Cuna de vida, caminos de sueños, puente de culturas (¡ay, quién lo diría…!) ha sido el mar. Miradlo hecho un basurero. Miradlo ir y venir sin parar.
Joan Manuel Serrat
Cuando uno mira su historia y recuerda los comentarios que recibió sobre el mar, eran ideas que expresaban futuro, bienestar y enormes posibilidades, ya que los medios y los libros nos hablaban de sus recursos inagotables y a prueba de cualquier efecto. Pero, como ya dije, la realidad es otra, y si bien el mar proveyó al país de enormes volúmenes de recursos pesqueros, que hicieron de este sector productivo uno de los más dinámicos, hoy esos ritmos resultan insostenibles. Y esto se debe a que los ritmos de la naturaleza, por más inagotable y generosa que se muestre, son siempre menores al lado de la desmesurada ambición humana.
Eso nos ha llevado a que actualmente alrededor del 60 por ciento de las reservas pesqueras en el mundo muestren señales de agotamiento y sobre-explotación. Obviamente, la extracción indiscriminada de estos recursos puede resultar en drásticos cambios de los ecosistemas o comunidades marinas, no sólo por la extracción excesiva, sino también, por los diversos métodos de pesca, que cada día resultan más destructivos para el medio ambiente marino.
Y si bien se viene alertando de manera permanente sobre este escenario y hace algunos años, en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, los gobiernos se comprometieron a cumplir en plazos determinados los objetivos de poner fin a las prácticas pesqueras insostenibles, restablecer las poblaciones de peces agotadas, instaurar una evaluación mundial periódica del medio ambiente marino y crear una red representativa de zonas marítimas protegidas, eso no ha mostrado ningún avance.
Eso se evidencia en que menos de 0,5% de los hábitats marinos están protegidos, mientras que la superficie terrestre protegida representa 11,5%. Sin embargo, hay estudios que demuestran que protegiendo hábitat marinos críticos, como los arrecifes de coral de aguas calientes y frías, las colonias de praderas marinas y los manglares, se puede lograr que aumenten drásticamente el tamaño y la cantidad de los peces, así como los beneficios consiguientes tanto para la pesca comercial en gran escala como para la local. ¿Alcanzaremos a hacer algo o tendremos que seguir celebrando el mes de mar en tan mal estado?
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* Coordinador. Oceana, Oficina para América del Sur y Antártica.
Este artículo ha sido publicado por diversos medios y portales de la internet. Lo hemos tomado del periódico digital chileno Chasquis.
(www.chasquis.cl/columna090506.htm.
Addenda.
Serán muertos para el desfile
El punto culminante del Mes del Mar en Chile son los festejos y conmemoraciones en honor del héroe marino capitán Arturo Prat Chacón, caídoen cumplimiento del deber durante la guerra llamada Del Pacífico, el último tercio del siglo XIX, triste aventura gatillada por el capital británico de la época, que enfrentó a Perú y Bolivia y Chile por los depósitos de nitrato –salitre– en los desiertos del sur de Perú, litoral boliviano y norte de Chile.
Del Combate Naval de Iquique, empero, surgen dos personalidades en cierto modo caballerescas que se empinan sobre la sordidez de esa guerra. El capitán Prat y el almirante peruano Grau, comandantes de la corbeta Esmeralda y del blindado Huáscar, respectivamente.
Los homenajes en Chile al capitán Prat tendrán lugar en todas las ciudades y villorrios del país. El mayor en el puerto de Valparaíso. Y aquí todo indica que se producirá un hecho que la mayor parte de la población ignora.
Ese hecho será la «limpieza» de la ciudad portuaria, que consistirá en la matanza de perros realengos que deambulan en las proximidades de donde resonarán las marchas y se pronunciarán los discursos.
Cuando el cambio de mando presidencial, en marzo de 2006, fueron hechos matar los perros sin dueño que normalmente merodean cerca de la sede del poder ejecutivo, no debe sorprender, así, que la misma política se aplique en Valparaíso y probablemente en otras ciudades.
Una sociedad que permite, callada y cómplice, que cuatro presos condenados a raíz de un proceso atrabiliario, amañado y soez lleven 60 días de huelga de hambre, ¿por qué habría de conmoverse por la matanza de algunos perros «vagos»?.
Redacción
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