Estados Unidos-Irán. – ¿ES INEVITABLE UN ATAQUE?

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

¿Es natural que el común de las personas no quiera la guerra? Después de todo son los dirigentes de un país los que determinan la política, y es siempre sencillo arrastrar consigo a la gente, trátese de una democracia, de una dictadura fascista, de un parlamento o de una dictadura comunista. Tenga voz o no, la gente siempre puede ser arrastrada a hacer lo que quieren los dirigentes.

Es fácil. Basta con decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y poner al país en peligro. Funciona del mismo modo en todos los países (Hermann Goering).

Una vez más se nos prepara para una guerra devastadora en Oriente Medio. «Descubren» el presunto plan de un grupo terrorista para hacer estallar seis aviones en Gran Bretaña. «Descubren» a otro grupo en Alemania que planifica hacer volar un tren. Entonces Gran Bretaña advierte a toda Europa de la amenaza de terrorismo.

Aparecen «fuertes» acusaciones de que Irán intenta comprar uranio en Congo, seguidas por un pequeño desmntido. Luego viene la publicación de las cintas magnéticas de los bomberos del 11-S junto con el emotivo filme 11-S. Y finalmente el presidente de EEUU nos advierte sobre la amenaza del «islamo-fascismo».

Se nos recuerda en forma constante que nuestras vidas están en peligro. Si no es la amenaza del gas tóxico, del ántrax, de explosivos convencionales, de bombas de radiación sucia, es algún líquido transparente inexplicado. Los objetivos favoritos son desde luego los aviones –o serán los trenes, o tal vez los barcos, o los túneles–. Los métodos que utilizan los terroristas son inagotables, así como los sitios en que pueden matarnos (vea The Great Deception). Pero a pesar de todas las guerras y los miles y miles de millones de dólares que los gobiernos vierten en esta guerra contra el terror, parece que no estamos más seguros ahora que en 2001.

Y una y otra vez el señor Ben Laden o sus lugartenientes aparecen en la televisión para decirnos que siguen en Afganistán. No llego a comprender cómo diablos el señor Ben Laden, que necesita una máquina de diálisis para sobrevivir, ha logrado ocultarse durante tres años en Afganistán. Debe tratarse de un individuo muy astuto. Pero como el odiado Goldstein de 1984 de George Orwell, el señor Ben Laden está vivito y coleando y su organización todavía nos mata …de miedo.

En estos días la gente tiene tanto miedo que si tienes cara de provenir de Oriente Medio o de Asia, presumen automáticamente que eres terrorista. Y como si faltaran amenazas, nos presentan una nueva: ser medio-oriental o asiático si vas de viaje. Sucedió recientemente en Málaga, España: dos jóvenes fueron removidos de un avión porque otros pasajeros pensaron que actuaban de manera sospechosa –es decir parecían extranjeros y hablaban en un idioma que los demás no comprendían–.

La información: «El alejamiento de los dos hombres de un vuelo de vacaciones porque los otros pasajeros temían que fueran terroristas fue condenado ayer. El par, que deben haber tenido veintitantos años y apariencia medio oriental o asiática, fueron removidos de un vuelo a Mánchester, Inglaterra, desde Málaga, España, después que otros pasajeros sospecharon de su conducta.

«Temprano el miércoles, una cantidad de pasajeros del vuelo ZB613 de Monarch Airlines abandonó el avión, negándose a volar a menos que sacaran a los dos, causando una demora de tres horas.

«Informan que los pasajeros entraron en sospechas después de escuchar a los hombres que aparentemente hablaban árabe y de ver que consultaban repetidamente sus relojes, aunque esto no ha sido confirmado por la línea aérea».

Supongo que si no instamos a nuestros dirigentes a que se apresuren a invadir Irán, tendremos que desvestirnos antes de subir a aviones, trenes o autobuses.

Se nos prepara mentalmente para lo que viene: una guerra devastadora con Irán. Esta guerra ha sido preparada desde hace tiempo y ha sido retardada por la inesperada insurgencia en Iraq
(para detalles completos lea «Why Iraq and Now Iran»). Esta guerra, en una u otra forma, es casi inevitable: el gobierno de EEUU montó un tigre y, por temor a ser devorado, no sabe cómo bajarse.

