VIH en América Latina: el riesgo permanente

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Cuando termine 2004, el sida habrá sido la causa de la muerte de unas 100.000 personas entre el Río Grande, por el norte, y la Tierra del Fuego, por el sur; área que incluye las islas caribeñas. Según números oficiales que maneja ONUSIDA -la oficina de la ONU para luchar contra este flagelo- no menos de 240.000 personas se contagiaron en los últimos 12 meses.

La realidad que de se desprende de los datos no es un descubrimiento. El informe del Programa conjunto de las Naciones Unidas correspondiente a 2002 establecía que, por esas fechas moraban en esta parte del mundo alrededor de 1.5 de enfermos, la mayor parte varones adultos jóvenes. En 2004 los cálculos apuntan a 1.7 millones.

El oscuro panorama que se desprende de la estadística bien podría ser mucho peor. De hecho en muy pocos países éstas son confiables y en algunos casi no existen. En los países caribeños -con la excepción de Cuba, quizá el único latinoamericano, por otra parte, que dedica tiempo y recursos a la investigación médica sobre este mal- el sida tienen características de pandemia.

Desde hace algún tiempo laboratorios cubanos vienen desarrollando medicamentos para combatir síntomas específicos de la enfermedad, como el Vimang, fabricado con la corteza de algunas especies de mango.

Es la segunda región del mundo, luego del continente africano, por el número de enfermos de Sida respecto de su población total: más de 400.000 enfermos -sólo en Haití unos 280.000-. En los archipiélagos el calculo estima un 2.3 por ciento de la población adulta.

En territorio continental centroamericano las poblaciones más afectadas por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) son las de Honduras y Guatemala, con una cantidad de enfermos equivalente al uno por ciento de su población, la mayor parte adultos varones y niños.

La economía impotente

fotoHace dos años la inversión extranjera directa en la región latinoamericana y caribeña era -según estudios de la CEPAL- de unos US$ 80.000 millones; las cifras no han bajado. Sin embargo América Latina -los gobiernos de América Latina- no encuentran recursos en sus presupuestos nacionales para combatir la enfermedad. Indica la gravedad del problema el hecho de que entre un cuatro y cinco por ciento de los contagios totales mensurables en el mundo se producen aquí.

Sólo en el Caribe se necesitan no menos de US$ 250/260 millones, pero la inversión en salud para contener el VIH no supera los US$ 20 millones anuales. El subcontinente requiere una inversión no menos a los US$ 1.100 millones. Y las razones para efectuar este «gasto» no son simplemente humanitarias. Por efecto de la epidemia,¡ el producto interno bruto de Jamaica caerá 6,4 por ciento en 2005, y el de Trinidad y Tobago 4,2 por ciento, alertó un análisis de la Universidad de las Indias Occidentales.

En su informe de 2002, ONUSIDA advertía: «si no se refuerzan las respuestas, existe el peligro de que (el sida) pueda propagarse de forma más rápida y más extensa» en la región. El ejemplo haitiano estremece: el seis por ciento de la población adulta está infectada; en Bahamas «apenas» el 3,5 por ciento de los adultos.

Desde entonces ha habido progresos y problemas. Un informe de la Organización Panamericana de la Salud señala que mejoró la atención de los enfermos por parte de los organismos estatales y que aumentó la cantidad de medicinas anti retrovirales -prolongan y mejoran la calidad de vida de los enfermos- puestas a su disposición.

Los problemas corren por cuenta de Brasil, y comenzaron, paradójicamente debido a los progresos que se realizaban.

La patente y la vida

En materia de costo y alcance de estos tratamientos -que si bien no son garantía de curación permiten a la generalidad de los enfermos llevar una vida normal en casi todos sus aspectos- Brasil es el país que mejor desempeño demuestra, gracias a la producción propia de medicamentos genéricos.

En el Informe 2002 ONUSIDA estableció: «A pesar de múltiples limitaciones, la región -con Brasil marcando el camino- ha hecho progresos admirables en el suministro de asistencia y tratamiento (a los enfermos)».

La alegría fue más bien un plato agridulce -o «agritriste»-, toda vez que ante la puesta en marcha de la producción brasileña de genéricos, la industria farmacéutica sumó a los dolores de cabeza del gobierno de Lula -enfrascado en desactivar la bomba del Área de Libre Comercio de la Américas, lo que suponía un fuerte enfrentamiento con la Casa Blanca- sus exigencias en el sentido de que se respeten sus patentes sobre esos medicamentos. Los negocios son una cosa, la solidaridad otra muy distinta.

ONUSIDA destacó también los esfuerzos en prevención y atención de pacientes en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, México y Puerto Rico. El reconocimiento de estas realidades y los progresos constantes de la medicina cubana no significa que la batalla del sida se esté por ganar. Millares de enfermos no pueden acceder a medicamentos debido a su alto costo o simplemente ignoran que han sido infectadas por el VIH, mientras otros mueren jóvenes por falta de diagnóstico o de atención o carencia de recursos.

