Mauricio Otero – EL POETA CENSURADO EN CHILE

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Durante 16 años quienes se visten con el oropel del poder en el país del sur han sido –lo son todavía– incapaces de resolver el dilema clave de cualquier sociedad: cómo instruir y educar a sus jóvenes. Tuvieron que ser éstos, los jóvenes, que por virtud de su desesperada rebeldía obligaron a las instituciones del Estado y ¿formadores? de opinión a reconocer tal incapacidad e inoperancia.

Y mientras los estudiantes –adolescentes obligados a juger el rol de estadistas atrincherados en sus colegios y liceos, apaleados por la policía y, en primera instancia, ninguneados por un falto de reflejos ministro de Educación y por el del Interior con un pasado de triste memoria– mantenían en vilo a la orgullosa institucionalidad legada a la coalición en el gobierno merced a un pacto con la dictadura de 1973/90, se había producido con sigilo inquisitorial de otro tiempo un hecho vergonzoso.

La última publicación del poeta Mauricio Otero (der.) era execrada por la autoridad en educación de la ciudad de Osorno, cuna del escritor, que juzgó desde su inmarcesible altura que el libro –vaya uno a saber– no era apto para la lectura. Al parecer se requiere disponer de un criterio formado para abrir las páginas de Cordero de luz.

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El poeta habla sobre su libro

«Si bien mis dos poemarios impresos anteriores, esto es, Testimonios de El Hombre y Poema de La Creación, se ciñeron a un correlato de las escrituras sagradas judeo-cristianas, este tercer volumen se presenta con una dicotomía in escritus (…) Cordero de Luz es identificable con esa tradición, empero el lector al enfrentarse al texto hallará un “blasfemo coronado”, en un corpus sinfónico que no deja fuera elementos de ningún aspecto de la modernidad ni de la tradición.

«Vale decir, siendo un libro juzgado como “bellísimo y alucinado” por gente que ha tenido la ocasión de leerlo, toca temas de derechos humanos, política, aunque no tan directamente (…) No obstante en mi libro se encuentran poemas que enuncian problemas cotidianos, traspasados por un prisma celéride y de angustiantes velos, donde el desgarramiento son aullidos o gemidos sordos, inscritos en los versos, tensos, al límite, vibrando siempre entre la paz y el caos, como lo constituye mi paisaje austral, de lagos y volcanes, donde el Osorno, es el gigante colosal que siempre mudo (…)

«Pasamos la vida los sureños, cosidos por el telar de los cuerpos líquidos que pasan como fantasmas en tardes de aguaceros y se disipan de pronto en unos oasis de nieblas y nubes que semejan pequeños edenes encontrados en los valles, en los bosques milenarios, en los fríos vahos que emergen todo el día en un mundo de ríos que lanzan sus brazos desesperados y trémulos por todos lados, como si fueran imposibles pulpos de agua dulce que se llevaran lo que hay a su paso, arrastrando nuestra desolación y dejándonos estupefactos, en una tierra de fuego que arde como una ninfa en celo por tantos desengaños y esperanzas».

Y más adelante:

«Cordero de Luz da cuenta de un sacrificio, pero de un sacrificio por la luz, es decir, por lo que se ha dado en llamar el bien, y en ese sentido el corpus textual va demostrando ese sacrificio de múltiples formas, con desamor, dolor, angustia, desesperación, desamparo, ratos de delirio y obsesiones…

«Está constituido por voces cantantes, la voz principal… y luego las resonancias, de aquellos que le acompañan en desdoblamientos o con otras personalidades (…) Esa coralidad se expresa en temas y voces y en firmas o bien sin firmar, porque el tema enunciado en los versos va entregando esa polifonía que te hablaba antes.

«El cordero de luz, también, es mi hermano Ulises, fallecido en la dictadura con apenas veintiséis años, y es un homenaje para él (…) que fue sacrificado y en una muerte tan horrenda, no obstante nos entregó vida, no vida eterna, sino vida, amor de otro modo».

