¿Curiosidad o mera coincidencia?: embajadora en Quito sabe de golpes de Estado y también de bloqueos

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Jean-Guy Allard.*

La embajadora de Estados Unidos en Quito se distingue por sus numerosos vínculos con la USAID, cara visible del espionaje de ese país que consagra anualmente decenas de millones de dólares a intentar desestabilizar los gobiernos progresistas de América Latina. En su carrera diplomática tuvo el privilegio de interactuar con la dictadura sangrienta del general golpista guatemalteco Rios Montt —y de conspirar como alta funcionaria de la Oficina de Asuntos Cubanos.

Heather Hodges fue también embajadora en Moldavia, país que integraba la ex URSS y donde se dedicó a excitar los diferendos que este país tiene con Rusia por la región de Transnistria. Y en Ecuador, se sabe que su excelencia no perdió ninguna oportunidad de estimular el trabajo sórdido de su personal de inteligencia y de exacerbar el debate sobre un proyecto de  separación de Guayaquil promovido por una cierta derecha.

A través de la USAID, Hodges también garantiza a ONGs manipuladas por elementos de extrema derecha fondos para desarrollar sus operaciones de penetración en la opinión pública.

Su biografía oficial del Departamento de Estado cuenta que nació en Cleveland, estado de Ohio, que tiene una licenciatura en español de la Universidad St. Catherine de St. Paul, Minnesota, y una licenciatura en filosofía y letras de la Universidad de Nueva York. Y que vivió varios años en Madrid, en la España franquista de los años 70.

Llegó al Ecuador a principios de agosto de 2008, enviada por la administración de George W. Bush. Se había sumado al "staff" del Departamento de Estado en 1980 y estuvo asignada en Caracas. 

Pasó luego a Guatemala donde pudo apreciar el golpe de estado que llevo al poder al general Rios Montt  bajo el cual se aceleró la militarización del país, con la complicidad de EEUU, y se produjeron las masacres de civiles en lo que  fue el período más violento de la historia guatemalteca. En enero de 1989, pasó a ser cónsul antes de regresar al Departamento de Estado.

Sus convicciones de extrema derecha le permiten acceder en 1991 al puesto de subdirectora de la Oficina de Asuntos Cubanos, una responsabilidad directamente vinculada a las maquinaciones de la CIA. Se desempeña en esta dependencia, de pésima reputación en el Departamento, cuando acababa de derrumbarse el campo socialista y se discute el proyecto de la Ley Torricelli, que promulgó la extraterritorialidad del bloqueo sobre la isla.

En 1993, Hodges fue asignada a Managua como ministra consejera de la embajada ante el gobierno de Violeta Chamorro, que privatizó la banca, las minas, el transporte, la salud, la educación y bajo el cual subieron dramáticamente los índices de narcotráfico, analfabetismo y corrupción.

Hodges fue ministra consejera de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid, desde junio de 2000 hasta julio de 2003, bajo el régimen de José María Aznar —que la condecoró.

* Periodista.
www.voltairenet.org

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