Argentina: brutal desalojo a comunidad mapuche – II –

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

(Una primera información sobre esta usurpación fue publicada por Piel de Leopardo aquí).

(Azkintuwe Noticias). «Estamos indignados. Desalojaron a cuatro familias con niños, nos sacaron como a delincuentes y estropearon a las mujeres. A uno lo llevaron esposado, preso como si fuera delincuente. Nos tiraron todas las cosas a la calle», relató la lamngen Sofía Antreao, refiriéndose al violento operativo que los afectó en Villa La Angostura, Neuquén, Argentina, el pasado jueves 21 de abril de 2005.

En aquella jornada, un grupo de quince policías armados, desalojaron por la fuerza y a tiros a cuatro familias mapuches, quienes mantenían ocupados terrenos en el sector de subida Belvedere, los cuales reclaman como de su propiedad. Sofia Antreao, vocera de la comunidad, afectada por la represión, relató a Azkintuwe los dramáticos hechos y las acciones a emprender contra los responsables de la represión.

Cuatro fueron las familias mapuches que resultaron brutalmente desalojadas del sitio que denominan subida del Belvedere, en Villa La Angostura, la tarde del pasado 21 de abril. Los desalojados pertenecen a la comunidad mapuche Paichil Antreao, que considera suyas 625 hectáreas que están dentro del ejido municipal de la localidad neuquina.

«Estamos indignados. Desalojaron a cuatro familias con niños, nos sacaron como a delincuentes y estropearon a las mujeres. A uno lo llevaron esposado, preso como si fuera delincuente. Nos tiraron todas las cosas a la calle», relató la mujer, todavía conmocionada por la situación que le tocó vivir.

En declaraciones a Radio El Arka, Sofia informó: «La policía era de afuera, parte era de Junín de los Andes y otra de Villa La Angostura, como si con los policías de acá no alcanzara. Vinieron un montón, con colectivos y todo. También trajeron camiones de nuestra municipalidad, los utilizaron para sacarnos las cosas. Son nuestros porque nosotros los pagamos con nuestros impuestos».

Cerro Belvedere es un sitio de gran atractivo turístico que a raíz del crecimiento geométrico que experimenta Villa La Angostura, quedó situado cerca de un exclusivo barrio residencial. A fines de 2003, los integrantes de la comunidad mapuche resolvieron acampar en la zona para evitar que los intereses inmobiliarios y turísticos continuaran su avance sobre el territorio que según consideran les pertenece.

En la década de 1951/60, el gobierno le reconoció a los mayores de los Paichil Antreao un título sobre 625 hectáreas, que incluían al cerro en cuestión. Desde entonces y paulatinamente, los indígenas fueron despojados de sus posesiones y en la actualidad, sólo queda en su poder un mínimo del espacio territorial. Una de las laderas asoma al lago Correntoso, circunstancia que le otorga a la zona un gran valor inmobiliario.

Precisamente, Sofía estableció que «el desalojo se produjo en la subida del cerro Belvedere, en la comunidad Paichil Antreao. Es una zona a la que nadie le daba bolilla y ahora que se ubicaron nuestros lamgen (hermanos, cuando la que habla es una mujer), aparecen dueños… Todo el poder está acá en la Villa, es una mafia». La mujer indicó que quienes impulsaron el desalojo serían residentes en Bariloche.

«El hombre éste andaba adentro de los autos de los policías, la policía andaba con ellos. Nosotros somos pobres, no tenemos plata y entonces nos pisan», se quejó. «A ese pedazo del cerro nadie le daba bolilla y ahí había ido a instalarse la gente para hacer su quintita y criar sus animales. Entonces les empezaron a hacer la guerra». El desalojo se concretó sobre cuatro de las familias que residían en el paraje.

Ante los hechos, una delegación mapuche se dirigió al municipio de Villa La Angostura. «El intendente Hugo Panesi nos hizo esperar un poco, nos recibió y nos dijo que presentemos una nota por escrito, porque nosotros queremos una revisión de los títulos de todas las propiedades. No pretendemos que nos devuelvan todo, pero que hagan una revisión para ver cómo es que pudieron obtener los títulos los señores estos».

