Los siete magníficos(Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet –dueña de Google–, Meta, Nvidia y Tesla) han tenido pérdidas significativas en el valor de sus acciones debido principalmente a las políticas de Trump de imponer aranceles por doquier y especialmente a China.
Según analistas de The Economist, las pérdidas de las cinco megaplataformas Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft, junto a las de Nvidia, han sido de 2,3 billones (millones de millones) de dólares en capitalización de mercado, un promedio de 14 por ciento desde que Trump asumió la presidencia ( The Economist 29/04/25, https://tinyurl.com/42zdt7wf).
Pese a ello, al primero de mayo de 2025 siguen siendo las siete empresas más grandes del mundo en capitalización de mercado y sus dueños o directores están entre los 10 hombres más ricos del planeta.
La administración Trump tampoco impidió la continuación de los juicios antimonopolios que se iniciaron durante el gobierno de Biden: Google ha sido condenado dos veces en el último año–la más reciente el 17 de abril 2025– por su monopolio en publicidad digital y búsquedas en Internet. Meta, dueña de Facebook, fue sentada este mes nuevamente en el banquillo de los acusados en un juicio por monopolio debido a la compra en 2012 y 2014 de Instagram y WhatsApp.
Las agencias antimonopolio de Estados Unidos también están demandando a Amazon y a Apple y tienen investigaciones en curso sobre Microsoft y Nvidia. Paralelamente, la Unión Europea multó este mes a Apple y Meta con 700 millones de euros, por violación de la Ley de Mercados Digitales.
Hasta ahora, los juicios antimonopolio que han atravesado varias de ellas, no han tenido impactos significativos en su férreo poder oligopólico, justamente, porque tienen gran poder de manipulación y maniobra. Han acumulado fondos inmensos que les permiten absorber las pérdidas y mantienen un rol clave en la economía global por el control digital tanto en industrias como en la propia administración de muchos gobiernos. Los juicios sirven al menos para dar testimonio público de ese poder.
Tesla, la compañía de autos eléctricos de Elon Musk, llamado el copresidente no electo
, también tuvo pérdidas severas, pero es útil recordar que las acciones de esa compañía se vieron infladas por las expectativas creadas con la elección de Trump. No obstante, Musk, tras haber terminado con el empleo de decenas de miles de personas en Estados Unidos y dañar severamente instituciones de educación, salud pública y medioambiente de ese país, se mantiene como el hombre más rico del mundo. En parte debido a que sus otras empresas como SpaceX, la empresa de implantes cerebrales Neuralink y la startup de inteligencia artificial XAI, se han beneficiado de nueva financiación.
Musk indicó en la última semana que estará menos tiempo en tareas de gobierno y volverá a ocuparse de sus empresas. Desde su puesto como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental consiguió acceso a un volumen inmenso de información digital confidencial sobre las actividades y situación económica de personas, industrias e instituciones.
Tesla y Nvidia son las empresas que más han perdido valor bursátil en estos meses, la primera debido a aranceles en los materiales que necesitan para la fabricación de autos ya que gran parte de la cadena de montaje está fuera de Estados Unidos.
La segunda, por varios factores combinados: el nicho específico de Nvidia es vender chips esenciales para el desarrollo de inteligencia artificial (IA), la gran ilusión de las titanes tecnológicas para avanzar todas las industrias y administración de cualquier cosa, incluso gobiernos. Se convirtió en un cuello de botella en el desarrollo de IA, pero la mayoría de sus chips se fabrican en Taiwán.
Las acciones de Nvidia bajaron también cuando China lanzó DeepSeek, una aplicación similar a ChatGPT, cuya producción fue seis veces más barata y no depende de los chips de Nvidia. En abril de 2025, China le prohibió a Nvidia (en retaliación por aranceles) vender sus chips de inteligencia artificial en China, lo cual según la empresa significa perder 5 mil 500 millones de dólares.
Todas las grandes tecnológicas se vieron afectadas por los aranceles impuestos por Trump, especialmente por el 145 por ciento a China. Apple, cuya fabricación de teléfonos y computadores se hace hasta cuatro quintas partes en China, consiguió en negociaciones directas con Trump, que se exceptuaran de aranceles a teléfonos y computadoras. Tim Cook, director ejecutivo de la firma, declaró que la fabricación en China hace mucho que no es por mano de obra de barata, sino porque tiene cientos de veces más personal con alto grado de capacitación en ingeniería y otras habilidades sofisticadas que no tiene Estados Unidos.
Sin duda, a las titanes tecnológicas, globalistas por naturaleza
, les disgustan algunas políticas de Trump. Aún así, mantienen una distancia cordial
, esperando su apoyo contra cualquier regulación y limitación a sus actividades y al desarrollo de la inteligencia artificial, que conlleva nocivos impactos políticos, sociales, ambientales y alta demanda de agua, energía y otros recursos.
* Investigadora mexicano-uruguaya de ETC
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