Los iraquíes torturados durante la invasión de EU no fueron siquiera indemnizados
Veinte años después de la invasión, no hay un camino claro hacia la compensación para los iraquíes que sufrieron abusos.
La organización dijo en un comunicado que, veinte años después de la invasión, «no hay un camino claro hacia la compensación para los iraquíes que sufrieron abusos durante su detención por parte de las fuerzas estadounidenses», puesto que el Gobierno de EU «aparentemente no ha proporcionado» ningún tipo de reparación.
«Los funcionarios estadounidenses han indicado que prefieren dejar la tortura en el pasado, pero los efectos a largo plazo de la tortura siguen siendo una realidad diaria para muchos iraquíes y sus familias», dijo en la nota la directora de HRW en Washington, Sarah Yager.
Entre 2003 y 2009, Estados Unidos y sus aliados de la coalición internacional detuvieron a unos 100.000 iraquíes, muchos de los cuales fueron víctimas de torturas y malos tratos, especialmente en la prisión de Abu Ghraib, administrada por las tropas estadounidenses, recordó el comunicado.
Esa cárcel fue escenario de graves abusos físicos, psicológicos e incluso sexuales. Una de las víctimas de Abu Ghraib entrevistada por HRW afirmó ser una de las personas que aparecen en la infame fotografía conocida como «la pirámide humana», una forma de tortura que consistía en apilar a los presos desnudos, maniatados y con la cabeza cubierta con un saco.
Se trata de Taleb al Majli, un ex-preso que asegura ser el hombre retratado en la fotografía que dio la vuelta al mundo. Al Majli dijo que fue humillado sexualmente y que abusaron de él con perros y mangueras de agua.
Asegura que fue liberado al cabo de 16 meses sin cargos, pero siguió mordiéndose las manos y las muñecas para intentar sobrellevar el trauma, lo que le dejó enormes cicatrices.
«Ese año y cuatro meses cambiaron todo mi ser para peor. Me destruyó y destruyó a mi familia», declaró a la ONG, que aclara que no ha podido verificar completamente su versión.
Según un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) publicado en 2004 y dirigido a la coalición militar, entre el 70 y el 90% de las personas que fueron detenidas por las tropas internacionales habían sido arrestadas por error.
Ese mismo año, Bush se disculpó por la «humillación sufrida por los prisioneros iraquíes» de Abu Ghraib y, poco después, el entonces secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, prometió compensar a las víctimas de «abuso cruel y grave a manos de unos pocos miembros de las fuerzas armadas de EU», recordó HRW.
Sin embargo, la organización señaló que «no ha encontrado evidencia de que el Gobierno de Estados Unidos haya pagado alguna compensación» a las víctimas, mientras que Washington tampoco «ha emitido disculpas individuales».
Algunas de las víctimas intentaron solicitar indemnizaciones a través de la Ley de Reclamaciones Extranjeras (FCA) estadounidense, pero según HRW solo una persona recibió mil dólares por haber sido «detenida ilegalmente», sin que se hablara de tortura.
Asimismo, la División de Investigación Criminal del Ejército estadounidense abrió más de 500 investigaciones sobre presuntos abusos entre 2003 y 2005, y entre ellas aparecen más de 370 casos de agresión, 90 muertes, 34 robos y seis casos de agresión sexual presuntamente cometidas por las tropas de Estados Unidos.
Al menos 11 soldados estadounidenses fueron condenados por haber cometido abusos de los derechos humanos en Abu Ghraib, pero muchas voces críticas lamentan que no se hayan depurado responsabilidades en lo alto de la cadena de mando.
Según Human Rights Watch, no existe una vía legal para que las víctimas de Abu Ghraib reciban una compensación, ni a través del sistema estadounidense ni del iraquí.
«Estados Unidos debería ofrecer compensación, reconocimiento y disculpas oficiales a los supervivientes de abusos y a sus familias», afirmó Yager, de la organización.
El expresidente estadounidense demócrata Barack Obama, elegido en 2008, prometió que Estados Unidos no «torturaría», pero decidió no pedir responsabilidades a los funcionarios de la anterior administración del republicano Bush.
Debido a una ley aprobada por el Congreso, Estados Unidos tampoco ha compensado a los prisioneros liberados de la prisión de la Bahía de Guantánamo en Cuba.
Abu Ghraib y otras cárceles iraquíes controladas por Estados Unidos son sólo un capítulo de los “lugares negros de la CIA en todo el mundo”, según HRW. En esos lugares, “las fuerzas estadounidenses, los agentes de inteligencia y los contratistas llevaron a cabo torturas y otros malos tratos, llamadas técnicas de interrogatorio mejoradas”, sostiene la ONG. La prisión de Guantánamo es un claro ejemplo.