Sucede que a fines de 2003 y ante la acción de la comunidad, los mapuches habían logrado un compromiso por parte del municipio, según el cual no se otorgarían nuevos títulos de propiedad en la zona ni se autorizarían nuevas obras. «No se puede avanzar, está en litigio todo eso. No entiendo cómo la policía se puede poner a las órdenes de gente que tiene plata y hace lo que quiere (…) Nos mostraron la orden de desalojo pero no nos quisieron dejar fotocopia», explicó.

«Esta es toda una tramoya porque en Junín de los Andes y en San Martín también se están dando desalojos ordenados por el mismo juez. Hacen desalojos para que cada uno esté en su comunidad y no se pueda mover, es todo un complot».

En efecto, dos semanas atrás se ordenó una medida similar, en este caso contra los integrantes de la comunidad Curruhuinca que habitan en el paraje Payla Menuco, en San Martín de los Andes. Escenas idénticas se vivieron durante la semana que finaliza en territorio de la comunidad Linares, en el paraje Aucapan. La sucesión de episodios de características comunes alimenta las suspicacias de los perjudicados.

LA LEY DEL WINKA

(Por Auka Liwen)

Paradójicamente es el mismo Estado Argentino el que otorgó el título Nº 18504 en julio de 1915 y ratificó en mayo de 1942 de conformidad con la Ley Nº 1501 del 2 de octubre de 1884. Este título se extendió en virtud del art. 35 del decreto del 1 de febrero de 1940, reglamentario de la Ley 12103 (Parques Nacionales) y se expidió el 6 de abril de 1943 siendo suscripto por el Sr. Presidente de la Nación, Dr Ramón Castillo.

Así, el Estado Argentino cedió en caracter de donación las 625 hectáreas en condominio a don José María Paichil y a don Ignacio Antreao. Estas  625 hectáreas se transformaron en el lote 9 una vez planificada la colonización del Nahuel Huapi en 1902, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. A lo largo de todos estos años, por medio de todos los medios conocidos (el alcohol, el engaño, el rol que cumplieron los jueces de paz, agrimensores, intendentes, concejales, inmobiliarias, diputados provinciales), el mismo Estado fue avalando la división del territorio original, que era enajenable e intransferible, en una serie de lotes que a su vez se dividieron en más lotes, con títulos de propiedad que a la larga terminaron siendo validos para el Estado argentino.

Hoy la mitad del ejido municipal más poblado forma parte del lote 9, sobre el cual viven miles de personas. La usurpación fue larga y definitiva y es recién que a fines de 2002, la comunidad mapuche empezó a reorganizarse conformando la comunidad Paichil Antreao. Uno de los pocos lugares libres del territorio original, es precisamente, las laderas del Cerro Belvedere. Por ello, los nietos y bisnietos de aquellos mapuche que vivieron por estos valles cordilleranos empezaron a ocuparla a principios de 2004.

Infinidad de amenazas comenzaron a surfir desde entonces, ya que en este territorio –aparentemente vacio y sin edificar– una complicada red de procesos de usurpación, más la voracidad de inmobiliarias locales (una de las más agresivas y la que está llevando adelante el último remate de las tierras en cuestión es la Inmobiliaria Bessone), impulsaron este último intento por desplazar a los verdaderos dueños de la tierra.

El lote  donde sucedieron los lamentables hechos se lo atribuyen como propio familiares del ex juez de paz de Villa la Angostura, Perez Calvo. El supuesto dueño es el Sr. Miguel Angel Caffe y el lote en cuestión es el 5 f2, lote 5, fracción 3º, lote 9 de la Colonia Nahuel Huapi, tiene una dimension de 4 hectáreas. 

Según la policía, los miembros de la comunidad tienen hoy 15 días para retirar sus cosas. Mientras tanto, este fin de semana, el usurpador junto a una cuadrilla de peones  comenzó el alambrado del lote, custodiado y protegido por la guardia policial.

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