Televisión, Educación e Imagen (primera entrega)

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

VENTAJAS DE LA TELEVISIÓN

Las ventajas de la televisión están a la vista. Al igual que la radio y el cine, posee también este medio de masas, una capacidad multiplicadora que se puede aprovechar en la esfera educativa. Gracias a ella, un número ilimitado de alumnos tendría acceso a la clase de un profesor, que puede ser por tanto excepcional.

Mediante la utilización de la televisión en el aula, es posible ampliar la oferta de la enseñanza y elevar notablemente su nivel, ya que ofrece buenas posibilidades para la escenificación y dramatización: la materia puede presentarse de una manera realista e interesante si se complementa  con reportajes, observaciones y entrevistas. El educando, en su aprendizaje vive experiencias que no sería posible obtener bajo las condiciones de instrucción de una clase tradicional. Puede asistir a fenómenos poco frecuente de la naturaleza, observar, como transcurren experimentos demostrativos complicados y ver de cerca documentos preciosos.

Mediante una presentación óptico-acústica, se favorecen notablemente formas de aprendizaje por imitación e identificación que tienen especial importancia  en materias que afectan al comportamiento social.

En la  televisión como portador especial de novedades se pueden aplicar todos los medios auxiliares audiovisuales, como por ejemplo, películas, dibujos computarizaos, en un conjunto, de tal forma que llegan al estudiante nuevos impulsos que mantienen y aumentan su capacidad de concentración. El alumno se beneficia con el hecho que la cámara presenta los pormenores esenciales del objeto en un primer plano del campo visual, suprimiendo los detalles superfluos.

De la televisión se espera la solución de muchos problemas de la enseñanza y la educación. Pero la importancia de su aportación específica está condicionada a que su utilización no sea polivalente sino monovalente; es decir, debe darse cuando las emisiones se refieren claramente a objetivos de aprendizaje y grupos de destinatarios determinados. Se impone, pues, la necesidad de concebir las emisiones de televisión para fines didácticos, según los principios de la tecnología del aprendizaje.

TELEVISIÓN E IMAGEN

La televisión es hasta ahora, entre las formas de comunicación de masas, la más relevante. Comunica tanto en la medida en que informa de lo ocurrido en cualquier parte del planeta como en cuanto instruye y distrae; educación es un transmitir de actitudes, de actividades, de ejemplos y enseñanzas que ayuden a otros a formar  su propia persona.

Entretener es sacar a ese otro del aburrimiento, del recuerdo agobiante, de la nostalgia, de lo problemas del momento, del cansancio del día. En alguna forma procura aún satisfacer la imaginación, cualidad psíquica privativa del hombre, en cuya virtud inventa creaciones reales o irreales; o sustitutas del mundo ordinario en que se desenvuelve y que de un modo u otro se le constituyen en ambiciones tenaces, en proyectos de todo tipo, en sueños a concretizar  alguna vez.

La necesidad de informarse de los sucesos locales o mundiales, satisface la curiosidad de saber que esta pasando, y a veces todo pareciera reducirse a ese afán de búsqueda;  investigación o el estar al tanto de lo que ocurre al vecino, al personaje, a la nación, es algo muy propio del ser humano, y por eso en todas las épocas se ha escuchado con interés  a los viajeros narradores o cronistas. La indagación  por el acontecer cotidiano nacional e internacional es en general valorada positivamente, ya que cualquiera se ufana de conocer tales noticias, o al menos le gustaría dar a entender que está correctamente informado.

Lo fascinante de la televisión al respecto es el poner a la vista dichos acontecimientos tal como si se estuviese presente o se fuese testigo directo de ellos, lo cual proporciona una cierta completitud que no logra el simple relato verbal o escrito, le da al televidente una impresión, por pequeña que sea, de haber participado en ello, así, por ejemplo, el mundo entero, incluido los niños quiso ver la llegada del hombre a la luna, entre otros acontecimientos.

El observar algo es prueba de veracidad de lo acaecido, lo cual no ocurre en el mismo grado, con el relato oído o escrito, en el que pueden suponerse exageraciones, minimizaciones, deformaciones, más difíciles de indagar por el lector. Se sabe, sin embargo, que las imágenes televisivas pueden ser manipuladas de idéntica maneras, y hasta de forma más convincente, pues se le muestra como un hecho visual que no puede desmentirse, pero de esto parece no darse cuenta la mayoría del público.

Ahora, tal curiosidad puede quedar solo en eso, como una forma elemental de conocimiento, sin que se retenga en la conciencia y más bien desaparezca enseguida. Ello ocurre una vez que la persona se da cuenta que eso no tiene que ver con su destino inmediato, o como es lo común, no puede influir de ninguna manera en el curso ulterior de aquello. En muchos casos la misma pesquisa puede constituirse en una necesidad de testimonio a fin de orientarse hacia dónde va  el mundo en que se vive, tratándose entonces de una necesidad cultural. El hecho habitual es, no obstante, que los reportajes de los noticieros, salvo los que caen en lo anecdótico o en eventos relacionados con la actividad o el gusto recreativo de la propia persona, deportes, música, etc. no se retienen.

Al respecto, para las personas de nivel cultural alto, los informativos son insuficientes o deficientes y llenos de testimonios inútiles; para los de nivel medio, les es interesante y les permite reforzar o modificar sus puntos de vista. Los de nivel bajo no lo oyen, o lo olvidan de inmediato. Incluso personas de nivel universitario –estudiantes y profesores- ignoran fallecimientos de personajes importantes o noticias de trascendencia dadas reiteradamente en los periódicos, la radio y la televisión, ya casi de inmediato, y apenas una semanas después, si es que parecen no incidir directamente en lo que esta ocurriendo.

Las encuestas sobre salud tienen más alcance, sobre todo cuando tocan aspectos de algún modo  incidentes  en las preocupaciones del televidente. Como se sabe tales relatos a fin de llegar a todos son demasiado esquemáticos, carentes de matices y por lo mismo exagerados en sus pronósticos y equívocos en sus tratamientos, con lo cual tienen a dar falsas esperanzas o crear hipocondrías.

Lógicamente los problemas relacionados con la salud, la educación, la política, la economía, las artes, se busca en la televisión información para adoptar conductas o tomar posiciones, y si bien sería igual obtenerla de la prensa o la radio, la pantalla agrega el  ver, el gesto, la actitud, el grado de compromiso corporal con lo que se esta diciendo, y por lo tanto con su credibilidad. Muchas veces la simpatía, el dominio de sí, la facilidad de expresión que muestra una persona, son decisivos para aceptar o poner en práctica un mensaje, aún más allá de la calidad o confiabilidad del mensaje mismo.

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* Periodista venezolana

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