SALUD Y SUPERVIVENCIA INFANTIL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Salvar la vida de las madres y de sus hijos mediante la cobertura universal de intervenciones esenciales a lo largo del ciclo vital es el objetivo fundamental de la atención continúa de la salud de la madre, del recién nacido y del niño, señala el estudio realizado por UNICEF, El Estado Mundial de la Infancia 2008.

El concepto de atención continua de la salud también refleja lecciones aprendidas a partir de las pruebas y las experiencias de las últimas décadas. La continuidad se basa en dos dimensiones: tiempo, que se refiere a la ayuda de servicios esenciales durante el embarazo, el parto, el posparto, la etapa de lactancia y la primera infancia; y lugar: un sistema dinámico de atención primaria de de la salud del que forman parte el hogar, la comunidad, los servicios de difusión y los establecimientos sanitarios. La importancia de esta dimensión radica en que las deficiencias en la atención son más marcadas en el hogar y la comunidad, donde por lo regular comienza el proceso de brindar asistencia.

Un análisis de diferentes enfoques hacia la prestación de servicios esenciales desde el comienzo del siglo XX hasta el momento actual demuestra que diversas intervenciones y políticas tienen una gran capacidad para acelerar el progreso. Esos enfoques varían desde iniciativas centradas específicamente en una enfermedad o condición, como el sarampión o la desnutrición, hasta el ideal de proporcionar un conjunto continuo de servicios de atención primaria de salud que integre las instalaciones hospitalarias y clínicas, los servicios ambulatorios y de extensión y los sistemas de atención domiciliaria y comunitaria.

Lucha contra las enfermedades

Las actividades para luchar contra enfermedades especificas comenzaron a principios del siglo XX y se intensificaron especialmente en los años 1950, 1960, y 1980, la llegada de “las campañas masivas”, que se centraban en la reducción o la erradicación de una enfermedad especifica mediante una tecnología concreta.

El éxito de varias de estas campañas “verticales” a gran escala, especialmente la que se llevó a cabo contra la viruela, allanó el camino hacia la formulación del que probablemente es el programa de salud más exitoso de la historia: el Programa ampliado de inmunización, iniciado en 1974. Las actividades en la lucha contra enfermedades específicas como el sarampión siguen en marcha todavía hoy en día y siguen alcanzando avances notables.

Atención primaria de salud integral

Las innovaciones eficaces en materia de salud de la comunidad realizadas en países tan diversos como China, Indonesia y Nigeria después de la Segunda Guerra Mundial mostraron el potencial que representa la prestación de una amplia gama de servicios de atención de la salud, que van más allá de los objetivos estrictamente relacionados con determinadas enfermedades.

La aproximación a la atención primaria de salud que surgió en Alma Ata postula los principios de equidad, participación de la comunidad, colaboración intersectorial, utilización de tecnología apropiada, disponibilidad de recursos y promoción de la salud. Todos ellos se han convertido en los principios rectores del desarrollo de sistemas sanitarios durante los últimos decenios.

Atención primaria selectiva

Limitaciones económicas y otros factores impidieron la aplicación del enfoque de atención primaria de salud los años ochentas. Se centro en un grupo definido de enfermedades y trastornos fundamentales, y se dedico a tratarlos mediante la utilización de tecnologías medicas relativamente poco costosas para conseguir objetivos específicos.

El cuidado de la salud recibió un firme apoyo de los donantes, y la “revolución de la supervivencia infantil”, encabezada por UNICEF y puesta en marcha en 1982, partió de este esquema. Se concentró en cuatro intervenciones de bajo costo, conocidas en conjunto como estrategia GOBI, junto al Programa ampliado de inmunización y otros mecanismos para la lucha contra las enfermedades diarreicas y las infecciones respiratorias agudas, dirigidas por la Organización Mundial de la Salud, contribuyó sin duda a reducir las muertes infantiles en esos años.

En la década siguiente y en los primeros años de este siglo se ha registrado una nueva prioridad basada en los enfoques integrados a la prestación de servicios de salud, que buscan brindar soluciones económicas y oportunas a problemas sanitarios específicos por medio de la participación de la comunidad, la colaboración intersectorial y la integración en el sistema general de atención de la salud. Una de esas medidas fue la adopción, por parte de muchos países, de la Iniciativa de Bamako, patrocinada por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud y aprobada en l987 durante la reunión de ministros de la salud de África, que tenía como objetivo incrementar el acceso a la atención primaria de salud y responder a las necesidades básicas de las comunidades de África subsahariana mediante la prestación, en centros sanitarios, de un conjunto mínimo de servicios integrados de atención de salud, con hincapié en el acceso a los medicamentos y el contacto regular entre los trabajadores de la salud y las comunidades.

El marco dominante a favor de la integración es la estrategia llamada Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia –AIEPI-, que adopta una aproximación transversal y amplia hacia la gestión de los casos de enfermedad infantil. Las estrategias AIEPI, que tratan de mejorar el desempeño de los trabajos sanitarios, modernizar los sistemas de salud e intensificar las practicas familiares y comunitarias, se aplica en más de 100 países desde que se inició en 1992.

Un enfoque integrado hacia la atención primaria de la salud es el Programa acelerado de supervivencia y desarrollo de la infancia, puesto en marcha en 200l por la Agencia Canadiense para el Desarrollo, UNICEF y los gobiernos nacionales de África occidental y central, beneficia a mas de 16 millones de personas en determinados distritos de 11 países de África occidental y central con las tasas de mortalidad de menores de cinco años. El Programa se concentra en la promoción a escala de las comunidades, de un conjunto de prácticas de salud y nutrición familiar, en la provisión de servicios de extensión y campañas para brindar productos y servicios esenciales, y en la prestación de un conjunto mínimo e integrado de medidas prioritarias de atención a la salud. Aprovecha las ventajas de enfoques existentes como los programas plus de atención prenatal.

Unificación

Al extraer las lecciones del siglo pasado, los expertos en salud materna, neonatal e infantil están cada vez más unidos en torno a tres principios estratégicos:

– El renovado seguimiento de, los principios de la atención primaria de salud, que señalan la importancia de la alianza entre la familia y la comunidad para la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de los niños.

– El desarrollo de sistemas de salud orientados hacia los resultados, que combina los puntos fuertes de los enfoques selectivo/vertical y amplio/horizontal y se está adoptando para ampliar la escala de las intervenciones eficaces en función de los costos, e integrarlas en el proceso de atención materna, neonatal e infantil. Esta aproximación pone en entredicho la antigua dicotomía entre el enfoque vertical para obtener resultados y el enfoque integrado para fortalecer los sistemas, con el argumento de que estos dos objetivos se pueden alcanzar adaptando los sistemas de salud a la consecución de resultados.

– El mejoramiento de la forma de trabajar en los planos nacional e internacional, con hincapié en la coordinación, la armonización y los resultados, y sobre todo, en el logro del Objetivo de Desarrollo del milenio relacionado con la salud.

Un principio general que ha surgido del examen de los enfoques hacia la supervivencia y la salud infantil que prevalecieron durante un siglo es que ninguno se puede aplicar en todas las circunstancias. La orientación de las intervenciones de sanidad, su organización y aplicación deben adecuarse a las limitaciones de los recursos humanos y financieros, al contexto socioeconómico, a la capacidad del sistema de salud existente y, por último, a la urgencia de conseguir resultados. Obtener logros positivos exige estrategias fundamentadas en el conocimiento colectivo sobre supervivencia y salud materna, neonatal e infantil, con el objeto de identificar las soluciones que mejor se adapten a cada país y a cada comunidad.

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* Periodista.

giselaoo@cantv.net

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