La misión que navegaba hacia Gaza con el objetivo de entregar comida, medicinas, potabilizadores de agua y material ortopédico fue abordada por la marina sionista en aguas internacionales. La organización se negó a detener su camino hacia la Franja y el régimen de Netanyahu decidió interponerse en su camino. Los activistas detenidos fueron conducidos a Israel para su posterior deportación.

La flotilla humanitaria, como se esperaba, fue interceptada a menos de cien millas de Gaza por la armada israelí. Un número impreciso de naves, las de mayor porte, terminaron su viaje invadidas por marinos del régimen sionista después de una tarea de ablande apenas entrada la noche del miércoles al jueves.
La amenaza de abordaje se cumplió y los barcos que llevaban hacia Palestina alimentos, agua y medicinas no pudieron llegar al destino fijado. Su objetivo era abrir un corredor martítimo que permitiera entregar la ayuda. Pero el gobierno de Benjamín Netanyahu lo impidió, como ya lo hizo reiteradas veces por tierra con cargamentos semejantes que profundizaron la hambruna en la Franja.

Voces provenientes de la flotilla describían dos situaciones hasta que le interrumpieron el paso en aguas internacionales. La tranquilidad de los tripulantes para asumir el acto de piratería y un pedido de difusión de los hechos para que los 44 países de donde provienen los activistas presionen a Israel. El régimen de Netanyahu por medio de su cancillería anunció que había “detenido varios barcos de la flotilla” y que “los pasajeros están siendo trasladados a un puerto israelí».
Entre los barcos abordados por fuerzas navales del gobierno sionista estaban el Adara, donde viajaban dos diputadas, la argentina Cele Fierro y la española Pilar Castillejo y su capitán, el concejal por Barcelona, Jordi Coronas. Además, otras naves como el Alma, Aurora, Dir Yassine, Grande Blu, Huga, Sirius, Spectre y Yulara, según informaciones provenientes de la propia flotilla, habían sido interceptadas. Antes a sus tripulantes se los atacó con cañones de agua, se los iluminó con reflectores para identificarlos, interfirieron sus comunicaciones y hasta una embarcación – según denunció la organización – fue embestida en el mar.
Entre los detenidos se encontraba la activista sueca Greta Thunberg, referente de la misión humanitaria que había partido de Barcelona el 31 de agosto pasado. El abordaje de la armada israelí coincidió con el Yom Kipur, el día del perdón para los judíos.
Informaciones surgidas de la propia flotilla dieron cuenta de que algunos veleros menores lograron evitar el abordaje y huían hacia las costas de Chipre o alta mar. Durante el operativo de intercepción y al verse rodeados, los tripulantes arrojaron sus teléfonos celulares al mar para no dejar rastros de sus comunicaciones y contactos al régimen sionista y su servicio de inteligencia, el Mossad. El dato fue confirmado desde el navío Captain Nikos, donde viajaba un periodista del diario El País de España.

Los integrantes de la flotilla, según el español Manuel, dispararon una bengala con la esperanza de que los gazatíes la vieran desde la Franja. Antes de ser interceptado su barco, comentó que habían llegado “a algo menos de 50 millas de tierra” y que esperaban “un abordaje pirata porque estamos ante un acto de ilegalidad realizada por un estado que se caracteriza por el uso de la violencia y el terror y ahora vamos a estar en sus manos y en sus cárceles de una forma absolutamente ilegal”.
Desde el Adara, Cele Fierro fue una de las primeras en informar que habían sido “interceptados con barcos que nos iluminaban desde todos lados”. Pese a las condiciones de acoso y represalia de la marina israelí, el ánimo de los embarcados era alto y no había hecho mella en ellos el viaje de un mes, lleno de contratiempos por las mareas, los problemas técnicos en varios barcos y los ataques con drones que recibieron en el puerto de Túnez y en aguas territoriales de Grecia, muy cerca de Creta.
La represión a la flotilla ha despertado un gran movimiento de solidaridad internacional. Desde Italia, algunos gremios como el de estibadores anunciaron que paralizaran todas las actividades. La organización de la Global Sumud también alertó que “se dañaron intencionadamente las comunicaciones de los barcos, en un intento de bloquear las señales de socorro y detener la transmisión en vivo de un abordaje ilegal”. Israel no pudo impedir que se difundieran las imágenes del operativo nocturno. Fracasó en el intento.
* Periodista y docente por concurso de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la materia Taller de Expresión III, y de la tecnicatura de Periodismo Deportivo en la Universidad de La Plata (UNLP) en la materia Comunicación, Deporte y Derechos Humanos. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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