«…En el contexto general, el rol es blasfemo, a ratos luminoso, nuevamente en tinieblas, vuelve a hundirse y canta desde los abismos, gime, parece clamar, pero es un viaje eleusino, si en ello le va la vida que vendrá, la vida que ha perdido y que gana con el descenso a los límites del dolor (…) una existencia de augur en libertad, la que soñó siempre y por la cual dio su vida anterior. El sueño de un hombre nuevo, que no sabemos cómo será, que es algo en proceso, en esta globalización tan injusta y difícil y penosa para los pueblos de la Tierra, eso en el campo de la realidad, porque se trata de metafísica de hondura, desgarrada por esta modernidad mundial que golpea brutalmente al ser (…)

«Todo viaje al interior de la nada, es desamparado, no hay cobijo, ni Estado ni instituciones, nada, en absoluto, un desierto de nada, como dijo Kayham, es el ser enfrentado a lo terrible, a sus demonios, y eso debe ser y lo es siempre en descampado. (…) Se ha elegido el camino más duro, por el que nadie acude, pero es porque se volverá coronado, coronado por sí mismo, con el encuentro con su amor colosal y último, mayor que el amor humano, mayor que la muerte».

Rechazo a toda forma de censura

Giovanna Mulas, escritora italiana candidata al Nobel de Literatura 2006 y Gabriel Impaglione, poeta argentino, director de revista literaria Isla Negra se cuentan entre los primeros en alzar su voz de protesta por la ofensa a las letras, en este caso recibida por Otero. No han quedado atrás, por lo menos no en Chile, los días en que se juzgaban obras y se prohibían.

«Repudiamos la censura sufrida por el poeta chileno Mauricio Otero y reclamamos una declaracion oficial donde se condene este execrable acto y se tomen las medidas correspondientes sobre los responsables», afirman Mulas e Impaglione. Que también se preguntan:

¿Se requiere entonces » criterio formado» para ver a diario la extrema pobreza de miles de vecinos? ¿Las violaciones permanentes a los Derechos Humanos por parte de los poderes «democraticos» en diversas regiones del mundo?
¿La inmoralidad del ejemplo con que bombarbean a cada instante las pantallas del consumismo cambiando los valores humanos por iconos meramente economicos?¿ La falta de futuro de nuestros jovenes que se sienten exiliados en sus propios paises?

Piden se escriba en protesta a las siguientes casillas de correo electrónico:

:info@mineduc.cl

alcaldia@municipalidadosorno.cl

admun@municipalidadosorno.cl

El ocho de junio de este año de 2006 el periódico digital del Instituto de Ciencias Artes y Literatura Alejandro Lipschutz, de Chile, publicó la carta dirigida al ministro de Educación, Martín Zilic, por el escritor peruano Pedro Flecha. Vale la pena transcribirla:

Señor Ministro de Educación de Chile
Martín Zilic:
Respetable señor Ministro:

Consternados y con enorme preocupación, hemos tomado conocimiento que
el poemario Cordero de Luz, publicado recientemente por el
internacionalmente reconocido poeta chileno Mauricio Otero, ha sido
censurado por el Departamento Administrativo de Educación Municipal,
DAEM, de la Municipalidad de Osorno, cuya jefatura se encuentra en
manos del funcionario Mario Montesinos Henríquez, bajo la
supervisión de su Ministerio.

Las fundamentaciones que le esgrimieran fueron que «Los poemas son
algo complejos para ser comprendidos por jóvenes que están en periodo
de formación, tanto literaria como valórica. Varias imágenes
desmitificadoras requieren, para ser comprendidas cabalmente, ser
leídas por personas con criterio formado.»

Nosotros, artistas, intelectuales y ciudadanos del mundo, demócratas,
pensamos que es suficientemente decidor cuando se recurre a
planteamientos tales como «una formación valórica» y «un criterio
formado». En los momentos que vive Chile, donde sus estudiantes han
demostrado al orbe entero una capacidad intelectual y recursos
oratorios y de personalidad, nos parece muy dudoso que ellos estén
en preparación valórica y que no tengan un criterio formado, lo que
habla a las claras de los prejuicios y el descriterio con que la obra
del poeta Otero ha sido sancionada. La expresión libre, para que cada
quien saque sus conclusiones es indispensable en la formación del
criterio, informado, reflexivo e inteligente.

