Venezuela, una gran jornada democrática

El Ago 16, 2004

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

foto La oposición del presidente Chávez debe superar a sus partidarios por 3.757.773 votos -o más-; es decir: debe superar la cantidad de sufragios que éste obtuvo en las elecciones presidenciales de 2000. Hasta el cierre de esta información la opinión de los analistas es de que será muy difícil que lo haya logrado.

Los resultados oficiales no se conocerán sino hasta la madrugada de hoy lunes.

La concurrencia de los ciudadanos a los lugares de votación rompió todos los pronósticos y el referéndum batió el récord de asistencia en materia electoral. Tan alta fue la respuesta a la convocatoria -justo es decirlo, donde se jugó buena parte del futuro de la sociedad venezolana-, que el representante de la Junta Nacional Electoral, Jorge Rodríguez, debió comunicar que se extendía el horario de votación hasta la medianoche.

En horas de la tarde, en el estado Aragua, fueron sorprendidos en una ciudad del interior funcionarios municipales con alrededor de 200 documentos de identidad falsos. Y antes aún se había descubierto una grabación del presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Francisco Carrasquero, donde se anunciaba, que el mandato presidencial había sido revocado. La grabación era un montaje.

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Algo más que picardía criolla

Pese a que existía el acuerdo de que sólo el Consejo Nacional Electoral estaba facultado para entregar los resulados del comicio, un sitio internet montado ad hoc (http://tefuiste.ath.cx) mostró -mientras las largas filas de ciudadanos avanzaban penosamente- porcentajes fantasiosos de la votación: 61 por ciento a favor del sí y sólo un 39 por ciento por el no. Un acto de irresponsabilidad cívica.

Pocas veces -si alguna- un país enfrentó una decisión tan importante para su futuro institucional y social con tanta presión internacional. Más de 1.200 acreditaciones a periodistas fueron otorgadas, por lo menos unas 500 a corresponsales de medios de prácticamente todo el mundo.

foto El pensamiento de John Kerry

El stablishment político de EEUU cerró filas y unió sus esfuerzos para conseguir la revocación del mandato de Hugo Chávez Frías. A las conocidas intervenciones de agentes del gobierno de Bush, en marzo se sumó la voz del entonces aspirante a candidato por la oposición demócrata, John Kerry.

«Castro y Chávez son iguales. Chávez ha convertido a Venezuela en un refugio de narcotraficantes. Chávez persigue a sus opositores políticos. Chávez no es un verdadero Demócrata. Chávez tiene que ir al Referéndum. Chávez esto. Chávez lo otro. Chávez, Chávez, Chávez», dijo Kerry entonces. (www.redvoltaire.net/article705.html.

Lo que no debe extrañar. Era entonces, y lo es aun, asesor en materia de política exterior del actual candidato demócrata un tal Rend Beers, «experto en antiterrorismo» y ex hombre de Bush. El pensamiento de Kerry quedó refrendado no hace una semana, cuando el postulante admitió que, de haber estado en los zapatos del actual presidente, y aunque hubiera tenido la certeza de que en Iraq no había armas para una guerra de agresión, igual «habría dado la orden de invadir».

La vigilia y la espera

El gobierno venezolano impartió a sus fuerzas armadas y de seguridad civiles que cautelen no sólo la votación, sino el regreso a casa en la noche de los últimos votantes; algunos de ellos esperaron su turno durante todo el día, desde las seis de la mañana.

Es de esperar que, según pasen las horas que faltan, los dirigentes -de la oposición y del chavismo- actúen mesurados y a la altura del comportamiento popular. Lo que se jugó el domingo 15 de agosto es algo más que el destino de Venezuela: simbólicamente estuvo sobre la mesa también el de América Latina.

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