Venezuela: al borde de otro abismo político

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se mostró conforme al saber que se lograron más firmas que las necesarias para llamar al referendo -previsto en la Constitución- que podría poner fin a su mandato.

El primer mandatario, según la agencia oficial de noticias venezolana, Venpress, «no se siente derrotado, por el contrario celebró que se ha hecho uso de una importante figura constitucional y subrayó que vamos rumbo a una nueva victoria».

No obstante -según Antena3– comentó que «la Administración de Estados Unidos está detrás de estos dirigentes de oposición y que el señor George W. Bush, sombrero negro, caballo negro y bandera negra, es el verdadero instigador, el verdadero planificador e impulsor de todos estos movimientos que han arremetido contra nosotros».

Para ganar el plebiscito los adversarios de Chávez necesitan superar los 3,7 millones de votos (59,7 por ciento del electorado) que lo reeligieron en las elecciones de 2.000.
El vice-presidente de la República, José Vicente Rangel, en el discurso de apertura de la III Cumbre de la Deuda Social y por la Integración Latinoamericana, realizada en la mañana del miércoles, había dicho en que la decisión no está en la recolección de firmas, sino en el referendo propiamente tal.

El referendo

No escapa a los dirigentes más ultristas de la oposición que Chávez cuenta con una poderosa carta bajo la manga: la recuperación económica. Según el ministro de Planificación Jorge Giorgani, el PIB venezolano, que cayó 27.8% en el primer semestre de 2003, debido al paro petrolero, subió a 29.8% en el primer trimestre de 2004, marcando la recuprración económica del país. La producción petrolera está en el orden de los 3.1 millones de barriles diarios.

El desempleo, por otra parte, que a fines de 2003 era del 27.8 por ciento de la población económicamente activa, en la actualidad es del 21.8 por ciento. La inflación también registra un ritmo descendente en los últimos meses. Estas cifras -y las que proyectan un crecimiento anual del orden del 10 por ciento, han sido refrendadas por la CEPAL y otros organismos internacionales.

Una clave a considerar a partir del proceso abierto con los reparos de firmas es la fecha del referendo; si realiza antes del 19 de agosto, cuando se cumplen cuatro años del mandato presidencial, y si Chávez lo pierde, deberá dejar el cargo y se llamará a nuevas elecciones. Pero si el referendo es después del 19 de agosto -y el resultado resulta adverso al mandatario- el vicepresidente completará el período hasta enero de 2007.

Evdentemente la oposición -derrotada en sus intentos golpistas pese al apoyo logístico y comunicacional de EEUU y la evidente simpatía de la democracia cristiana y otras fuerzas políticas de Suramérica- ha obtenido una victoria nítida al lograr más firmas de las necesarias para la convocatoria al referendo. En los tres meses que restan para éste sus dirigentes deben probar aquello de lo que hasta la fecha han carecido: estatura política y moral y vocación democrática.

Futuro inestable

Tras el anuncio del CNE, los detractores del presidente salieron a las calles y festejaron como «un triunfo de la unidad, que conservaremos para garantizar la victoria en el referendo revocatorio», dijo líder de la alianza opositora Coordinadora Democrática, Enrique Mendoza. Del mismo modo sectores del chavismo vocearon su apoyo al presidente. El jueves se contaba oficialmente un muerto.

El periodita brasileño Gilberto Maringoni –www.redvoltaire.net– apuntó que el referendo «no es el único objetivo de la oposición». En el caso, probable, de que Chávez vea legitimado su mandato, «puede tratar de crear un clima interno de enfrentamiento y alegatos de fraudes, con el llamado para que se cumpla la Carta de la OEA, aprobada en 2001, que establece su intervención en cualquier país miembro que irrespete las normas de la convivencia democrática.
En este contexto las acusasciones contra EEUU formuladas por el presidente venezolano y otras personalidades latinoamericanas, no parecen meras diatribas desprovistas de contenido.

El secuestro del ex presidente de Haití, Jean- Bertrand Aristide, que culminó el golpe de Estado en esa república, fue patrocinado por Estados Unidos y Francia, contó con la bendición de la ONU y de varios países latinoamericanos -a las «fuerzas de paz» rápidamente enviadas por Chile se suman los carros de asalto brasileños y un contingente militar argentino-.

Ell análisis de Maringoni sobre la difícil situación venezolana incluye conflictos internos, escaramuzas en la frontera con Colombia -el mayor aliado de la Casa Blanca en la región- el descubrimiento de centenas de paramilitares colombianos y el intento de aislar a Chávez en la reciente cumbre de Guadalajara -a pesar de haber sido el centro de la atención-, todo lo que integra un peligroso caldo de cultivo. Esa situación puede incluso justificar una posible intervención en un país que trata a toda costa de mantener su soberanía, su democracia y romper con el orden neoliberal.

Tras el llamado al referendo no habrá más instancias. Si no asoma la cordura en las necesarias relaciones políticas entre gobierno y oposición, el futuro inmediato pondrá otra vez a Venezuela al borde del abismo.

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* Desde Caracas.

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