Antonio Turiel - The Oil Crash
Como cada año, llegamos a ese momento en el que hacemos un resumen de los eventos más importantes que han marcado su devenir, principalmente desde el punto de vista de la crisis de sostenibilidad en la que estamos inmersos, sin descuidar cada uno de sus aspectos: ambientales, de recursos y sociales. Y este año ha venido especialmente cargado de eventos, por desgracia, por todos los frentes.
– La presidencia de Trump
Enturbian aún más la situación doméstica los actos de violencia política (como el asesinato de Charlie Kirk) o la turbia historia con los archivos de Jeffrey Epstein. Mientras tanto, en el frente exterior la política del Sr. Trump ha sido todavía más destructiva: aranceles (que propone o quita en función de la capacidad de coacción del otro, especialmente ridícula la actuación de los EU con los aranceles a China), afán expansionista (ahí tenemos las declaraciones de Trump diciendo que necesitan Groenlandia o que el petróleo de Venezuela es suyo) y en general un alto grado de injerencia geopolítica, con resultados que van a acabar siendo desastrosos.– El reagrupamiento geopolítico:
Por si fuera poco, los BRICS están consolidando su sistema de intercambios bancarios y cada vez se están usando más sus propias monedas, como los rublos y los yuanes, para los intercambios de materias primas, debilitando así el papel del dólar como divisa de reserva. Quizá los EU han entendido que ya no van a poder imponer su moneda al resto del mundo, y que su «privilegio exorbitante» está llegando a su fin: de ahí los aranceles y de ahí su prisa por forzar su propia reindustrialización. El problema es dónde queda Europa en todo esto.
– El hundimiento de Europa:
Europa se está quedando sin escapatoria. Abandonada por los EU en una guerra imposible de ganar en Ucrania, carente de energía barata para poder mantener su industria (el gráfico que acompaña estas líneas ilustra el hundimiento del sector industrial en Alemania desde 2017), con un modelo de transición energética que está fracasando por falta de tecnologías palanca capaces de producir una verdadera substitución energética…
Europa no sabe a dónde va, porque en ningún momento ha contemplado la posibilidad de que su plan de transición y en general sus políticas no tuvieran una base técnica: el dominio de los tecnócratas formados en escuelas de negocios ha descuidado la comprensión de las leyes más básicas de las ciencias naturales, desde la Física a la Biología, pasando por la Geología y la Química.
Nuestros líderes están desorientados y al tiempo se echan para atrás en la prohibición de coches con motor de combustión interna para 2035 pero siguen adelante con la idea del rearme mientras proponen 47 proyectos de minas para la extracción de minerales estratégicos en el todo el territorio de la Unión Europea (Ue). Mientras tanto, la intención de voto a los partidos de ultraderecha sube en toda la Ue, como respuesta a la demostrada inoperancia de los desnortados partidos tradicionales. Europa no sabe a dónde va, Europa va a la deriva y probablemente se va a estrellar contra algo.
– La guerra de Ucrania:
Ucrania tiene problemas para seguir reclutando, en tanto que Rusia utiliza mercenarios de otros países afines y al mismo tiempo ha impulsado su propia industria armamentística. Las consecuencias de todo esto son claras, aunque sé que resulta de mal tono decirlo: la realidad es que la guerra se está perdiendo, el frente colapsa por diversos sitios y las fuerzas ucranianas ya no están en condiciones de evitar el avance de los rusos, solo de retardarlo. Europa no tiene un plan B, en tanto que los americanos ya están pensando en otras cosas…
– El genocidio en Palestina:
Hace más de dos años que Israel comenzó una campaña de exterminio sistemático de la población palestina, sobre todo en la Franja de Gaza. Hay decenas de miles de muertos, posiblemente centenares.
Naciones Unidas declaró la situación de hambruna, consecuencia de las política de bloqueo de acceso de alimentos y medicamentos a la Franja. Precisamente para intentar forzar ese bloqueo, varias flotillas han intentado llegar a la costa de Gaza, sin éxito, pero por lo menos han servido para aumentar la conciencia en el mundo occidental de la salvajada injustificable que está pasando en este rincón del mundo.
En este momento, se supone que se ha iniciado una tregua y un proceso de paz, pero Israel sigue matando varias decenas de palestinos cada semana, y la vida en la Franja sigue siendo durísima. El exterminio sigue, solo que a otra intensidad; y por desgracia esta estrategia ha funcionado, ya que los medios de comunicación occidentales efectivamente han reducido la intensidad de su cobertura de esta tragedia.
