Paraguay: Ante la generalizada protesta popular, Abdo amenaza sacar al Ejército a las calles
Mientras 200 mil hectáreas de bosques chaqueños se volvían ceniza, también va subiendo la temperatura social en Paraguay, con un gobierno acorralado por cotidianas manifestaciones populares que reclaman la destitución del presidente Mario Abdo, quien ahora amenaza sacar al Ejército a la calle para reprimir a la población.
Hay gran preocupación en todos los sectores por el deterioro acelerado y creciente de la situación económico social, con una caída del 40 por ciento del mercado interno y del empleo, y una morosidad crediticia del 70 por ciento, gracias a la aplicación de las medidas neoliberales por parte del gobierno de Mario Abdo.
Pero preocupa aún más es el proyecto del gobierno de sacar el ejército a las calles con la excusa de velar por la seguridad ciudadana, sustituyendo la labor policial. Los analistas interpretan esta medida como una innovación estratégica del Pentágono para contrarrestar cualquier asomo de políticas con sensibilidad social.
“Convocan al Ejército en su viejo papel de exterminio físico e ideológico, pero sin aparecer en primera plana esta vez, a diferencia de los años 60 al 80 del siglo pasado, para lo cual el proyecto prevé utilizar a mandatarios peleles con lapiceras, para firmar las órdenes que le dicte el gran capital financiero transnacional; en resumen, nuevo estilo de Golpe de Estado, maquillado con esmero”, señala el analista José Antonio Vera.
Hasta la policía nacional se ha visto amenazada y ha salido a las calles a protestar. Los familiares de los policías y personal en retiro lanzaron un manifiesto –por primera vez en la historia- convocando a cerrar las principales rutas nacionales, y difundiendo un manifiesto político inédito en la historia de esa institución, de ciega tradición obsecuente al gobierno de turno.
En el manifiesto, esta policía que durante ocho décadas encabezó la represión del Estado, denuncia la corrupción política, los abusos del poder, los excesos en la gerencia pública y, rechaza toda acción del triunvirato Partido Colorado-Gobierno-FFAA. En ese triunvirato se apoyó el sanguinario dictador General Alfredo Stroessner (1954-1989).
Pero no sólo es la policía la que sale a la calle a protestar contra el gobierno. Estudiantes, funcionarios públicos, gremios docentes, la Universidad Nacional de Asunción, que dirige el Hospital de Clínicas, sindicatos urbanos, campesinos organizados, que vienen ocupando las calles de las principales ciudades exigiendo el juicio político para los principales jerarcas gobernantes, acusados de corrupción sistemática.
Las demandas populares resquebrajaron los principales partidos del sistema, en particular el Colorado y el opositor liberal, tras el escándalo del acuerdo energético con Brasil, El negociado incluyó la redacción de cláusulas secretas que sellaban la comercialización de energía hidroeléctrica excedente (producida por la represa binacional de Itaipú)
a la empresa Leros, ligada a la familia del presidente brasileño Jair Bolsonaro, a seis dólares el megavatio, cuando la cotización de mercado ronda los 40 dólares.
Una vez incorporados a la red por Leros el excedente eléctrico sería vendido a un precio de 80 dólares el megavatio, registrando un potencial y módico beneficio del 1.200 por ciento a repartir entre presidentes.
Tras el escándalo, fue el ex presidente Horacio Cartes quien con los votos de sus acólitos en el parlamento, impidió el juicio político a Mario Abdo, y desde entonces se afianzó en el poder en las sombras. Cartes, calificado como el principal contrabandista del país por Abdo, y dueño del emporio de cigarrillos, y propietario de varios de los principales medios de comunicación,
El opositor Frente Guasú, con escasa representación parlamentaria y escasez de liderazgos y vocerías, continúa estancado, encabezado por el hoy senador y expresidente Fernando Lugo, quien mantiene cierta ascendencia ciudadana debido a sus méritos como gobernante (2008-12). Lugo fue víctima de un golpe parlamentario.
Y en este desconcierto generalizado, surgieron las denuncias de que en distintos sitios de los 400 mil kilómetros cuadrados del Paraguay, están apareciendo restos óseos, entre los cuales se encuentran tres cráneos humanos encontrados en una de las muchas propiedades que, en sus 35 años de poder absoluto, acumuló el dictador Stroessner.
Rogelio Goiburú, Director de la Secretaría Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia, estimó que “podrían pertenecer a opositores paraguayos o a militantes de izquierda de otros países, enterrados en Paraguay en una operación más del genocida Plan Cóndor, cuyos asesinos se intercambiaban prisioneros”.
Goiburú recibió denuncias de que hay restos de personas en fosas comunes, incluyendo en comunidades indígenas, que hacen pensar que podrían pertenecer a luchadores contra la dictadura. La impunidad campea en Paraguay desde las épocas de la dictadura, pero lo novedoso son los nuevos aires políticos que podrían devenir en huracanes.
Es por eso que el poder fáctico, encabezado por la Unión Industrial y los terratenientes de la Asociación Rural amenazan con cerrar las rutas nacionales con sus tractores y exigen a Abdo y Cartes que el Ejército controle las calles.
* Periodista y politólogo paraguayo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)