“Servir a los más pobres”. – UN SACERDOTE CUBANO EN VENEZUELA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El padre Urquiaga es un hombre de estatura mediana, de unos 50 años, pelo entrecano, barba mantenida a rente, espejuelos de una transparencia que permiten entrarle pupila adentro y bucearle la sinceridad de su compromiso con Dios y su opción preferencial por los pobres y marginados. Ante este asunto la calma y seguridad que muestra da paso a una pasión que lo arrastra. No en balde lleva en el centro del pecho una cruz de madera común.

La conversación fue casual, yo iba a entrevistar a otra persona y él estaba allí. Nos presentaron y de inmediato accedió a que le grabara para Ayer en Miami, de Radio Progreso Alternativa. Esa entrevista fue trasmitida días atrás, pero ésta, que es una versión de la radial, quizás contiene pequeños detalles de nuestra conversación mientras yo preparaba el equipo y se acondicionaba el local.

¿Cómo usted, sacerdote católico, está viendo el proceso que se lleva adelante en la Venezuela de Chávez?

–Yo creo que para entender el proceso revolucionario que estamos viviendo en la patria de Bolívar, hay que recordar lo que el mismo Chávez ha dicho y es que la Revolución Bolivariana es una paja en el gran huracán que se está gestando allí desde hace muchos años; él mismo lo ha dicho, porque él es solamente servidor de aquél pueblo que durante 40 o 50 años de mal llamada democracia, donde un pequeño por ciento de aquella población se hizo dueña de aquella rica nación a costa de la miseria de un 80, 85% de la población.

«Y llegó el momento en que esa población quería buscar caminos nuevos, sin venganzas ni odios, como lo dice el mismo comandante Hugo Chávez, nosotros no queremos ir en contra de nadie, nosotros queremos un gobierno donde ponga a Venezuela y a la riqueza de Venezuela no al servicio de un grupo de la sociedad sino que sea a favor de los más pobres, de los más humildes, que Venezuela sea de todos».

Unos dicen que el gobierno de Chávez no es democrático, y otros que sí fue electo democráticamente, pero que es un gobierno autoritario. ¿Qué opina?

–Estamos gestando una nueva manera de concebir la democracia en plena libertad, con el respeto a la disidencia, a la diversidad de opiniones. En Caracas, Venezuela, hay siete emisoras de televisión, cinco continuamente están haciendo crítica, a veces malsanas, porque las críticas constructivas nosotros las aceptamos de corazón porque son buenas, ayudan a purificar el proceso, pero a pesar de eso hay solamente dos emisoras de televisión del Estado y nosotros lo que queremos es que reluzca la verdad y que resplandezca la justicia en Venezuela.

«Lamentablemente en la ciudad de Miami hay una visión muy tergiversada del proceso que estamos realizando; nosotros en Venezuela lo que hacemos es luz, no solamente para enriquecer el proceso revolucionario venezolano sino para toda América Latina, ya que se basa en la idea de Simón Bolívar, y hablar de Bolívar es hablar de Martí, por lo tanto yo como sacerdote y como cubano, comprometido con el pueblo humilde, siento el deber, porque sirvo a Cristo y al Reino de Dios, de apoyar todo lo que sea a favor del pobre y del humilde.

Usted acaba de visitar su provincia natal, Pinar del Río. ¿Habló con sus coterráneos?, ¿les contó de sus experiencias?

–Sí, y tuve la satisfacción de decirle a los pinareños el orgullo que siento al ver a hermanos míos, cubanos, médicos, sacrificándose y dedicando tiempo para atender al pueblo que Dios me ha puesto para servir que son los más pobres y los más marginados. Yo trabajo en un área marginal de Caracas y veo con satisfacción todos los días el resultado de esa acción, tanto en educación como en salud que nuestros hermanos cubanos realizan allá, con la admiración y el cariño y el respeto de aquel pueblo que jamás había sido servido como se está sirviendo en este momento.

«Tengo dieciocho catequistas que acaban precisamente de terminar su bachillerato gracias a la Misión Ribas; tengo personas que se han organizado en cooperativas gracias a la formación técnica que han recibido. Estamos en estos momentos trabajando con la Misión Negra Hipólita, que con la venia del nuevo obispo de Caracas, que gracias a Dios tiene una visión bien amplia sobre eso sabiendo que si hay un proyecto, no importa de quién sea, que va a beneficiar a los marginados, a los pobres, a los indigentes de aquella ciudad.

«Nosotros tenemos no la opción sino la obligación de parte de Dios, de Nuestro Señor Jesucristo que nos manda a servir a los más pobres, de apoyar una misión como esa de levantar de la miseria a tanta gente que lamentablemente todavía nosotros tenemos en Caracas.

¿Puedo inferir de sus palabras que la presencia de un nuevo arzobispo en Caracas tiende a mejorar las relaciones Iglesia-Estado?

–Definitivamente. Conozco al nuevo arzobispo Urosa Sabino, lo conozco desde que llegué a Venezuela, incluso en la Misión Católica Cubana, después de la misa de los cubanos, íbamos a almorzar a casa de su madre, una santa mujer y Jorge, sin tener posiciones políticas de un lado o de otro, con la independencia que debemos de tener como institución que somos, como cristianos, como Iglesia Católica, él sabe distinguir muy bien lo que tiene que apoyar y lo que tiene que rechazar.

