Las muchas penas y qué son

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Gisela Ortega.*

Pena es la aflicción el dolor, el gran sentimiento interior que sobtreviene por algún acontecimiento triste. También el castigo que se impone por alguna  falta, delito o crimen cometido; en algunos países americanos pena es vergüenza o pudor y en alguno cierta cortedad de genio. Abundemos en estos significados.

A pesar de la connotación de dolor, las penas pueden ser de formas diferentes. La pena tradicional, la pena de todos, que expresa e implica dolor, sentimiento, congoja, pesadumbre y lástima no es la única; hay otras: son aquellas que causan y  producen el mal propio y ajeno,  las penas del alma, las que sentimos cuando se desaprovechan y desperdician las oportunidades,  cuando se pierden y malgastan las posibilidades, cuando se malbaratan y dilapidan, los recursos de un país, cuando se menosprecian sus valores.

Existen formas de pena que son muy propias, la que significa vergüenza y la que supone timidez. Da pena la destrucción de la naturaleza en los medios rurales y urbanos. Da pena mostrar, en nuestro continente en todos los países, a un turista la ciudad capital. Da pena la programación de televisión. Da pena como se comportan los políticos.

La pena, no obstante, produce una serie de valores en el conjunto de personas que integran la sociedad que suponen  positivos para la población por los resultados de prevención  general.

Las penas corporales son  las que afectan la integridad física: la tortura, un trato inhumano y degradante que va contra los derechos fundamentales, pero que en  muchos países se sigue utilizando —azotes, lapidación, amputaciones, etc.—. La pena de muerte, la más drástica, abolida en muchas legislaciones.

Están las penas infamantes, que implican la pérdida del honor de las personas, comunes como sanción en los delitos militares (aunque son escasos, si alguno, los militares-dictadores y golpistas que con ellas han sido castigados).

Toda pena priva de algún derecho al condenado; impiden el ejercicio de ciertos derechos, despoja de ciertos cargos o profesiones o inhabilitan para  el ejercicio de cargos públicos durante un tiempo determinado.

Las pena privativa de libertad es la sentencia  emitida por el juez como consecuencia de un proceso penal, fijando para el cumplimento que el sentenciado quede recluido dentro de un establecimiento especial para tal fin. Ese castigo es la pena  que se impone al que ha cometido delito o falta grave para que le sirva de escarmiento. Y la multa es la pena o sanción pecuniaria que se establece por haber transgredido un precepto o cometido una infracción considerada menor.

La penitencia es la pena que sufre determinada persona, bien por voluntad propia, o porque se la hayan impuesto por el daño a otros resultante de sus acciones, es una sanción generalmente íntima, moral.

Y existe, la pena ajena. La  que pasamos por lo que hacen los demás, las ostentaciones, por las extravagancias de quienes no sienten el ridículo, por las pedanterías ajenas, por las chabacanerías de otros, por las vulgaridades que tenemos que oír y soportar, por como se comportan, por ejemplo, quienes viajan al extranjero haciendo que se juzgue por ellos y  a través de ellos a todo un país.

Y en medio de todo esto, hay quienes viven sin pena ni gloria, por tantos que lo hacen a duras penas y por ser tantas las cosas que no valen la pena.

¡Que pena.¡

* Periodista.

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