– Año de incendios:
El año 2025 se estrenó con unos incontrolables fuegos en California, que amenazaron zonas muy pobladas y que causaron la destrucción de unas 18.000 viviendas y la muerte de hasta 400 personas (las estadísticas son muy variadas por la disparidad en la consideración de la causa de muertes, por ejemplo por inhalación de humo).
Después, y como se está convirtiendo en costumbre, una nueva oleada de fuegos en la Columbia Británica, en Canadá, con la destrucción de casi 900.000 hectáreas de bosque. Y en España el mes de agosto vio incendios de grandes proporciones en el noroeste y en particular en mi provincia natal, León, con 135.000 hectáreas quemadas tan solo en Castilla y León. La sensación de impotencia, el abandono, la indiferencia y que a pesar de la tragedia nada cambie, todo eso contribuye a que este episodio en particular sea una de las píldoras más amargas de tragar este año para mis paisanos.
– Eventos extremos:
A pesar de que el calentamiento global sigue acelerándose, 2025 no ha sido un año pródigo en eventos extremos: ha habido, por supuesto (por ejemplo, la tempestad que inundó la localidad marroquí de Safi causando 37 muertes hace un par de semanas), acompañado de otros eventos inusuales como la nevada en Arabia Saudita o los 20 grados que se marcaron ayer en Islandia, por encima de la máxima habitual en junio.
Pero afortunadamente este año no han sido pródigo en eventos extremos particularmente en España, y los que han habido han tenido una extensión espacial y temporal limitada. A una escala mayor, la temporada de huracanes de 2025 ha cerrado con uno de los conteos más bajos de la historia reciente, aunque con huracanes más fuertes.
La causa de que se formen menos tempestades posiblemente tiene mucho que ver con una atmósfera mucho más inestable y mayor cizalla horizontal, que inhibe la formación de procesos convectivos. Eso sí, cuando se forman son más violentos. Qué pasará a medida que la energía disponible sea mayor, siguiendo el proceso de calentamiento, es algo con lo que solo podemos especular, pero la intuición es que veremos eventos nunca antes vistos por su violencia.
– Protestas pro-Palestina en España:
España es uno de los países de Europa donde ha habido mayor concienciación de lo que está pasando en Gaza y donde la población ha podido más abiertamente manifestar su repulsa contra esta aberración, particularmente con motivo de la Vuelta Ciclista y el repudio a la participación de un equipo israelí.
Todo comenzó con 5 manifestantes que cortaron la carrera unos minutos en Figueres, la localidad que me ha adoptado; al día siguiente, fueron 10 en Olot, pero más de 100 se manifestaban en la calle; en pocos días, centenares de manifestantes abarrotaban las calles del País Vasco, luego Cantabria, luego Asturias, Galicia y para finalizar miles de personas impidieron el transcurso habitual en Madrid.
Unas semanas más tarde, las protestas se generalizaron en toda España con motivo del apresamiento de la Global Sumud Flotilla. En el momento actual, España se ha retirado del concurso de Eurovisión, y es posible que haya algunos boicots adicionales a actividades deportivas donde participe Israel. Solo el tiempo dirá si estas protestas han llegado para quedarse.
– Ascenso de la ultraderecha en toda Europa:
Partidos que para nada cuestionan la inviabilidad económica del capitalismo, y que centran sus «soluciones» en la persecución del diferente, en la criminalización de los emigrantes y en su furibundo ataque a lo que suene vagamente a ecologista. El objetivo más o menos declarado es que para superar la actual crisis social y económica lo que hace falta es más capitalismo, no menos. Muchos de estos partidos cuentan con un buen respaldo financiero, y obviamente su programa político es del gusto de una parte de las élites económicas.
– Sobra petróleo…:
Llegamos al final de 2025 con un precio del barril de petróleo más que moderado, en el entorno de los 60 dólares para el barril de Brent. No solo eso, la narrativa en el mercado es que está «inundado» y que va a sobrar petróleo durante años, y que nos esperemos precios de hasta 30 dólares el año que viene.
