Países andinos. – EFECTOS DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Es lo que prevé la organización Oxfam Internacional. El informe llamado Cantos de Sirena muestra los impactos negativos que los TLC con EE.UU. tendrían para la mitad de la población, que vive en la pobreza, de los tres países andinos: Perú, Colombia y Ecuador.
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Según la agencia Servindi, el informe señala también que el acceso preferencial que mantendrán los países andinos para el mercado de EEUU será «compensado» con los impactos negativos del dúmping: las duras reglas de patentes y la inversión irresponsable.

El informe se dio a conocer en momentos en que el Congreso de Perú
debatía si aprueba o no el acuerdo –que fue ratificado a fines de junio de 2006– y Colombia terminaba de negociar con EE.UU. la interpretación de algunos puntos,
sobre los que, por otra parte, había «humo blanco» más de tres meses antes. Oxfam Internacional pedía a los congresos de ambos países no aprobar el
acuerdo en su forma actual.

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Una irresponsabilidad de cara al futuro

«El TLC propuesto amenaza el sustento de millones de agricultores, quienes se verán forzados a competir con los subsidios injustos de EEUU que inundarán sus mercados y privará a los enfermos del acceso a medicamentos, reforzando las ya duras reglas de patentes en favor de las grandes compañías farmacéuticas y debilitarán las posibilidades de los gobiernos de regular el comportamiento de las empresas extranjeras», sostuvo entonces Patricia Amat, coordinadora de la
Campaña Comercio con Justicia de Oxfam en América del Sur.

El informe también señala que los TLC entre Estados Unidos y los países andinos socavan el desarrollo sostenible y la integración regional, y refuerza la necesidad de buscar y promover acuerdos que prioricen estos temas para ayudar a reducir la pobreza.

Las próximas semanas o meses serán cruciales para los países involucrados en las negociaciones del TLC. En el caso de Ecuador, las negociaciones están suspendidas, en Colombia faltan detalles para la firma del Ejecutivo y en Perú el acuerdo fue aprobado. En tanto en Estados Unidos faltaría que el congreso debata sobre los acuerdos con Perú y Colombia para su aprobación, en un contexto precedido por la difícil aprobación del Tratado de Libre Comercio con América Central (CAFTA).

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* Agencia brasileña de noticias latinoamericanas.
www.adital.com.br.

Addenda

LEGISLAR DE APURO
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El parlamento peruano en una larga sesión de 17 horas, aprobó la madrugada del 28 de junio de 2006 el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Aunque denro de lo previsto por el reglamento inteerno del congreso y otras normas legales vigentes, llamó poderosamente la atención de que una matria de tanta trascendencia como el tratado fuera discutida por elementos cuyos períodos estaban por acabar, y que insistiera en ello un presidente que deberá entregar el mando en las porócimas semanas.

Ello sin duda explica por qué un grupo de parlamentarios elegidos, pero aún no juramentados irrumpió en el hemiciclo para tratar de impedir el debate. No hubo argumentos que convencieran al congreso, y la la propuesta para el acuerdo comercial se aprobó –ratificando lo obrado por el Poder Ejecutivo por 79 votos a favor, 14 en contra y 7 abstenciones.

fotoColombia. Tampoco son fáciles las cosas en Colombia. «Para nosotros es muy importante puesto que la comunidad sabe que definitivamente el TLC que el gobierno nacional está firmando con los Estados Unidos es un tratado que va en detrimento de la economía nacional y también de la cultura y los territorios de los pueblos indígenas», señaló hace un tiempo Giovanni Yule, vocero de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca.

Los indígenas, se sabe, nunca son escuchados –más fácil resuta reprimirlos– y el viernes siete de julio de 2006 en Wáshington los mandatarios de Colombia y EEU dieron por resueltos los asuntos –pendientes desde febrero– que impedían la firma del tratado.

No eran éstas cuestiones relacionadas con la protección del desarrollo colombiano ni la exigencia de supeditar parte de su normativa jurídica al ámbito internacional –o incluso eventualmente a tribunales estadounidenses–; se trataba de algo sin duda más importante:

«Teníamos pendientes de definición en el texto del tratado el manejo de los contingentes del azúcar y de los cuartos traseros del pollo. Esos temas han quedado plenamente conciliados, acordados y sellados», informó el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Jorge Humberto Botero. El país respiró aliviado.

fotoEcuador. En este país nada es claro de un tiempo a esta parte, como no sea la voluntad popular de encontrar un camino diferente al que han hollado sus clases diriugentes por más de un siglo. El TLC, que iba –como en casi todo el resto de América– como por un tubo gobierno, tropezó con la insoslayable –e inquebrantable– codicia de la petroleras. Una de ellas, la OXY, fue castigada con el cese de sus operaciones en el territorio merced a la también insoslayable responsabilidad de pueblos originarios y sectores del pueblo.

Por fortuna a principios de junio las cosas al parecer entraron en carril: Estados Unidos no descarta la posibilidad de retomar en su momento las estancadas negociaciones de un tratado de libre comercio con Ecuador (TLC), tras la rescisión del contrato con la petrolera Occidental (Oxy), dijeron fuentes oficiales ecuatorianas.

 
La embajadora de EEUU en Quito –la virreyna, para muchos–, Linda Jewell, le dijo al ministro de Comercio que no había que perder la esperanza de negociar un TLC entre los dos países. «Hablé con la embajadora. Me dijo que no hay que perder la esperanza. Le dije que el tiempo importa. En el 2007 termina el «fast track» (vía de negociación rápida) en EE.UU. y eso complica el TLC», dijo Zevallos.

 
Agregó entonces: «No quiero forjar falsas expectativas. Sería injusto engañar a la gente. La mejor forma de liderar las causas es decir las cosas como son. La verdad es la verdad», para señalar que eiste hoy «un proceso estancado que hay que retomar». Nadie entendió a qué expectativas se refería; en Ecuador muy pocos se muestran partidarios del tratado.

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