Violencia contra la infancia XII. – SIDA, EL ASESINO DE DOS SÍLABAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El estigma y la discriminación que a menudo provoca la infección por VIH suelen ser motivo de exclusión y aislamiento de los chicos al quitarles la posibilidad de recibir educación.

Los infantes cuyos hogares están afectados por el VIH/SIDA sufren problemas emocionales y psicológicos. Las penurias económicas debidas a la incapacidad de trabajar de sus progenitores o representantes pueden empujarlos a abandonar sus estudios y a trabajar. fotoCon frecuencia, también recae sobre ellos la carga de atender a sus familiares enfermos. Los que quedan huérfanos debido al VIH/SIDA corren mayor riesgo de ser víctimas de la explotación, el abuso y la violencia.

El peligro que corren los niños de contraer el VIH aumenta cuando no reciben suficiente protección, como en las situaciones de explotación sexual, trata, violencia, conflictos armados, reclutamiento en las fuerzas y grupos armados, desplazamiento, detención y prisión, matrimonio adolescente y mutilación genital femenina.

La voz de las cifras

En 2005, de acuerdo a las investigaciones de la UNICEF, en el mundo había unos 2.3 millones de niños y niñas menores de 15 años que vivían –es un decir– con el VIH. De ellos, unos 700.000 se habían infectado recientemente. En el mismo periodo, 570.000 murieron de SIDA.

Un 62% de los jóvenes del mundo infectados con el VIH y un 80% de los chicos huérfanos del SIDA viven en países de África subsahariana.

Desde el comienzo de la enfermedad del VIH/SIDA a principios del decenio de 1980, la proporción de mujeres infectadas con el VIH ha aumentado progresivamente. Hoy día, las mujeres y las niñas constituyen casi la mitad de las personas con esta infección.

La Convención sobre los derechos de los niños

En la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989, los Estados Partes, en su Artículo 24, reconocieron el derecho de los niños y niñas al disfrute del más alto nivel posible de salud.
El Artículo 2, establece: “los Estados Partes respetaran y garantizaran que los derechos enunciados en la convención se apliquen a todos los niños y niñas sujetos a su jurisdicción, sin discriminación de ninguna índole.

A fin de combatir la difamación de las personas afatadas por el VIH/SIDA y eliminar la confusión, los gobiernos deben reconocer esa enfermedad y sus consecuencias, y abordar las correspondientes respuestas al más alto nivel y en las estrategias nacionales de reducción de la pobreza. Las políticas gubernamentales y la asignación de recursos para la ampliación de los servicios de bienestar social resultan fundamentales para aumentar la capacidad de atención de las familias y las comunidades de los huérfanos y los niños infectados y vulnerables.

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Es preciso abordar los derechos de herencia y propiedad de las mujeres de los chiquillos que han perdido a sus cuidadores debido al SIDA. También debe protegerse el derecho de los jóvenes que viven con VIH/SIDA, y promulgar leyes para asegurar un acceso igualitario a servicios esenciales como la salud y la educación.

Es obligatorio oponerse a los prejuicios, la humillación y la difamación que sufren frecuentemente los niños infectados o que han quedado desamparados o vulnerables a esta enfermedad. La violencia, incluido los conflictos armados, la discriminación y el abuso sexual, y las relaciones de poder injustas como los matrimonios de las chicas con maridos de mucha más edad aumentan la vulnerabilidad de la infancia ante la infección del VIH.

Los medios de comunicación pueden ayudar a crear conciencia, combatir los mitos y eliminar los tabúes sobre el SIDA convalidando esos temas como asuntos aceptables de debate y ofreciendo información precisa sobre la enfermedad y su prevención. Incorporar las opiniones y la participación infantil puede ayudar a romper el silencio y poner fin a la difamación.

Orientación

El conocimiento y la participación de los niños y niñas son muy importantes cuando se trata de la amenaza y las repercusiones del VIH/SIDA. A fin de evitar el riesgo de infección, los menores deben aprender acerca de la salud sexual y contar con la capacidad para rechazar relaciones sexuales peligrosas o no deseadas –y para buscar opciones más seguras–. Es necesario apoyar a los adolescentes que ya están afectados o infectados para que adquieran aptitudes que les permita sobrellevar su situación su situación, tomar decisiones con conocimiento y protegerse de la explotación y el abuso.

Se deben invertir recursos y utilizar todas las capacidades necesarias para realizar labores de seguimiento de las familias dispuestas a adoptar y cuidar los huérfanos y fortalecer los servicios comunitarios. Para brindar protección a los chicos durante los conflictos armados y las crisis humanitarias, el personal internacional de mantenimiento de la paz y de trabajo caritativo debe recibir capacitación acerca del sida y su prevención.

Los niños afectados por el SIDA deben tener acceso a la educación, un derecho humano fundamental. La enseñanza reduce también la vulnerabilidad ante la explotación. Los servicios de atención infantil y de apoyo psicosocial basados en la comunidad son necesarios para ayudar a que las familias y las comunidades sobrelleven la situación.

En los conflictos o situaciones de emergencia que aumentan el riesgo de que los pequeños contraigan la enfermedad, las iniciativas de protección, la desmovilización, el desarme y la reintegración de los niños reclutados o secuestrados por las fuerzas y grupos armados, y las labores de prevención y respuesta a la violencia sexual, como la atención después de una violación o la profilaxis, pueden mitigar las desastrosas consecuencias para la infancia.

Para convalidar las actividades de los gobiernos y las comunidades orientadas a reducir las consecuencias de la enfermedad, es fundamental emplear indicadores convalidados sobre el grado de bienestar de los niños afectados por el mal.

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UNICEF en acción

En el plano mundial, UNICEF inauguró en 2005 la campaña mundial Únete por la niñez. Únete con la juventud. “Únete para vencer el SIDA, en la que participan UNICEF, los patrocinadores de ONUSIDA, donantes bilaterales, organizaciones no gubernamentales y religiosas e integrantes organizaciones ciudadanas. El objetivo de la campaña consistió en garantizar que los niños y niñas ocupen un lugar prioritario en el temario mundial sobre le VIH/SIDA, en incrementar en tamaño e intensidad todas las actividades destinadas a prevenir nuevas infecciones y en prestar ayuda a los niños y niñas que ya sufren las consecuencias de la enfermedad.

Esa campaña incluyo cuatro aspectos prioritarios, conocidos como “las cuatro P”. Prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo; tratamiento pediátrico; prevenir la infección entre los adolescentes y los jóvenes y proteger y auxiliar a los niños y niñas afectados.

En Burundi, la República Democrática del Congo y Haití, UNICEF apoya iniciativas de prevención y respuesta ante la violencia social, como la prestación de servicios de atención y protección psicosocial a las víctimas de violaciones sexuales. En Haití se brindo atención médica directa en 2005 a 1.900 niños y niñas afectadas por el mal, además de soporte educacional y financiero.

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* Periodista.

La entrega anterior de esta investigación puede leerse aquí, donde encontrará el enlace al capítulo previo a ése.

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