Un futuro con lealtades y tormentas

Chávez, operado por un cáncer, está internado en un centro de salud cubano. Hasta allí llegan las solidaridades de pueblos y gobiernos de la región, el viernes estuvo nuestra Presidenta. También los deseos de una pronta recuperación por parte de la mayoría del pueblo de su patria.

Pero la fecha de su actual mandato se inició el pasado 10 de enero y Chávez no pudo cumplimentar los aspectos formales. Nubes de tormenta jurídica y política cubren el cielo de Venezuela y de la región. ¿Qué hacer? El Tribunal Supremo de Justicia (Sala Constitucional) ha dicho que “la ausencia temporaria no extingue ni anula el mandato”. Es claro que esto es así, porque sigue vigente la orden dada por el pueblo en ejercicio de su soberanía popular, reconocida en el Art.5, de su Constitución y manifestada en las elecciones del 7 de octubre pasado. Un cúmulo de normas de las Constitución (Arts. 231, 334, 335 y 336) permitió que dicho Tribunal así lo pudiera tener presente y resolver, en esta instancia, este “desfasaje cronológico”. La OEA “respeta” la decisión que Nicolás Maduro (vicepresidente designado por Chávez) continúe en el ejercicio del gobierno. La oposición, no acuerda pero “acata”.

Hasta aquí todo es sostenible. Pero la última palabra la tiene el paso del tiempo. La gran pregunta es ¿cuánto tiempo se puede prolongar esta situación? El pueblo -sin dudas- apoya mayoritariamente a Chávez, y la enfermedad –incluso- puede haber incrementado esa simpatía. Pero el paso del tiempo, sin que pueda ejercer ese mandato, puede dar lugar a un progresivo debilitamiento del poder institucional vigente. La oposición lo sabe, por eso ha convocado, para el 23 de enero fecha de recordación del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958, una movilización. Es de esperar que la fortaleza física de Chávez y la sabiduría de los gobernantes encuentren el camino para continuar el sendero de la voluntad de su pueblo.

Juan Guahán, Question