Pese a la manipulación de información por parte de autoridades e industria, es inocultable que el actual virus de gripe porcina (ahora asépticamente llamado de influenza A/H1N1) tiene su origen en la producción industrial de animales. Las autoridades conocían la amenaza de pandemia, pero no dieron importancia a los avisos de instituciones científicas y organizaciones sociales para no interferir con los intereses económicos de la gran industria alimentaria agrícola y pecuaria y de las trasnacionales farmacéuticas y de biotecnología que lucran con las enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud conoce bien este panorama, por lo que es una vergüenza que haya cambiado el nombre de gripe porcina (que también asuela a humanos) al neutral "influenza A/H1N1", para desvincular a la empresas de cría industrial de cerdos de lo que realmente son: causantes de la epidemia.
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