Sin embargo, este discurso oculta algunos aspectos importantes. Uno de ellos, que tan importante como el incremento de oferta es la caída de la demanda, sobre todo en Alemania y otras naciones de Europa. Por otro lado, el incremento se basa de manera muy importante en el petróleo de fracking de los EU, en lo que puede ser su canto del cisne. Pero además esta abundancia oculta carencias graves y sistemáticas, y en particular del tipo de petróleo necesario para producir diésel (del que, como sabemos, hay una carencia estructural desde hace años). No deja de ser significativo que a los EU se les haya dado ahora por incautar petroleros venezolanos…
– … pero faltan muchas materias primas:
Muchas materias primas están cotizando a precios de récord. En el caso de algunas, como el oro o posiblemente la plata, se puede alegar que su condición de metales preciosos influye en la actual escalada de precios, ya que se buscan valores de refugio. Pero eso no justifica la subida incesante del precio del cobre, que toca máximos históricos.
su extracción posiblemente ha tocado su pico, o está a punto de hacerlo. Incluso sin haber llegado a sus probables máximos de extracción, la producción ya no puede aumentar significativamente, y eso dispara su escasez y su precio, sobre todo en un momento en que su demanda es muy alta por los requerimientos tanto de la transición renovable como de las nuevas tecnologías. La creciente escasez de metales de interés industrial va a ocasionar graves problemas económicos en los próximos años, y tiene un potencial destructivo comparable al del propio peak oil.
– El apagón en España:
Este 2025 que pronto se despide ha visto también un apagón en España, que se produjo a las 12:33 del día 28 de abril. Un apagón cuyas causas y consecuencias ya hemos discutido varias veces, y que en particular está precipitando la debacle del modelo de Renovable Eléctrica Industrial (REI).
Para garantizar la estabilidad de la red, se mantiene cierta cantidad de generación eléctrica usando centrales de gas de ciclo combinado, lo cual encarece la factura y además disminuye el ya reducido margen de utilización de las plantas renovables, hundiendo aún más su rentabilidad, ya muy afectada por los crecientes curtailments. Todo lo cual era muy previsible y sobre lo que nadie ha querido actuar.
– El hundimiento del REI:
Desde principios de año, y no solamente en España, se está produciendo un fuerte desinversión en la renovable eléctrica. La reevaluación de los costes operacionales de la eólica, y particularmente de la eólica marina, reflejan una baja o inclusive negativa rentabilidad. En cuanto a la fotovoltaica, dada su intermitencia y características, hacen falta muchos sistemas instalados pero compiten unos con otros cuando producen (lo que a veces se denomina canibalización), y también dejan de producir a la vez.
Este problema no tiene ninguna solución, ya hace años que lo llevamos comentando, y encima tampoco se están introduciendo masivamente tecnologías palanca (como el coche eléctrico o el hidrógeno verde) para aprovechar el excedente porque simplemente no funcionan como estaba previsto, la tecnología no tiene las capacidades que se le presuponían.
Para acabar de redondear la tragedia, se acaban los fondos NextGenerationEU, y encima no se van a poder cumplir algunos compromisos contractuales de suministro. El REI muere. Nadie lo va a reconocer, y se disimulará con pequeños proyectos que seguirán adelante, pero esto se acaba, ya no va a volver a haber el impulso fuerte de estos años – no en España ni en Europa, al menos. Cuántas empresas van a quebrar es a día de hoy una incógnita.
– La proliferación del biogás y la biomasa:
Pero el capital lógicamente no se va a estar quieto, y ya está buscando masivamente oportunidades de inversión. Las cuales las centra actualmente en el biogás y en la biomasa – una aberración conceptual, energética y económica, aparte de social, pero que por desgracia seguramente se va a impulsar para intentar mantener rodando la pelota de nuestro insostenible sistema económico unos pocos años más.
En ese sentido, en las comunidades autónomas españolas han proliferado como setas durante los últimos los planes de biometanización y de biogás, en los que se prevé el procesamiento de centenares de miles de toneladas de residuos, en conjunto millones, sin que haya capacidad en los territorios de implantación de generar ese enorme volumen de residuos, los cuales obviamente se prevén importar de otros sitios (posiblemente, desde Europa).
Y ya comienzan a asomar la patita los planes de aprovechamiento masivo de la biomasa, primero con la excusa de la electricidad y el calor, pero ya también se empieza a mostrar el que desde luego siempre ha sido el objetivo último, hacer el proceso de Fischer-Tropsch para generar combustibles líquidos y compensar la creciente falta de diésel…
* Científico y divulgador español licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. Trabaja como Investigador Científico y es editor de The Oil Crash












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