Los hablantes en lenguas indígenas sufren mayor pobreza en México
Gerardo Villagrán del Corral - CLAE
En México, 69 de cada 100 personas hablantes de una lengua indígena -casi el 70%- se encuentran en situación de pobreza, de acuerdo con la medición más reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, entre 2018 y 2022 el porcentaje de la población en situación de pobreza a nivel nacional pasó de 41,9 a 36,3 %, lo que representó un cambio de 51,9 a 46,8 millones de personas. Es decir, 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una carencia social y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir alimentos, bienes y servicios necesarios (valor de las canastas alimentaria y no alimentaria).
La pobreza en México es un fenómeno que ha persistido durante décadas, afectando a millones de personas en el país. A pesar de los esfuerzos para combatirla, este problema continúa siendo un desafío complejo y multifacético. Si bien la pobreza afecta a mexicanos de todos los ámbitos de la vida, sus implicaciones específicas son mayores para las comunidades indígenas.
Amartya Sen señala que la pobreza no es simplemente la falta de ingresos; es la carencia de la capacidad de las personas para participar plenamente en la sociedad y enriquecer sus vidas. El racismo y la discriminación afectan la economía de quienes tienen lengua indígena, según Máximo Jaramillo, director del Instituto de Estudios sobre Desigualdad y profesor investigador de la Universidad de Guadalajara.
Todo ese tipo de mecanismos afectan en términos económicos el desarrollo personal y terminan generando indicadores de pobreza altos para las personas que hablan una lengua indígena, comentó en entrevista.
Desde hace 14 años en México se ha establecido la necesidad de evaluar la pobreza como una problemática multidimensional, es decir, que además de considerar la insuficiencia de los recursos económicos, utiliza varias dimensiones adicionales sobre las cuales debe focalizarse la política social.
Mujeres indígenas
La gran mayoría de las personas indígenas padecen graves condiciones de pobreza, e históricamente las comunidades indígenas en México han enfrentado históricamente condiciones de pobreza desproporcionadas. A menudo, estas comunidades se ubican en áreas rurales y remotas, donde el acceso a servicios básicos, educación y atención médica es limitado. Además, la discriminación y la marginación históricas han exacerbado las condiciones de pobreza que enfrentan.
Una de las principales causas históricas ha sido la pérdida de tierras y recursos que fueron arrebatados a estas comunidades. Durante la colonización española y la expansión del México moderno, las tierras que tradicionalmente pertenecían a los pueblos indígenas fueron usurpadas, lo que los dejó sin la base de su sustento. Esta pérdida de tierras y recursos ha debilitado su capacidad para satisfacer sus necesidades básicas y ha contribuido a la perpetuación de la pobreza.
Otra causa de la pobreza es la discriminación y la marginación. A lo largo de la historia de México, las poblaciones indígenas han enfrentado estigmatización y exclusión en diversas formas, lo que significó un acceso limitado a oportunidades educativas, de empleo y de participación en la vida política y social del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis, 2017), un tercio del país (34,1%) cree que la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura.
No es porque sean personas menos productivas, es por las características socioeconómicas y las carencias sociales que tienen, señala José Antonio Salazar Andreu, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana. El ingreso promedio trimestral de una mujer no indígena es de 21 mil 110 pesos, pero si habla alguna lengua indígena baja a 9 mil 822 pesos, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los hogares 2022.
En el caso de los hombres, la diferencia de ingresos es de 14 mil 606 pesos, pues en promedio perciben 31 mil 887 pesos, mientras quien habla alguna lengua indígena gana 17 mil 281 pesos.
El académico Jaramillo destacó a La Jornada que también enfrentan discriminación cuando buscan empleo y en el ámbito educativo; además están expuestas al despojo de sus propiedades y tierras, lo que trastoca sus medios de producción y autoexistencia. Y eso se refleja en los ingresos corrientes de sus hogares.
Señaló, asimismo, que las empresas y universidades podrían cumplir con cuotas para tener una mayor inclusión de personas con lengua indígena y así lograr los avances que el mercado laboral ha obtenido en materia de diversidad.
Aumenta la brecha
La medición 2022, que Coneval publicó este mes, muestra que la población que es vulnerable por carencias sociales como servicios de salud, seguridad social, vivienda y alimentación subió 15,9 por ciento de 2018 a 2022, al pasar de 32,7 millones de personas a 37,9 millones.
En contraste, la población no pobre y no vulnerable, sin ningunma carencia social, aumentó 19,1 por ciento en el mismo periodo, ya que subió de 29,3 millones de personas a 34,9 millones, principalmente por el aumento al salario mínimo. Coneval informó que en 2022, 39,1 por ciento de la población carecía de acceso a los servicios de salud, un nivel mayor respecto a 2018, cuando fue de 16,5 por ciento, lo cual se relaciona con la informalidad laboral y el bajo presupuesto en el sector.
No se invirtió lo suficiente en salud para que pudiera reducir el nivel de personas descubierto, señaló Salazar Andreu.
Creación de capacidades
La teoría de la creación de capacidades, desarrollada por el economista Amartya Sen, ofrece un enfoque valioso para abordar la pobreza en México tanto en su contexto general como en el específico de las comunidades indígenas y sostiene que la pobreza no se puede reducir simplemente a la falta de ingresos; es la falta de la capacidad de las personas para llevar vidas que consideren valiosas.
La creación de capacidades se refiere a la expansión de las oportunidades y la mejora de la libertad que las personas tienen para llevar a cabo la vida que desean. Implica empoderar a las personas para que tomen control de sus propias vidas y tengan la capacidad de participar plenamente en la sociedad. Va más allá de proporcionar servicios básicos y oportunidades económicas; se trata de permitir que las personas ejerzan su libertad y tomen decisiones que enriquezcan sus vidas.
Para aplicar la teoría de la creación de capacidades en el contexto de la pobreza en México, es esencial reconocer que no existe una solución única. En el caso de las comunidades indígenas, esto implica la implementación de políticas y programas que respeten sus derechos a la tierra y los recursos, así como el fomento de oportunidades educativas que valoren y promuevan la cultura indígena.
La creación de capacidades también implica garantizar que las comunidades indígenas tengan acceso a servicios de salud adecuados y atención médica. Esto es fundamental para mejorar su calidad de vida y para garantizar que puedan ejercer plenamente su libertad de vivir una vida saludable y plena. Un desafío para el nuevo gobierno de Sheinbaum.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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