El Plan

En 1997 otro equipo de neoconservadores –que incluía a personalidades como Dick Cheney, Jeb Bush, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz Elliott Abrams, Lewis Libby, Eliot A. Cohen y otros– creó un gabinete estratégico con el nombre de Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (estadounidense). Mencionaron su visión del nuevo mundo en la declaración de principios. Habla en su favor que fueron muy honestos respecto a sus objetivos. Dijeron:

«Queremos justificar la conducción estadounidense del globo y aunar apoyo para ella. Cuando el Siglo XX se acerca a su fin, EEUU es el poder preeminente del mundo. Después de haber dirigido a Occidente a la victoria en la Guerra Fría, enfrenta una oportunidad y un desafío. ¿Tiene EEUU la visión para aprovechar los logros de las décadas pasadas? ¿Tiene EEUU la determinación para modelar un nuevo siglo favorable a los principios e intereses estadounidenses?»

Es un hecho que esta gente vio lo que era evidente para muchos otros dirigentes nacionales: el poder en decadencia de EEUU, y querían detener esa decadencia. Después de años de súper-gastos en la Segunda Guerra Mundial, y después en una carrera de armamentos con la Unión Soviética, la forma y el carácter de la economía de Estados Unidos habían cambiado. Al llegar el año 2000, era obvio que ya no podía competir con gigantes emergentes como China e India.

China, a diferencia de la Unión Soviética, no se ve entrabada por los defectos económicos inherentes al sistema comunista. Los chinos nos han mostrado cómo más de mil millones de personas que trabajan duro bajo un control centralizado pueden lograr un tremendo crecimiento económico. Y, como siempre, es la economía de un país la que apuntala su poder militar. China crece exponencialmente y con ello su prestigio y su poderío militar.

China es seguida de cerca por India y una serie de otras naciones más pequeñas, para no hablar de Rusia. A medida que estos países crecen tratan de hallar su propio sitio bajo el sol. Ya no aprecian estar bajo las sombras de un gigante (vea «Cold War II»). No se inclinan fácilmente ante los deseos de EEUU y exigen reciprocidad en su comercio, y a veces incluso pueden exigir acuerdos que les son favorables.

EEUU es un imperio en decadencia (vea «The Coming Financial Crisis») que ya no se puede ajustar a las normas –ni jamás estuvo inclinado a hacerlo–. Las conversaciones sobre ataques militares anticipados fue una señal clara del temor de que pronto no pueda ya controlar la situación. Decidieron que tratarían de detener el crecimiento y la ambición de todos los países que pudieran desafiar su hegemonía en el plano internacional. Pero un ataque anticipado es un último intento desesperado de detener lo inevitable. La locura de creer que con un ataque anticipado una gran potencia puede mantener su posición en el sistema internacional es definida claramente por el historiador Paul Kennedy:

«En lo que respecta al sistema internacional, la riqueza y el poder, o la fuerza económica y militar, son siempre relativos y así deben ser vistos. Ya que son relativos, y ya que todas las sociedades están sujetas a una inexorable tendencia al cambio, los equilibrios internacionales nunca pueden ser fijos, y es una locura del arte de gobernar suponer que alguna vez lo serán».

Estúpido o no, es exactamente lo que el actual gobierno de EEUU intenta hacer. Después de examinar todos los guiones posibles para anticiparse a la decadencia se le ocurrió una solución: el control de los campos petrolíferos. Si EEUU pudiera controlar físicamente las fuentes de la energía global, podría determinar prácticamente el crecimiento de las economías mundiales y, por extensión, los poderes militares que pudierann desafiarlo en el futuro.

Desde luego, el gobierno de EEUU podía lograr un resultado similar estableciendo alianzas con dos importantes países de Medio Oriente: Irán e Iraq, pero esto precisaría que repensara su estrategia para Israel; algo que está más allá de lo que se permite que un presidente de EEUU llegue siquiera a considerar.