Justamente de lo que se trata es de combatir el fascismo del que
tanto hablamos; si nos dejamos amedrentar mientras éste avanza
inexorablemente, siendo un deber salirle al paso y rápido, a
sentencias como las de Goebbels: «Cuando me hablan de cultura saco mi
revólver».

Señalaron al vate Mauricio Otero que las páginas cuestionadas de su
libro eran la 44 y 23 en adelante, lo que viene a evidenciar aun más,
que el mundo vive entre motejaciones de corte dudosamente moralistas,
al vetar obras como el Código Da Vinci o Los Versos Satánicos, y
pensamos que en pro de una sana meditación, el gobierno chileno
debiera allanar los caminos para la abierta circulación y la
oportunidad de que los poetas vivan de su trabajo creativo, más en
tanto a las luces de la ciencia y la filosofía, si se quisiera
analizar la obra Cordero de Luz, daríamos con la sentencia de que
un propio padre de la Iglesia, San Agustín de Hipona, valida los
versos del poeta Mauricio Otero.

El personaje que se ha permitido estos juicios oficiales apuntalado
en una «moral» personal de dudoso contenido, debiera ser cuestionado
por el propio Ministerio si esta repartición del Estado de Derecho
recapacitara en la ideología que le da forma a las actividades que se
considera «pedagógicas» y que consisten en qué es «inmoral»:
¿publicar un libro de poesía o marchar militarmente con bandas de
guerra?

Un país, cuna de grandes poetas no puede permitir que la expresión
cultural más alta del ser humano sea juzgada por pacatos.
Toda censura nace del temor y de la envidia. La poesía subsistirá
por sí misma porque es la última palabra a la que el ser humano puede
recurrir.

En una circunstancia así valdría citar a Emile Zola en J’acuse:

«¡Ah! se han agitado allí la demencia y la estupidez, maquinaciones
locas, prácticas de baja policía, costumbres inquisitoriales; el
placer de algunos tiranos que pisotean la nación, ahogando en su
garganta el grito de verdad y de justicia bajo el pretexto, falso y
sacrílego, de razón de estado…Es un crimen extraviar la opinión con
tareas mortíferas que la pervierten y la conducen al delirio. Es un
crimen envenenar a los pequeños y a los humildes, exasperando las
pasiones de reacción y de intolerancia… Es un crimen explotar el
patriotismo para trabajos de odio; y es un crimen, en fin, hacer del
sable un dios moderno, mientras toda la ciencia humana emplea sus
trabajos en una obra de verdad y de justicia.»

Señor Ministro, la censura a Cordero de Luz resulta siendo a la
claridad de la Historia, un honor para el poeta. No permita que esa
potencia literaria que siempre ha sido Chile, sea arrastrada hacia
los oscuros calabozos de la intolerancia en manos de fanáticos que no
tienen autoridad alguna sobre la creatividad de nuestra especie.
Todavía está a tiempo: Sugerimos que Usted ordene se revoque dicha
prohibición y se ofrezcan disculpas públicas al poeta.

Muy atentamente
Pedro Flecha
Escritor peruano
Cusco, Perú

—————————————–

Las palabras de Otero refiriéndose a su obra se tomaron de la entrevista con Guillermo Soto para el periódico digital Gran Valparaíso. El texto completo puede leerse aquí.

La referencia a la publicación del Instituto Alejandro Lipschutz se encuentra la página www.icalquinta.cl.

El texto comlpeto de Mulas e Impaglione en Isla Negra, http://isla_negra.zoomblog.com.

Mauricio Otero es poeta, escritor y dramaturgo; nació en Osorno en1960. Ha publicado cuatro libros de poesía: «Testimonios del Hombre» (Rumbos, 1989); «Poema de la Creación» (Mosquito editores, 1995); «Poesía de ciencia-ficción» (web, 2000) y «Los tiernos condenados» (internet, 2000).
Se lo ha traducido al inglés, portugués, francés y gallego. Escribe habitualmente en diarios y revistas chilenos y extranjeros.
Su casilla de correo electrónica es:

otero.mauricio@gmail.com

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