Se busca humano para inhalar gases a 11 euros la hora: Volkswagen confirma que la ética no es su prioridad

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No. No estamos en Auschwitz en 1944. Pero en la Clínica Universitaria de Aquisgrán se ensayó la inhalación de gases tóxicos en 25 personas sanas en unos experimentos financiados entre 2012 y 2015 por Volkswagen, BMW y Daimler. Atentos al lenguaje orwelliano: el llamado “Grupo de Investigación Europeo sobre el Medio Ambiente y la Salud”, tan medioambiental como abundante era el Ministerio de la Abundancia o tan amoroso como el del Amor de la gran novela 1984,es el organismo de nombre rimbombante tras el que se esconden los experimentos. Está financiado por las tres automovilísticas alemanas y Bosch.

Este lobby encargó y financió los experimentos, que consistían en hacer inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) para demostrar que las emisiones de gases de los motores diésel no eran dañinas. “No se comprobaron reacciones a la inhalación de NO2, ni tampoco inflamaciones en las vías respiratorias”, concluyeron científicamente sus responsables. También lo hicieron con monos en Estados Unidos.

Pero que nadie se tranquilice: en el primer caso los científicos que realizaron las pruebas reconocieron que el gas empleado era solo uno de los que emite el diésel; y, en el segundo caso, el coche utilizado para emitir los gases en una habitación llena de monos a los que tuvieron el detalle de poner un televisor estaba equipado con un software para reducir emisiones.

Tras desvelarse el escándalo, los responsables de Daimler y Volkswagen se han apresurado a llevarse las manos a la cabeza y expresar su sorpresa por algo que —dicen— desconocían. Oh, cómo ha podido ocurrir. El Gobierno alemán les ha recordado que lo que deben hacer es reducir emisiones y no intentar probar que no hacen daño.

La primera noticia fue desvelada por The New York Times, que relató las pruebas en monos, y ampliada después por la prensa alemana, que añadió las de humanos. La BBC se ha encargado de documentar cómo funcionan las pruebas científicas sobre polución, tan legales y comunes como las de medicamentos: deben ser llevadas a cabo por entidades públicas bajo estrictas medidas éticas y transparencia en sus procedimientos, y nunca por lobbies de parte, como el del motor. Los participantes pasan dos horas encerrados en una habitación con niveles de gases del diésel propios de Pekín o Nueva Delhi: 90 minutos sentados y 30 en movimiento. Repiten la prueba en aire limpio otro día. Y tras ambas sesiones se les realizan análisis. Los humanos cobran 14 dólares (11 euros) por hora y se realizan bajo supervisión de organismos sanitarios públicos. Con monos no se practican.

Volkswagen, que aún no se ha recuperado del fraude de las emisiones, y las demás empresas vuelven a demostrar que la ética no está en sus prioridades. Le toca a las autoridades de Alemania y Europa atar en corto a un lobby que pone en juego sin complejos nuestra salud.

Anexo:

Volkswagen trató de ocultar su experimento con monos por los “devastadores” resultados

Thomas Steg

El fabricante de automóviles alemán Volkswagen ha tratado de ocultar los resultados de las pruebas sobre emisiones diésel en monos y humanos, que mostraban que las de los vehículos recientes eran “más nocivas” que las de los antiguos, según publica el periódico alemán Bild.

El diario ha sacado a la luz los documentos internos del laboratorio que los llevó a cabo, según los cuales estos experimentos “no debían publicarse nunca” porque podrían ser “demasiado devastadores”.

Las pruebas consistían en tener a diez monos, encerrados en una pequeña jaula de cristal, respirando durante cuatro horas los gases de motores diésel. Estos experimentos fueron financiados por tres fabricantes automovilísticos alemanes, según un informe que publicado por el diario alemán Bild Zeitung.

El informe del laboratorio que realizó el experimento para la Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT) -financiada por los fabricantes Volkswagen, BMW y Daimler- muestra que los gases de escape de la combustión de los motores diésel eran introducidos a través de unos tubos en la jaula donde se encontraban los animales.

Asimismo, se les introducía un endoscopio por la nariz o la boca hasta los bronquios y se les hacían análisis de sangre, de acuerdo con el resumen que publica el diario del informe de 58 páginas.

Los animales fueron expuestos a los gases de combustión de un Volkswagen Beetle de 2013 y de una camioneta Ford de 1997 con el objetivo de demostrar que los del primero eran más limpios, pero los resultados no fueron los esperados, según el periódico.

El pasado lunes dos diarios alemanes Süddeutsche Zeitung y Stuttgarter Zeitung destaparon el escándalo de los experimentos con animales realizados por la EUGT en Estados Unidos para demostrar supuestamente que las emisiones de los nuevos diésel no eran tan nocivas para la salud. Los diarios aseguraron además que también se habían realizado experimentos con humanos con el mismo propósito.Resultado de imagen para autos gases

El entonces responsable del consejo asesor de investigación de la EUGT, Helmut Greim, declaró al semanario Der Spiegel que los fabricantes automovilísticos “naturalmente conocían los experimentos” y aseguró que “no pusieron ninguna objeción”.

El presidente de Volkswagen, Matthias Müller, afirmó el lunes tras conocerse la noticia que los ensayos fueron “repugnantes y antiéticos” y consideró que demuestran que su empresa y la industria deben confrontarse de manera “más seria y sensible con las cuestiones éticas”.

Müller reconoció que algunos trabajadores de Volkswagen tenían informaciones sobre los controvertidos experimentos y anunció una investigación interna.

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