Todo está listo para definir este domingo si Chile mantiene el curso de centroizquierda actual o gira a la derecha: de cara a una elección polarizada, la comunista Jeannete Jara y el ultraderechista José Antonio Kast, quienes lideran las encuestas, cerraron sus campañas con masivos actos en Santiago: marcados por discursos con promesas de seguridad y un especial énfasis en la lucha contra la delincuencia.
El próximo domingo (16 de noviembre) también se renovarán los 155 escaños de la Cámara de Diputados y 25 del Senado. Estos comicios, regidos por la incertidumbre del restablecimiento del voto obligatorio y bajo un clima político fragmentado, pondrán a prueba la capacidad del país para procesar democráticamente las tensiones acumuladas desde el estallido social de 2019, los fracasos constituyentes y una ciudadanía cada vez más desconfiada de las élites políticas.
Tras dos procesos fallidos para redactar una nueva Constitución —primero bajo la hegemonía progresista en 2022 y luego bajo el predominio conservador en 2023—, Chile continúa rigiéndose por la Carta Magna de 1980, con diversas reformas, lo que ha generado un clima de frustración y apatía que se tradujo en la baja participación de las primarias de junio pasado, donde apenas votó el 9% del padrón habilitado. A ello se suma el desgaste del gobierno de Gabriel Boric, con una coalición debilitada y niveles de aprobación en descenso.
Jara reunió a su tropa en la plaza de Maipú, en el bastión progresista del oeste capitalino, mientras Kast llenó el Movistar Arena. Kast, formado en el seno de la derecha más rancia de Chile, es el opositor que mejor mide en las encuestas. Padre nazi, hermano ministro del dictador Augusto Pinochet, se inició en las filas de los simpatizantes del dictador y hoy trata de que lo comparen con el mandatario estadounidense Donald Trump, el libertario argentino Javier Milei, el hoy preso expresidente brasileño Jair Bolsonaro, la primera ministro italiana Giorgia Meloni y el dictador salvadoreño Nayib Bukele.
Las presidenciales del domingo serán las primeras con voto obligatorio en Chile, donde el comportamiento de los abstencionistas, podría definir el resultado. La llamada fatiga electoral, factor determinante en esta elección tras el estallido social de 2019, podría explicar el nivel de participación de estos comicios aunque no se descarta que influya también el cambio de voto voluntario a obligatorio y el del flamante sistema de registro automático para sufragar.
JJ, la favorita
Las encuestas ubican a Jara, líder del Partido Comunista, como favorita, aunque sin el porcentaje suficiente para triunfar en primera vuelta. Kast, abogado ultraconservador y líder del Partido Republicano, figura segundo, pero con altas probabilidades de imponerse en un eventual balotaje el 14 de diciembre, de lograr la adhesión de los demás candidatos de la derecha y ultraderecha: el libertario Johannes Kaiser y la candidata de la derecha tradicional Evelyn Matthei.Rodeada de banderas rojas y pancartas sindicales, Jeannette Jara, de 51 años, cerró su campaña prometiendo «dignidad, trabajo decente y salarios justos». Con un tono enérgico, aseguró que su propuesta va más allá de una candidatura: «En esta elección se decide una mirada de país. Vamos a hacer que cada familia chilena llegue tranquila a fin de mes», dijo ante la multitud. Vestida con un traje púrpura y acompañada por su hijo de 19 años, enfatizó que de ser electa reforzará la seguridad pública y combatirá «la ruta del dinero sucio», en alusión a casos de corrupción que salpican a sectores empresariales.
«Representamos un proyecto que mira al futuro, mientras ellos (en referencia a Kast) apuestan por el miedo, el odio y la desesperanza», afirmó. Jara, la primera candidata presidencial comunista de la centroizquierda. Viene de una de las comunas más pobres de Santiago, y se presenta como moderada, dialoguista y muestra las políticas que llevó adelante en su cargo como ministra del Trabajo y Previsión Social del gobierno de Gabriel Boric, entre las mejores evaluadas de la gestión. La comparan con la popular exmandataria, Michelle Bachelet.

Para los analistas no será fácil una victoria con la derecha tradicional de Evelyn Matthei o el ultraderechista, José Antonio Kast, en medio de una fuerte “campaña del terror” anticomunista.
La «mano dura» y el orden
«Más chileno que los porotos»: así se definió Kast en una entrevista, cuando le preguntaron sobre su ascendencia alemana. «Hijo de alemanes, sí. Pero yo, chileno», siguió. Kast se presenta desde 2021 como el candidato del cambio y «del sentido común», aunque no es un intérprete de la nueva política. No es un outsider: su padre abandonó Alemania tras la derrota nazi. Kast, cerró su campaña rodeado de unas 10.000 personas que lo ovacionaron al grito de «orden y libertad».
«Queremos un país donde el delincuente tenga miedo y el ciudadano camine libre. Sin orden no hay libertad, y sin libertad no hay futuro», lanzó el líder republicano, que propone un «gobierno de emergencia» para frenar la delincuencia y una reducción fiscal de 6.000 millones de dólares en 18 meses. Fiel a su estilo ultraconservador, Kast acusó a su rival de ser «la continuadora de un gobierno fracasado», en referencia a la administración de Gabriel Boric, y reiteró su compromiso de endurecer las políticas migratorias, un mensaje que resuena entre los votantes preocupados por el aumento de la migración irregular, que según cifras oficiales afecta a más de 337.000 extranjeros indocumentados.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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