«En este momento, por ejemplo, nosotros estamos exigiendo a la Asamblea Nacional de Venezuela el problema de la educación religiosa en las aulas de clases y yo personalmente acabo de escribir un artículo con la venia de él (se lo mandé a él) para que se le exija al gobierno venezolano que no solamente no quite la enseñanza religiosa sino que podamos nosotros llevar el Evangelio, la moral cristiana, la moral bolivariana y la moral martiana, porque es la misma, para fortalecer el desarrollo espiritual de aquel pueblo y que ellos puedan sustentar los momentos duros y difíciles de la transición con un ideal fuerte de servicio al prójimo, de buscar el bien al que está mal.

«Si yo tengo, Jesucristo me manda a amar y servir al que no tiene; todo lo que yo tengo, lo tengo para ayudar a los hermanos que lo necesitan y eso es profundamente cristiano. Eso lo tenemos que hacer en Cuba, en Miami, en los Estados Unidos completos, en Venezuela y en todas partes del mundo. Eso es un mandato del Señor».

¿Usted como sacerdote le teme al término de revolución socialista a la venezolana?

–En absoluto. Acabo de escribir también un artículo, te lo voy a pasar por correo electrónico, que lo titulo Hacia un nuevo socialismo y, ese nuevo socialismo, propongo que tenga las bases en el Evangelio y quiero que los cristianos que nos están oyendo en este programa vayan a la Biblia, capítulo 2, versículos 44-47 y capítulo 4, versículos 32 y 36, del Libro de Los Hechos de los Apóstoles, que en todas las Biblias está, para que vean los fundamentos de un Socialismo Cristiano.

«Dicho sea de paso: el Reino de Dios no lo podemos reducir a ningún sistema económico, político o ideológico, pero sin embargo ahí están las raíces del nuevo socialismo que nosotros queremos hacer en Venezuela y que sí es posible y puede dar luz incluso al progreso y a la evolución del mismo socialismo que está aquí en nuestra patria cubana y de cualquier otro socialismo.

«Estamos tratando de buscar aportes de todo lo positivo y de todo lo que se ha logrado y también aportar ideas nuevas para que ese socialismo se base, repito, en ideas profundamente cristianas donde todos los hermanos vivan fraternalmente y el amor sea lo que los mueva al compartir lo que cada uno tenga para que nadie pasara necesidad.

«Se trata precisamente de lograr una sociedad donde todos seamos hermanos, una gran fraternidad donde todos luchemos para beneficiarnos a todos, no a un grupito de privilegiados dejando marginados a otros seres humanos, como si fueran de segunda o tercera categoría».

Usted, que trabaja en un barrio marginal… ¿Se ve realmente la disminución de la pobreza económica?

–Bueno, yo voy a ser muy sincero en este sentido, me parece que tengo que ser coherente con lo que decía antes. Lamentablemente todavía nosotros tenemos muchos indigentes en las calles, los niños de la calle están empezando a disminuir, pero todavía tenemos mucho desempleo. La buhonería (vendedores ambulantes) que tenemos en Caracas queremos, con la cooperación de micro empresas y cooperativas, ir organizando a toda esa anarquía que sale a la calle a buscar el pan de cada día, porque hasta que a esas personas no se les de el empleo para ganarse la vida no se les puede decir que no pueden vender en ciertos lugares.

«Yo mismo, alrededor de la parroquia, tengo una cantidad de personas que vende continuamente y el gobierno no les cobra impuestos, porque esas personas lo que ganan es para llevarles el pan a sus hijos.

«Pero creo que allí hace falta dar un paso, estamos en un momento de transición en Venezuela; no es fácil salir de un sistema que margina a un sistema que integra y eso requiere la formación y la educación, pero tenemos la esperanza de que muy pronto podamos ofrecerles a esos buhoneros que están ahora anárquicamente trabajando por su cuenta, que se organicen en cooperativas, en micro empresas, para tener una economía que nosotros llamamos informal organizada, donde ellos paguen sus impuestos, donde puedan beneficiarse, donde puedan controlar la calidad de los productos que dan.

«A decir verdad, creo que estamos avanzando, pero lo importante es hacia dónde queremos ir».

¿Y la corrupción?

–Ese es otro mal que tenemos que combatir en Venezuela, porque los medios de comunicación social, lamentablemente la mayoría, son utilizados para envenenar al pueblo y para manipularlo. Gracias a Dios tenemos emisoras locales, como la de allá en Caricuao, que están siendo emisoras alternativas, para que el pueblo pueda pronunciarse, para que tenga una voz y para invitarles, no forzarles ni obligarles, a la organización popular, a una democracia donde el poder resida en el pueblo organizado desde la base y que los dirigentes, seamos religiosos, políticos o de cualquier índole, entendamos que ser un dirigente, un ministro significa ser un servidor del pueblo, no imponer al pueblo lo que nosotros pensamos, sino ver lo que el pueblo quiere y nosotros ser canales para el servicio de ese pueblo y para ayudar a que ellos puedan lograr sus metas».

De la entrevista quedó pendiente la promesa de su artículo sobre el socialismo desde una perspectiva cristiano-católica. Aguardo con interés el trabajo cuyo contenido promete nuevas entrevistas para mayores precisiones.

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Jefe de la corresponsalía de Radio Progreso Alternativa en La Habana y editor de la pagina en español de Progreso Semanal.

www.progresosemanal.com.

La casilla de correo electrónico de Manuel Alberto Ramy:
maprogre@gmail.com.

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