El panorama en algunos países

Brasil. Un tercio de todos los enfermos de América Latina viven en Brasil. Como en otros países del mundo, la enfermedad dejó de transmitirse exclusivamente entre varones homosexuales para afincarse en el sector de drogadictos que se inyectan y saltar -lo que preocupa a las autoridades sanitarias- sobre las mujeres, infectadas al tener relaciones sexuales con hombres portadores del virus.

Un estudio reciente despejó cualquier duda en el sentido de que, en los sectores socioeconómicos más pobres la relación entre sida y prostitución -masculina y femenina- se hace cada vez mas estrecha, en especial en Santos y San Pablo. Casi el siete por ciento de las personas dedicadas a la prostitución son VIH-positivo, pero entre los que vivían en barrios pobres urbanos los niveles se situaban en alrededor del 18, y entre las mujeres de menor grado de instrucción de esas poblaciones llegaba al 23 por ciento.

Argentina. En la Argentina el VIH marca una zona de alto riesgo fundamentalmente en las áreas urbanas de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, aunque se estima que un 65 por ciento de las infecciones se producen en la capital, federal, y sus áreas circundantes.
Como en Brasil y otros países las formas de transmisión han mutado haciendo de la mujer una víctima mayor, siempre por contagio de compañeros que en proporciones variables o son drogadictos de drogas que se consumen por vía endovenosa u hombres de costumbres homosexuales.

Uruguay. En la práctica el 75 por ciento de los casos se registran en Montevideo. Ha comenzado a cundir el contagio «por jeringa».

Venezuela. Parecen coincidir los investigadores en que en este país la enfermedad aumenta a pasos agigantados. Se cree que el número de enfermos no baja de unas 130.000 personas. En la actualidad Venezuela sufre una de las epidemias más importantes de la región.

En este país, el VIH se propaga principalmente a través de las prácticas sexuales de riesgo, con una proporción significativa de contagios femeninos, siguiendo el patrón internacional: contagio por compañeros sexuales con hábitos homosexuales.

Ecuador. No hay muchos datos, pero algunos estudios de comportamiento señalan entre los factores que podrían contribuir a la propagación del VIH el inicio precoz de la actividad sexual. El 43 por ciento de los estudiantes de últimos cursos de. secundario tienen una vida sexual activa, y casi la mitad de ellos no conocen el preservativo o se niegan a utilizarlo.

Bolivia. La mayor parte de los enfermos y portadores se encuentran en el ámbito de la prostitución y grupos homosexuales. La mayoría de las infecciones ocurren en Santa Cruz y La Paz.

Colombia. En materia de sida, no se encuentran proporciones significativas de enfermas entre las prostitutas de Bogotá y otras ciudades, pero sí en varones adultos homosexuales (alrededor del 18 por ciento).

México. Entre la población adulta la incidencia del VIH se ha mantiene debajo del uno por ciento -cifras oficiales-, aunque se observa grandes variaciones por región. En los estados de Baja California, Distrito Federal, Quintana Roo y Yucatán, la prevalencia permanece estable alrededor del 0,5%, mientras que en Hidalgo, San Luis Potosí y Zacatecas es mucho menor, con un promedio del 0,1%.

En América central, sobre lo señalado más arriba, cabe agregar que los casos van en aumento desde la década de 1991/2000. Los varones homosexuales son, en una proporción de 3 a 1 respecto de las mujeres, la mayor parte de los enfermos.

No es el único enemigo

El Informe de UNICEF correspondiente a 2001 establecía para América Latina una tasa de mortalidad infantil de 39 por mil niños nacidos vivos; el estudio se concentró en los primeros tres años de vida -primera infancia- período que influye, por otra parte, de modo decisivo en el desarrollo posterior de la persona, pero que a menudo no es considerado en las políticas, programas y presupuestos de los países del subcontinente.

La mortalidad de menores de cinco años establece una diferencia abisal entre América Latina y el Caribe y los poaíses industrializados, donde la probabilidad de muerte es de seis por cada mil nacidos vivos y un mejor desempeño en materia de salud y protección materno-infantil que África subsahariana y el sur de Asia, donde la mortalidad de menores de cinco años es de más de 100 por cada 1.000 nacidos vivos.

La sobrevivencia de los menores de cinco años depende de factores como la salud nutricional y los conocimientos básicos de salud de la madre, el acceso a agua potable y saneamiento eficaz, la inmunización y el acceso de servicios de atención materno infantil.

En el caso de América Latina y el Caribe, los países con menor mortalidad de menores de cinco años son Cuba, Jamaica, Chile, Costa Rica y Uruguay. En el otro extremo se encuentran Haití, Bolivia, Guatemala, Perú y Nicaragua, que, al mismo tiempo, tienen las mayores cifras de nacimientos por mujer.

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Fuentes

– Las diversas oficinas regionales de ONUSIDA por sus páginas en internet (http://www.onusida.org + la convención identificatoria para cada país: .co para Colombia, .br para Brasil, etc…).
www.ipsenespanol.org

http://la.indymedia.org

www.adital.org.br

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