Poemas de Darío Jaramillo Agudelo. premio León de Greiff

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El pasado 12 de septiembre, el poeta y escritor de Santa Rosa de Osos, Antioquia, Colombia, obtuvo el Premio León de Greiff 2025 por una vida dedicada a la literatura. Por eso recuperamos de nuestro archivo estos poemas, publicados en la revista en 1989. Abogado, economista y escritor antioqueño, reconocido por ser uno de los renovadores de la poesía de amor en Colombia y uno de los principales exponentes de la generación desencantada de la literatura.

Encuentros y apariciones

I

Afuera el frío viento,
el ocre del sol en el crepúsculo,
el azul de un solo tono en todo el cielo,
y tú lejos,
y tú lejos.Darío Jaramillo Agudelo, Colombia - Festival Internacional de Poesía de ...

II

Dónde estás ahora que te suspiro
y te veo bajo el aire húmedo de un puerto caminando,
los ojos posados en un edificio que se pierde en la niebla color ámbar,
el ruido de la música y los carros,
a lo lejos una sirena,
y yo aquí, más lejos,
sin saberte con certeza,
inventándote siempre.

III

¿Por qué no tu boca aquí,
por qué no sobre mi piel tu aliento,
por qué no adentro yo de tus abismos?

IV

La luna es un zepelín de mandarina
flotando entre dos edificios de Manhattan.
Inflada de verano,
la luna es un zepelín sostenido por un beso.
Las lenguas toman posesión de nuestros cuerpos y ascendemos,
livianos de nosotros flotamos en abrazo y en saliva.

 

Darío Jaramillo Agudelo ganador del Premio Nacional de Poesía 2017 ...Parque Bolívar

Las once de la noche del domingo en el parque.
Es agosto y un viento frío mece los árboles:
ya es la hora del silencio en la fuente
y unos pocos transeúntes caminan rumbo a casa con el cine en sus pupilas.

Por mi ventana, mezclado entre la brisa, entra el canto armonioso de una trompeta:
un hombre sentado en la escalera del atrio a las once de la noche del domingo
improvisa unos sonidos nostálgicos y alegres
y después la brisa me trae viejas canciones conocidas que vienen del pasado;
torna a Sorrento, frenesí, una samba brasileña cuyo nombre he perdido entre las cosas obvias,
soñar y nada más…

El sonido me obliga con su conjuro a mirar por la ventana,
veo la lluvia caer sobre la música
y las notas parecen pececitos de colores y el agua brilla bajo la luz de los neones del parque,
bailando al son de la trompeta.

Luego vendrá el silencio y los pasos de un hombre desconocido,
alejándose
con una trompeta en el brazo.

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