Muere el fotógrafo Sebastião Salgado

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El reconocido fotógrafo brasileño Sebastião Salgado falleció este viernes (23) , a los 81 años. La información fue confirmada por el Instituto Terra, fundado por él y su esposa, Lélia Wanick, a través de las redes sociales. “Con inmensa tristeza, anunciamos el fallecimiento de Sebastião Salgado, nuestro fundador, maestro y eterna inspiración”, se lee en el comunicado. El artista visual deja una obra extraordinaria de imágenes, plenas de estética y compromiso social sobre la condición humana y la vida en el planeta Tierra

Nacido el 8 de febrero de 1944 en Aimorés, Estado de Minas Gerais, Brasil, fue un fotógrafo de renombre internacional conocido por su enfoque en temas humanitarios y sociales. Licenciado en Economía, Salgado inicialmente trabajó en el campo económico, pero en 1973 decidió dedicarse a la fotografía. Esta transición le permitió documentar situaciones humanas conmovedoras, dando voz a comunidades a menudo ignoradas. Su perspectiva única, forjada por sus experiencias en el extranjero, le otorgaron una visión integral de temas globales, que se reflejan en su obra.

El brasileño Sebastiao Salgado gesticula frente a su obra en la galería Bene Taschen, durante su exposición "Gold" en ColoniaDurante más de cuatro décadas, Salgado exploró diversas regiones del mundo, capturando escenas de la vida cotidiana y grandes eventos socioeconómicos. Sus proyectos más emblemáticos  incluyen Trabajadores y Éxodos, centrados en la migración y el trabajo humano, retratando las condiciones de vida de las personas de manera conmovedora y reflexiva. Este enfoque le ha valido numerosos premios, consolidándolo como uno de los fotógrafos más influyentes de su generación. Su estilo se caracteriza por un exquisito manejo del blanco y negro, que aporta profundidad emocional a sus imágenes.

Sebastião fue mucho más que uno de los mejores fotógrafos de nuestro tiempo. Junto a su compañera de vida, Lélia Deluiz Wanick Salgado, sembró esperanza donde había devastación e hizo florecer la idea de que la restauración ambiental es también un profundo gesto de amor por la humanidad. Su lente reveló el mundo y sus contradicciones; su vida, el poder de la acción transformadora, escribió el instituto en un comunicado. Sebastiao Salgado en el Museo

Junto a su esposa, Lélia Wanick Salgado, emprendió el proyecto Instituto Terra, una iniciativa dedicada a la reforestación en Brasil. Su serie Génesis refleja este interés por la naturaleza, mostrando paisajes vírgenes y culturas tradicionales.

A través de su trabajo, Salgado busca no solo documentar la realidad, sino también inspirar a la acción y reflexión sobre el impacto humano en el mundo.Fundado en 1998 por Salgado y su socio, el Instituto Terra busca recuperar la cuenca del río Doce de la deforestación, habiendo plantado más de 2 millones de árboles y revitalizado 2.500 manantiales. Salgado decía que trabajar la tierra lo curaba.

Fundó el Instituto Terrapara regenerar los bosques y la biodiversidad desaparecidos debido a la deforestación, un exitoso proyecto al que hasta en 2022 se habían sumado unos tres mil propietarios de tierras. En 2023, defendió a jóvenes ecologistas y activistas que protestaban en museos, rutas y sedes de empresas, y pidió “comprender su radicalismo”. “¿Quién tiene el futuro comprometido? Los jóvenes. Tienen una preocupación enorme por el momento que estamos viviendo […]. Están desesperados y se hacen radicales. Su comportamiento es normal», respondió, mientras en Europa se condenaba a los grupos de activistas.

El fotógrafo, que vivió en París, Francia, deja dos hijos, Juliano y Rodrigo, y dos nietos, Flávio y Nara. Últimamente, enfrentaba complicaciones de salud derivadas de la malaria contraída en la década de 1990. Retrató durante cinco décadas lo mejor y lo peor del planeta, elevó el fotoperiodismo a la categoría de arte e hizo del blanco y negro su gran sello

Nacido en 1944 en Aimorés (MG), Salgado comenzó su carrera en 1973 y desarrolló proyectos fotográficos en más de 100 países. Una de sus obras más conocidas e importantes fue una serie de imágenes en blanco y negro en el libro Serra Pelada (1999), un sitio de extracción de oro en la Amazonia en la década de 1980.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva lamentó la muerte de su compatriota. “Recibimos una noticia muy triste […] la muerte de nuestro compañero Sebastião Salgado, si no el más grande, uno de los más grandes y mejores fotógrafos que el mundo ha dado”, dijo  en un acto en Brasilia.

A lo largo de su carrera, Salgado ha tomado posición en la lucha por la dignidad de los trabajadores. Con su reconocida cámara, documentó la lucha del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) en varias ocasiones, como la ocupación de la hacienda Giacomet-Marodin, en Paraná, y el triste episodio de la masacre de Eldorado de Carajás, en Pará. “Me di cuenta de que las instantáneas me producían más placer que los informes económicos”, reveló.

