Hablando de imperialismo: Honduras y la patita liberal alemana

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Gonzalo Tarrués.

El pasado 13 de agosto desde Berlín el periodista Harald C. Neuber informaba que la Union Europea "considera apoyar la celebración de elecciones anticipadas en Honduras, organizadas por el régimen instalado en ese país tras el golpe de Estado". La información, registrada por Prensa Latina, se complementa con otra del mismo periodista, ésta del 22 de agosto, referida a la Fundación Friedrich Naumann y su interés en Honduras. Surge una pregunta: ¿cómo describir al imperialismo?

Para los efectos de este artículo es anécdota –pero más que anecdótico– el hecho de que la UE además de apoyar ese llamado electoral considera enviar una misión observadora. Dice Neuber: "El requisito para el despliegue de la misión sería un ‘desarrollo positivo’ de la situación en el país centroamericano".

El 22 de agosto el periodista –siempre desde Berlín según Prensa Latina– señalaba: "El apoyo de la fundación alemana Friedrich-Naumann al régimen golpista de Honduras recibe cada vez más críticas en Alemania.

"En una interpelación al gobierno federal, la fracción parlamentaria del partido socialista Die Linke (La Izquierda) cuestionó la legitimidad del trabajo de la fundación, la cual es cercana al FDP (Partido Demócrata Liberal de Alemania)". Y agregaba:

"Christian Lüth, director de la oficina local de la fundación Naumann, activa en Honduras desde 1984, había afirmado en varias ocasiones que era una ‘leyenda decir que en Honduras había ocurrido un golpe de Estado contra el gobierno".

Honduras laboratorio

Mucho antes, el dos de julio la abogada y analista de asuntos políticos Eva Gollinger afirmó:

"Durante la madrugada del domingo 28 de junio, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue secuestrado y sacado a la fuerza por militares encapuchados de su residencia presidencial en Tegucigalpa (…) Mientras ocurría el golpe de Estado, los militares estadounidenses y los representantes de Washington en la embajada de EEUU en Tegucigalpa tenían pleno conocimiento de los sucesos.

"Estados Unidos mantiene una base militar en Soto Cano, ubicada a 97 kilómetros de la capital, operativa desde el año 1981, cuando fue activada por el gobierno estadounidense durante la administración de Ronald Reagan. En los años ochenta, Soto Cano fue utilizada por el Coronel estadounidense Oliver North como una base de operaciones de la “contra”, las fuerzas paramilitares entrenadas y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) encargadas de ejecutar la guerra contra los movimientos izquierdistas en Centroamérica, y particularmente contra el gobierno sandinista de Nicaragua. …"

"La base de Soto Cano es la sede de la “Fuerza de Tarea Conjunta Bravo” (JTF-B) de Estados Unidos, compuesta por efectivos del ejército, las fuerzas aéreas, fuerzas de seguridad conjuntas y el primer batallón-regimiento número 228 de la aviación estadounidense. Son aproximadamente 600 personas y 18 aviones de combate, incluidos helicópteros UH-60 BlackHawk y CH-47 Chinook". El texto de la abogada venezolana-estadounidense fue publicado por TeleSur .

El 10 de agosto en este portal se publicó un artículo del escritor hondureño Julio Escoto; en una de sus partes señalaba que el diario La Prensa de Tegucigalpa el 29 de marzo de este año aparecían "dos noticias de su redactora Yessile Ponce: una era que según el novato Ministro de Recursos Naturales y Ambiente, Tomás Vaquero, la empresa estatal Petróleos de Venezuela, Pdvsa, estaba interesada en explorar petróleo en Honduras.

"Lo cual luciría como información usual si no fuera por el antecedente registrado en la misma sección, que informa: ‘Noruegos ya iniciaron exploración. Honduras firmó un convenio con la Petroleum Geo Services, PGS, que realizará estudios en 10 mil kilómetros de líneas sísmicas del mar territorial de Honduras, para posteriores exploraciones de crudo durante los próximos diez años".

Informa además Escoto que se realizó un seminario en Houston, EEUU, en el que el ministro hondureño aseguró que sí, que había petróleo en Honduras y que efectivamente PDVSA está interesada en negociar con el gobierno los términos de su instalación en el pais. Más adelante señala:

"Para conjurar ese alto riesgo intermediarios de Chevron, Exxon Mobil y Shell debieron comisionar a militares, políticos y financistas hondureños ejecutar con brevedad quirúrgica, aunque igual lo hicieron con torpeza, la operación del golpe, probablemente el inicial petrolero y el debutante para la clase empresarial de América en el siglo presente. Si este tiene triunfo habrá muchos otros triunfos más; si este falla será inevitable una recomposición de las potencias energéticas del mundo…" (El artículo completo puede leerse aquí).

