También es conocido el problema de la pesca de agua dulce, donde el 19 por ciento de las especies están amenazada a nivel mundial, incluyendo el 58 por ciento de las especies endémicas de agua dulce. Seis especies, todas peces, se han extinguido, y 18 más (7 peces y 11 moluscos) son evaluadas como «en peligro crítico, posiblemente extinta» por la UICN. La falta de datos de muchos lugares puede llevar a la subestimación de las pérdidas.
- Si se mantiene la tendencia de la demanda actual se pasará de una demanda per cápita de 20kg/año/persona a 25kg/año/persona en los próximos 5 a 10 años.
- El incremento de demanda per cápita de pescado previsto combinado con el crecimiento de población prevista generarán un incremento de la demanda de entre 31 y 47 millones de toneladas en los próximos 10 años
- El incremento de 19 millones de toneladas de la producción mundial de la acuicultura, previsto según la tendencia actual, sólo cubrirá entre el 40%-67% del incremento de la demanda prevista, dejando una demanda no cubierta de entre 16-28 toneladas a principios de la década del 2020.
- De esta demanda no cubierta el 55% corresponderá a demanda insatisfecha de crustáceos y el 45% a demanda no satisfecha de pescado.
- Si hasta el momento la producción de la acuicultura ha subido un promedio del 4,5% anual en la presente década, en lo que queda de esta década y principios de la siguiente debería incrementarse anualmente entre un 6,9% y un 9,9%
- La demanda podrá ser satisfecha para entre 17 y 24 países, pero no podrá cubrirse para entre 163-170 países.
- Si la demanda no es cubierta por la producción de acuicultura el incremento de precios para eliminar la demanda está asegurado, en el caso de que se mantengan las actuales producciones de la pesquería de captura.
- Profundidad suficiente para permitir el buen desarrollo de raíces

- Contenido de nutrientes necesarios para sustentar las plantas
- Capacidad de retención y absorción de agua.
- Aireación
- Inexistencia de sustancias tóxicas.
- La persistencia del suelo…
(Fuente: GLO – Global Land Outlook, 2017, UN https://www2.unccd.int/actions/global-land-outlook-glo)
Veíamos que un factor de control clave para el desarrollo de un suelo fértil es el contenido de nutrientes y, asociado al mismo, la inexistencia de sustancias tóxicas que los contaminen. Estos factores juegan un papel fundamental en el progresivo deterioramiento de la productividad detectado en los últimos años en las tierras de cultivo tradicionales. En el pasado esta degradación se intentaba subsanar de diferentes formas: dejando descansar la tierra un año, cultivando variedades que aportaban nutrientes de forma natural y/o añadiendo materia orgánica natural en descomposición. Estas tácticas utilizadas durante siglos, daban sus frutos y ayudaban a mantener una producción sostenible, aunque limitada.- generado una agricultura totalmente dependiente de abonos naturales de explotación industrial (Ej. fosfatos norteafricanos) con sus limitaciones naturales en la producción asociadas a cualquier explotación minera o artificiales de origen fósil (Ej. nitratos obtenidos del Gas Natural) vinculados a explotaciones no sostenibles de recursos energéticos menguantes.
- utilizado pesticidas de forma masiva, que en algunos casos han tenido que ser retirados (Ej. DDT), que o bien han derivado en la aparición de nuevas plagas, o bien, han producido la contaminación de los alimentos producidos.

- limitado la producción a un reducido número de variedades infértiles patentadas que además de incrementar el riesgo de que cualquier plaga afecte a un volumen mayor de la producción mundial, ligan al agricultor a un proveedor industrial.
- incrementando el abandono de tierras recientemente deforestadas en cuanto disminuyen su productividad siempre que existe la posibilidad cercana de deforestar nuevas tierras, aprovechando sin escrúpulos los suelos maduros tropicales y dejando tras de sí tierra irrecuperable durante siglos.
- Roto todos los ciclos necesarios del suelo, el del fósforo, el nitrógeno, el potasio, que antes se cerraban con los restos de materia orgánica que se devolvían a la tierra, y que ahora se tiran al mar o se dejan en vertederos, ya que da más negocio el parasitar todos los puntos necesarios del ciclo que permitir que se cierre de forma natural.
La agricultura ecológica ya empieza a tener un poco de tradición en los países occidentales, e incluso es promocionada internamente, tan sólo representa el 1% de la producción a nivel mundial y a precios altos, sólo al alcance de las élites occidentales. Si bien la sociedad occidental ha planteado objeciones claras al uso de pesticidas y transgénicos, en ningún caso se ha planteado una objeción clara a la falta de sostenibilidad de las prácticas actuales en la agricultura.
Los suelos fértiles NO son un recurso infinito ni renovable si no se hace un uso sostenible del mismo, como explican en el reciente informe “An assessment of the global impact of 21st century land use change on soil erosion”; y el principal problema, como explica el informe, no es el uso de fertilizantes sino la pérdida de suelo por erosión que la modelización realizada en este estudio evalúa en 36 mil millones de toneladas métricas de suelo fértil por año en todo el mundo, con una tendencia creciente (con un crecimiento en 2012 del 2,5%).
Pero un punto de consenso al que debería llegar y dejar asentado de forma definitiva es que la problemática planteada en el anterior apartado, recursos hídricos (el agua), y en este apartado, recursos alimentarios (peces, granos, frutas, verduras, carne, huevos,…), que también están muy vinculados a la disponibilidad de excedentes energéticos, afecta de forma fundamental y directa a algo más básico que el desarrollo y la evolución de una civilización, afecta a la supervivencia de nuestra especie.
+Publicado en The Crash Oil

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