Exposición "Amazônia", en el Centro de Ciencias de California
La exposición «Amazônia» recorrió el mundo

En homenaje a Salgado, el MST señaló que “Su partida es una inmensa pérdida para el arte, para los derechos humanos y para todos los que creen en la imagen como instrumento de transformación social”, dice el texto. “Fue uno de los impulsores de la construcción de la Escuela Nacional Florestan Fernandes, donando fotografías y fortaleciendo el proyecto de formación política y emancipadora que la escuela representa”.

En 2003, durante el Foro Social Mundial, en Porto Alegre (RS), Sebastião Salgado fue uno de los padrinos presentes en la ceremonia de fundación de la publicación Brasil de Fato , que llenó el Auditorio Araújo Viana. El fotógrafo se sentó en la mesa junto al escritor uruguayo  Eduardo Galeano , la médica cubana Aleida Guevara, hija del Che, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, la argentina Hebe de Bonafini, líder de las Madres de Plaza de Mayo, el teólogo Leonardo Boff, João Pedro Stedile, líder del MST.

Salgado deja un icónico testimonio de centenares de viajes, que publicó en grandes revistas como Life y Time, además de fotolibros, y que exhibió en museos de capitales del mundo. Residió en París buena parte de su vida; en 1979 se unió a Magnum Photos y en 1994 creó su propia agencia, Amazonas Images.

Recibió prestigiosos galardones, como el Príncipe de Asturias en 2007 y el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad en 1989 y fue protagonista del documental nominado al Oscar La sal de la tierra, de Wim Wenders, de 2014, sobre sus viajes a lugares recónditos como el Círculo Polar Ártico y Papúa Nueva Guinea, que alimentaron su libro Génesis, de 2013. De la infancia en las haciendas de su padre ganadero, decía haber aprendido la paciencia para saber esperar “la fracción de segundo” que todo fotógrafo busca captar.Fidel Castro, rodeado de los fotógrafos Sebastiao Salgado, a la izquierda, y Abbas, con barba, a la derecha, en la VI Cumbre de Países No Alineados en septiembre de 1979 en La Habana, Cuba

En África, donde se sentía “como en casa” por su peso cultural en Brasil desde los tiempos de la esclavitud, llevó a cabo sus primeros reportajes sobre sequías y hambrunas en países como Níger y Etiopía, lo que le abrió la puerta de la legendaria agencia Magnum en 1979, donde por una vez fue fotógrafo de una primicia mundial: el intento de asesinato de Ronald Reagan en 1981, que presenció cuando cubría un acto del presidente en un hotel: tomó 76 fotos en 60 segundos.

De Ruanda a Guatemala, pasando por Indonesia y Brasil, documentó hambrunas, guerras, sequías, migraciones forzadas, ecocidios y explotación laboral en el tercer mundo con la mirada empática y no condescendiente “de quien viene de la misma parte del mundo”, como solía decir. El universo en blanco y negro de Salgado, de estética elegante, también fue una celebración de los paisajes más bellos, como los “ríos voladores” de la Amazonía, y a la vez un aviso de la necesidad de protegerlos ante la emergencia climática.

Antes de disparar “hay que estar ligado al fenómeno”, explicaba Salgado, justificando el tiempo pasado con las personas retratadas con las tres cámaras Leica que llevaba colgando alrededor del cuello. La fotografía era para él “una forma de vida”. “Corresponde a mi ideología […] mi actividad humana y política, va todo junto», dijo a la AFP en 2022, al presentar en San Pablo la exposición Amazonía, fruto de un trabajo de siete años en la mayor selva tropical del mundo.

Comprometido con la causa climática, Salgado fue un crítico feroz del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) por su política de abrir la Amazonía a actividades como la agricultura y la minería. Preguntado por lo aprendido a lo largo de su periplo planetario, Salgado resumió en 2016: “Que existe una cosa artificial que se llama fronteras. En todas partes, vi al mismo ser humano. El extranjero no existe».

Obras

La documentación del Amazonia fue uno de sus grandes temasOtras Américas (1986), su primer libro, retrató a los pobres de América Latina, señalando su determinación de mostrar la importancia de la dignidad humana y la violación de sus derechos. El hombre en pánico (1986), sobre la sequía en el norte de África, fue el resultado de una colaboración con la ONG Médicos Sin Fronteras que cubría la sequía.

En Trabajadores , Salgado retrató el trabajo manual en todo el mundo en registros de un largo proyecto, que tuvo lugar entre 1986 y 1992. El desplazamiento masivo de personas fue el objetivo de su producción entre 1993 y 1999, dando como resultado Êxodos y Retratos de Crianças do Êxodo , publicados en 2000.

Se publicaron otros seis libros hasta 2016. El documental O Sal da Terra (2014), codirigido por Win Wenders y Juliano Salgado, hijo del fotógrafo, retrata con sensibilidad la trayectoria del profesional.

La nueva exposición de Sebastião Salgado eleva la protesta contra la desforestación de la Amazonia | Euronews

Sebastião Salgado's Amazon photo exhibit raises hard questions - Los Angeles Times

 

 

 

 

 

 

 

 

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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