Por lo tanto trataron de implementar su grandiosa estrategia. El actual gobierno de EEUU invadió y ocupó Iraq con el pretexto de la guerra contra el terrorismo. Es el momento de señalar que Iraq fue elegido en primer lugar porque era extremadamente débil. Después de ocho años de guerra con Irán, una devastadora guerra con USA y su coalición en Kuwait y casi 10 años de sanciones, no estaba en condiciones de ofrecer ningún tipo de resistencia. Además de todas estas condiciones, el gobierno de EEUU, a través de sus agentes en el equipo de la ONU en Iraq había obtenido planos de todas las instalaciones militares, e incluso había comprado al general responsable de la defensa de Bagdad.

Se preveía que una vez que Iraq estuviese ocupado y la población pacificada, las fuerzas de EEUU y Gran Bretaña darían la vuelta y ocuparían la región petrolera de Kuzestán en el sur de Irán. El área es relativamente plana e ideal para un ataque con blindados. Una vez que los campos petrolíferos estuvieran ocupados, pensaban, sería sólo cosa de tiempo antes de la caída del régimen en Teherán, preparando el camino para que se instalara allí un régimen títere.

Con bases en Iraq, Irán, Kuwait, Qatar y Bahrein, EEUU controlaría más de un 30% del gas natural de mundo y más de un 61% de las reservas probadas de petróleo crudo del mundo. China, India, la UE y otros tendrían entonces que pagar tributo para asegurar su supervivencia económica. Si eso no bastara, EEUU crearía una esfera de influencia en Iraq e Irán, análoga al antiguo sistema colonial de explotación económica.

Sé que pensarán que es algo difícil de aceptar; después de todo no podemos creer que este tipo de cosas pueda ocurrir en la actualidad. Pero suceden y lo que es más, hay quienes gustan de que sucedan. Para que se me entienda, consideremos lo que el gobierno de EEUU había planificado para Iraq.

La Autoridad Provisional de la Coalición

Poco después de la ocupación, EEUU creó la Autoridad Provisional de la Coalición (APC). La APC actuaría como un gobierno provisional hasta que los iraquíes pudieran realizar una elección y crear un gobierNo Míster Paul Bremer recibió plena autoridad para hacer lo que quisiera:

«La APC ha sido investida con toda la autoridad ejecutiva, legislativa y judicial necesaria para lograr sus objetivos, a ser ejercida bajo relevantes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, incluyendo la Resolución 1483 (2003), y las leyes y usos de guerra. La autoridad será ejercida por el administrador de la APC».

Míster Bremer fue nombrado por el presidente, el parlamento y la Corte Suprema. Comenzó de inmediato a expedir órdenes que eran, en efecto, leyes. Hay un total de 100 órdenes. Sólo puedo detallar unas pocas en este trabajo para mostrar lo que quiero decir. Algunas de sus interesantes órdenes son las siguientes:

– Orden No 39: incluye: (1) privatización de las 200 empresas de propiedad estatal de Iraq; (2) la propiedad extranjera de hasta un 100% de las empresas iraquíes; (3) «tratamiento nacional», lo que significa que no habrá preferencias para empresas locales sobre las extranjeras; (4) transferencia irrestricta, libre de impuestos de todos los beneficios y otros fondos; y (5) licencias de propiedad por 40 años.
Por lo tanto, prohíbe que iraquíes reciban preferencia en la reconstrucción, mientras permite que corporaciones extranjeras –Halliburton y Bechtel, por ejemplo– adquieran empresas iraquíes, hagan todo el trabajo y envíen todo su dinero a casa. No se les puede exigir que contraten a Iraquíes o que reinviertan su dinero en la economía iraquí. Pueden llevarse sus inversiones en todo momento y en cualquier monto.

– Órdenes No 57 y No 77: aseguran la implementación de todas las medidas instalando a auditores e inspectores generales nombrados por EEUU en cada ministerio del gobierno, por períodos de cinco años y con autoridad total sobre contratos, programas, empleados y regulaciones.

– Orden No17: garantiza a los contratistas extranjeros, incluyendo a las firmas de seguridad privadas, inmunidad total ante las leyes de Iraq. Incluso si, digamos, matan a alguien o causan un desastre ecológico, la parte afectada no puede apelar al sistema legal iraquí. En su lugar, las demandas deben ser presentadas a tribunales estadounidenses.