La fundación a que se ha hecho referencia existe en Alemania desde fines de la década de 1951/60; es una de las mayores organizaciones de tipo ideológico del país, junto con la Fundación Friedrich Ebert y la Fundación Konrad Adenauer. Está vinculada al Partido Democrático Libre, del mismo modo que la Ebert a la Social-democacia y la Adenauer a la Democracia-cristiana. Su objetivo es la promoción internacional de la ideología del liberalismo, fomentando la liberalización económica, el desarrollo de las libertades individuales y soluciones sociales mediante el libre mercado, el Estado de Derecho y la libertad del individuo. Tiene presencia en el continente americano.

Suele trabajar con los miembros de la Internacional Liberal; en América Latina sus principales contrapartes son el Partido Liberal de Honduras, la Alianza Liberal Nicaragüense, el Movimiento Libertario de Costa Rica y diversas instituciones liberales de Suramérica.

Ha pasado mucha agua desde los desvelos del pastor protestante Naumann. A partir de 1965 la fundación abrió sedes en Argentina, Brasil, México, Perú y desarrolla proyectos en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, en Centroamérica, así como en Uruguay y Paraguay. Para ello tiene oficinas en Honduras, Nicaragua y Uruguay. En Argentina, por ejemplo, colabora con los partidos fundados por Ricardo López Murphy y por Mauricio Macri, actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

La sede del imperio

¿Qué se dice cuando se habla del "imperialismo yanki"? No es incorrecta una respuesta afirmativa, es incompleta. No son países ya los imperiales. No son los Estados los imperialistas conducidos por uno u otro gobierno. Dicen bien los estadounidenses cuando piensan en su gobierno como de una administración.

Gobernalle es el instrumento que permite fijar la dirección de un barco, gobernar, etimológicamente, es pilotar una nave. Por eso todavía suele decirse que el gobernante es quien lleva el timón de la nave del Estado; en términos políticos gobernar es dirigir, controlar, arbitrar en caso necesario, representar a toda la sociedad, conducir las instituciones estatales, lo que realiza por mediación de los poderes del Estado, su policía y fuerza armada.

En no poca medida la descripción anterior difícilmente puede aplicarse a la realidad política contemporánea. La extensión planetaria del capitalismo –el proceso de globalización, efecto de la mundialización de las actividades económicas no es más que una transición en marcha desde Estado (y gobiernos) fuertes arcaicos hacia nuevas formas de organización reales de las sociedades del futuro– convierte a los gobiernos en administadores de los aparatos estatales para que mejor cumplan el rol de correa de transmisión entre lo que es necesario al aparato económico, las corporaciones multinacionales, y lo que precisan las masas productoras-consumidoras para cumplir sus tareas.

El imperio lo conforman esas corporaciones; un imperio sin territorio central delimitado, esto es: sin fronteras, sin ciudad capital fija, cuyos dirigentes no son conocidos por lo que antes era la ciudadanía y no dan cuenta de sus acciones –aunque sea la masa humana la que paga sus errores y obtiene sus aciertos. Un imperio con pocos habitantes comparados con la suma de los que pueblan el planeta. Un imperio no visible todavía.

Un imperio, en definitiva, que funciona por la consecución de riquezas y poder. ¿Hay riqueza en Honduras? Si la hubiere, no importa cuan lejos esté, la larga mano corporativo-imperial se dejará caer. Como un monstruoso mosquito chupará toda la sangre que pueda.

Funciona tras la obtención de riqueza y poder, pero ¿cómo? A través de los distintos gobiernos. No importa si de segunda clase, ciudadanos del imperio necesitan plantar pinos para hacer papel; los territorios mapuche son aptos para esa siembra. Se arrasa entonces con flora y fauna, se cortan los árboles originarios y si es necesario se estrangula por hambre a sus habitantes. Tarea que cumple el Estado de Chile en Chile y de la Argentina en la Argentina.

¿El imperio necesita de la Amazonia? Pues ahí están los sin tierra y los gobiernos de Brasil. ¿Aceite? Pues se siembran en Colombia miles de hectáreas de palma aceitera. ¿Petróleo? Pues ese tal Chávez molesta: hay que eliminarlo. Bolivia es rica, pero el indio Morales… etc…

Cuando los gobiernos nacionales carecen de fuerza, para eso están los "marines"; si los gobiernos nacionales se oponen, para eso está la CIA y los yanaconas internos. Pero parece demasiado definir a los estadounidenses como imperialistas; los pobres en ese país no viven mejor que los pobres de cualquier otro lugar. Son, quizá, más ignorantes, les han lavado mejor la sesera.

Maese Obama es un buen mayordomo, como lo fue el señor Bush antes que él y el señor Clinton antes que Bush and so on

Lo vemos todo esto en Honduras como lo vimos en Brasil, en Chile y en todo el Cono Sur: las corporaciones imponen su pax corporativa a través de guerras periféricas a los territorios de sus oficinas. Y si las cosas no pintan bien o les cuesta convencer de sus propósitos, bueno, en tal caso, so sorry, ¿qué pasó con el World Trade Center?
 

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