La exposición a los riesgos de inestabilidad y crisis generalmente resulta de desequilibrios macroeconómicos y de fragilidad financiera que se acentúan durante las oleadas de entrada de capitales, principalmente en tres áreas. En primer lugar, esas oleadas hacen revaluar las monedas locales e impulsan tipos de cambio insostenibles y déficit de cuentas corrientes. En segundo lugar la fragilidad financiera es causada por la extensa la extensa dolarización de los pasivos y de desajustes en las monedas. Este sería el caso cuando se toman préstamos en una moneda extranjera y a corto plazo. Cuando los flujos de capital emigran y la moneda se devalúa bruscamente, los desajustes suelen incrementar las dificultades en el servicio de la deuda y pueden desembocar en quiebras.
Finalmente, las oleadas de capital pueden producir burbujas de crédito y de activos. La expansión del crédito puede ocurrir cuando los bancos toman préstamos en el extranjero para financiar préstamos domésticos, cuando las intervenciones en el mercado de divisas no pueden ser completamente esterilizadas o cuando la afluencia de capital baja las tasas de interés a largo plazo. En la entrada de capitales que son tradicionalmente considerados como inversiones extranjeras directas se incluyen otros tipos de capitales como la adquisición de firmas existentes o inversiones inmobiliarias, que pueden crear burbujas. La reversión de los flujos de capital puede ocasionar una crisis del crédito y una deflación de activos, con severas consecuencias macroeconómicas.
* Economista Jefe del South Center con sede en Ginebra. Una versión extensa de este análisis se encuentra en el South Center Paper 37
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