Planeta Tierra llamando a la Izquierda chilena

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La ocasión política la pintan calva para la Izquierda; la están dando, es el momento de iniciar el camino de retorno a posiciones de poder. Sin embargo corremos el riesgo de que la oportunidad y las condiciones favorables se nos escurra entre los dedos. ¿De qué se trata? ¡De volver a la acción, a la propuesta y al debate de masas!

De ponernos las pilas para levantar una alternativa política, económica, social y cultural. Sin vacilaciones ni más bla, bla, bla. El camino del infierno de los trabajadores está empedrado de palabrería y demagogia. ¡Basta ya!

La Izquierda debe estar presente en la acción política con su propia identidad, que la dan sus objetivos superiores y un programa permanentemente actualizado.ch-izq

Se ha intentado convencernos que la realidad impone a la Izquierda un repliegue indefinido. Incluso borrar de nuestro pensamiento el socialismo. Sería el precio a pagar por las culpas del “socialismo real” y por el fracaso de la Unidad Popular. Pero esto es un abuso histórico que busca someternos a la voluntad del capitalismo. La atonía de la Izquierda frente a esa embestida ideológica ha provocado la atomización de las fuerzas del pueblo. Chile, sin embargo, necesita una Izquierda que defienda a todo trance los intereses de los trabajadores y trabajadoras, de los niños y ancianos, que ofrezca al país una salida sensata a la crisis generada por las coaliciones burguesas gobernantes. La salida consiste en un proceso de movilización social que cree las condiciones para convocar la Asamblea Constituyente que proponga al pueblo la nueva Constitución, madre de las nuevas instituciones y leyes.

Sin embargo la resignación ante la interminable “transición a la democracia” ha llevado a la despolitización a vastos sectores populares. Han sido víctimas indefensas de una estrategia de dominación implacable que busca estrujar hasta la última gota las energías del pueblo y hasta el último gramo las riquezas de la montaña, del campo y del mar de Chile.

La casta política se ha esmerado en apuntalar la institucionalidad y el sistema capitalista desorbitado que implantó la dictadura. Ese caserón desvencijado amenaza desplomarse y descargar una nueva tragedia sobre el pueblo. Solo la Izquierda -dotada de un proyecto distinto de país- puede orientar el esfuerzo por la democratización que abortaron las coaliciones gobernantes.

Marcha del Dia del TrabajadorPor supuesto la alternativa de Izquierda debe nacer de los movimientos sociales y agrupaciones que defienden diversas demandas de la población. Pero no es cuestión de sentarse a esperar que ese alumbramiento se produzca en forma espontánea y casi milagrosa. Algunos deben tomar la iniciativa y producir los acercamientos entre sectores prejuiciados contra el ejercicio de la política por los vicios mostrados en su práctica.

 Asimismo, debemos ser realistas a la hora de levantar la alternativa de Izquierda, sin duda. Pero esa alternativa siempre tendrá una carga revolucionaria, o no será. Su contenido la distingue de la demagogia de conservadores y reformistas. Nuestro realismo no se contenta con las migajas del “mal menor”. Por eso siempre será rebelde. No obstante, nuestra tarea consiste en articular y dar sentido a miles de experiencias que nacen del pueblo. Chile acumula valiosos ejemplos que hablan del valor e inteligencia de las masas. Lo demuestran más de un siglo de luchas sindicales, de pobladores y estudiantes, de resistencia del pueblo mapuche, de las mujeres, del movimiento gay, etc.

l realismo de la Izquierda -a diferencia del “sentido común” de los lobos del hombre- siempre propondrá el cambio para abolir la explotación y la injusticia y para fortalecer las libertades y garantías del ciudadano. La Izquierda existe para luchar por libertad, justicia e igualdad. No anda con santos tapados. Proclama francamente sus objetivos y propone un camino y un método para alcanzar la victoria. Esa será siempre una conducta diáfana, porque el motivo fundamental de la Izquierda consiste en construir conciencia y la organización de millones.izquierda1

Nuestro desafío consiste en retomar la iniciativa que la violencia reaccionaria aplastó hace 43 años. No se trata de repetir una historia cuyo término todos conocemos. Tenemos que escribir nuestra propia historia y en la práctica corregir los errores del pasado y los de ahora.

Hay que poner manos a la obra para construir la fuerza social y política que permita reorganizar la Izquierda. Aprovechemos la coyuntura político-electoral que se abre. No dejemos el campo libre a los demagogos de siempre, a los que han hecho del engaño una profesión. Los inicios de esta nueva etapa de construcción de Izquierda serán difíciles, pero servirán para echar bases firmes de la alternativa popular. No dejemos pasar esta oportunidad. Las instituciones y partidos del neoliberalismo están agotados por la corrupción y por su distanciamiento del pueblo. Es el tiempo del renacer de la Izquierda.

 *Editorial de “Punto Final”, edición Nº 865, 25 de noviembre 2016.

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2 Comentarios
  1. Weimar Navarro Cortez dice

    No podría estar menos de acuerdo, en revivir un muerto que a todas vista se cae desmembrado y hediondo a pedazos, ya no hay una izquierda o mejor decir ya no hay algo que se le parezca a su génesis, ya no existe eso de la tierra prometida bajo las banderas revolucionarias, el pc chileno secuestrado por una izquierda intelectual desde hace tanto tiempo, ps que ya no es ps y todas esas ladillas del poder, la respuesta como dice el autor esta en los movimientos sociales que madurando a la luz de las propias convicciones, de anhelos y aspiraciones de una Patria-Matria justa, fraterna y solidaria, nos permita despertar a proyectos desprovisto de etiquetas y lo malo del pasado, más bien sea los de una nueva sociedad y humanidad. Me considero alguien que esta más allá de la izquierda.

  2. Antonio Casalduero Recuero dice

    ¡Qué nobles palabras las del siempre optimista Manuel Cabieses! Creo que debemos tener la plena confianza de que siempre habrá líderes dispuestos a echar a andar las propuestas de una nueva sociedad. Señales de esto las hay por cientos, y sin ir más lejos, lo sucedido en Valparaíso con el nuevo alcalde Sharp, o con las arremetidas de consecuencia, nobleza y moral de Camila Vallejos al abrir una sesión parlamentaria, echándose al bolsillo las monsergas decimonónicas de la derecha rancia de Chile, además de la de algunos tibiecitos de la DC. Creo que savia nueva la hay y bastante, estimado y respetado Manuel, no lo dudes.

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