca de esta universidad y del Gobierno de México para continuar perfeccionándose en pintura mural.
Estudió en la Escuela de Pintura y Escultura de la UNAM, allí tuvo maestros eminentes: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Federico Cantú, Francisco de la Maza, José Gutiérrez y Raúl Anguiano.
En México coincide con Gabriela Mistral y durante un período en Veracruz fue su secretario-asistente; de esa relación surge el mural La Ronda, pintado para la Ciudad del Niño de Santiago (que abre esta sección de nuestra Galería).
Trabajos suyos conocieron exposiciones en diversos países latinoamericanos, europeos y en América del Norte, en especial en Canadá, donde enseñó y vivió los últimos años de su vida aventados por los vientos dictatoriales que después de 1973 lo expulsaron de su trabajo en la dirección de la Escuela Experimental de Educación Artística, que compartiera con otro pintor: Fernando Marcos.
Sus obras también se encuentran en museos e importantes colecciones privadas de Canadá, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón y México.
No sólo el mural da cuenta de su compromiso con la realidad social y la preservación de la naturaleza; en su obra se admiran retratos, paisajes rurales y urbanos y naturalezas muertas, desarrolladas con auxilio de diversas técnicas, fundamentalmente el fresco, óleo, la piroxilina, acuarela y las tintas.
Falleció en diciembre de 2007 en Toronto de un derrame cerebral.
Modesto, enemigo de torpes bohemias y polémicas baladíes permaneció frente a sus telas mientras pudo.
Reyes es un pintor, maestro y artista aferrado a la vida que comprendió eso de que no hay salvación sino con todos.
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* Informe y selección de pinturas de Juan Mayor, profesor de Artes Visuales y ex alumno de la Escuela Experimental de Educación Artística.