Barbarie a la colombiana: el turno de Angye Gaona

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Surysur.*

No recojas más lágrimas, pecho blando.
Y si un niño preso llora, dirás,
y si un hombre es torturado, dirás.
Que no es tiempo de guardar la ira, te digo.
Es momento de fraguar y hacer lucir el filo.
(Angye Gaona).
Para algunos gobiernos del continente, Colombia es un ejemplo señero de democracia; para cientos de miles, millones, de colombianos, su país es sinónimo de fuga, desplazamientos forzados de poblacions, asesinatos, cárcel, silencio.

No era la voluntad del ex presidente Uribe —de quien se sospechaba (o conocía) extrema cercanía con los paramilitares y probablemente algunas narcofamilias— la causante del miedo al gobierno, puesto que pese el cambio del titular del Ejecuivo las cosas no han cambiado.

En muchas regiones de Colombia el miedo acecha, y no es miedo gratuito, es consecuencia del terror que ejerce el Estado sobre la ciudadanía. En los hechos no existen garantías constitucionales para quienes osan caminar fuera del estrecho sendero que marca el régimen, la Iglesia Católica, las fuerzas armadas, el narco o los protectores estadounidenses de semejante estado de cosas.

Grupos sindicales, políticos, estudiantiles y ciudadadanos (como el Colectivo La Base, la Fuerza estudiantil colectiva, la Asociación de santandereana de Servidores Públicos, la Coordinación Nacional Agraria y Popular de Colombia Región Nororiente, la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia Región Nororiente, el Foro Social del Nororiente, el Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez. etc…) se mueven inquietos. Es una situación insoportable: cada día detienen, asesinan o desaparecen a un opositor político, estudiante, sindicalista, sociólogo, campesino. La represión ejercida por el Estado para acallar sus reivindicaciones sociales es brutal.

Nadie está a salvo, como lo atestigua el caso de la periodista, poeta y gestora cultural Angye Gaona (Bucaramanga,1980). Uno de sus crímenes es ser una investigadora del surrealismo; otro cursar estudios de Literatura en la Universidad Industrial de Santander; quizá haber impulsado la realización de acontecimientos poéticos en Bucaramanga.

O haber cultivado la escultura y la producción radial.. Tal vez integrar el grupo Prometeo y haber sido parte de los que organizaron el Festival Internacional de Poesía de Medellín por cinco años. Alguna culpa tendrán sus poemas incluidos en antologías en Colombia y el exterior, como aquella que recoge nuevas voces de la poesía colombiana publicada por la mexicana Universidad de Monterrey.
 
De cualquier modo, el apresamiento de Angye Gaona marca unas tendencia que los hechos refrendan: pensar, en Colombia, es un crimen. Urge la movilización internacional por su liberación y para denunciar que el Estado colombiano mantiene encarceladas a más de 7.500 personas por el "delito de opinión". Una verdadera dictadura camuflada.
 

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