– Orden No 40: permite que bancos extranjeros compren hasta un 50% de los bancos iraquíes.

– Orden No 49: baja la tasa de impuestos para corporaciones de un máximo de 40% a un impuesto general de 15%. La tasa de impuesto a los ingresos también fue limitada a un 15%.

– Orden No 12 (renovada el 24 de febrero): suspende «todos los aranceles, impuestos de importación, pagos por licencias y otros recargos por bienes que ingresan o salen de Iraq». Esto condujo a la llegada inmediata y dramática de productos de consumo baratos extranjeros, devastando a los productores y vendedores locales que no tenían preparación alguna para enfrentar el desafío de sus gigantescos competidores globales.

Neocolonización

Cuando hablo de neocolonización de Oriente Medio hablo de leyes y regulaciones como éstas.EEUU, cautelando su seguridad nacional, se ha negado consistentemente a permitir que compañías o individuos extranjeros controlen las principales compañías estadounidenses. El congreso se negó a aprobar la venta de algunos puertos a una compañía de los Emiratos Árabes Unidos por razones de «seguridad nacional». Si un extranjero quiere ser propietario de más de un cierto porcentaje de una compañía estadounidense –por ejemplo, en la televisión, la prensa, etc.– tiene que convertirse en ciudadano. Sin embargo, cuando se trata de Iraq, es un país abierto en el que las corporaciones occidentales pueden hacer lo que quieran.

Pero como dicta la Ley de Murphy, si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal; y en el caso de Iraq así fue. Primero tardaron más de cuatro meses en capturar a Sadam Husein. La cantidad de soldados empleada no fue suficiente para la tarea. La gente no sólo no saludó a la ocupación con flores sino que inició una guerra de guerrillas generalizada. Ahora las tropas que supuestamente iban a dar la vuelta y penetrar en Irán tuvieron que quedarse para combatir a la insurgencia. La ONU y otros que estuvieron contra la invasión tampoco estaban dispuestos a ayudar. Habían hecho lo posible por impedir la invasión, sin éxito.

El pantano

Esto ha dejado a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña metidos en un pantano. Habían calculado que la invasión de Iraq les costaría unos 100.000 millones de dólares. Cuando Lawrence Lindsey, en aquel entonces principal consejero económico del presidente Bush, dijo en septiembre de 2002 que la guerra en Iraq podría costar «hasta 200.000 millones de dólares», fue increpado por otros altos asesores y Bush lo despidió tres meses después. Ahora se calcula que el costo total de la guerra de Iraq va a llegar a dos billones de dólares.

EEUU había calculado que con una rápida ocupación de Iraq, podrían poner en funcionamiento los pozos petrolíferos, reduciendo el precio del petróleo; también esto fracasó. Los campos petrolíferos, los oleoductos y las instalaciones han estado bajo considerable fuego de la insurgencia. Han pasado tres años desde la ocupación de Iraq y sus campos petrolíferos aún no producen ni la mitad de los cinco a seis millones de barriles por día que habían previsto EEUU y Gran Bretaña.

Los precios del petróleo han permanecido a un nivel entre 60 y 78 dólares, sin mostrar signos de debilitamiento. Eso simplemente no puede continuar. EEUU no puede aguantar algo semejante durante muchos años más. Su economía simplemente no puede vivir con esos precios y el costo de las operaciones militares en el exterior.

Todos sabemos que los precios más elevados del petróleo afectan negativamente el PIB. La única pregunta es hasta qué punto. Colin Campbell y Jean Laherrère han estudiado este problema y publicaron su resultado en el Journal of Applied Economics:

«Establecemos que en EEUU la pérdida de producción resultante de un aumento de un 100% en el precio del petróleo se incrementa de un 3,5% lineal hasta un 5% si se tiene en cuenta el efecto de escala. Entre los otros países importadores de petróleo, el aumento respectivo en la pérdida de producción resultante del mismo choque es de cerca de un 2% a un rango de 3 a 5% en el caso de países individuales del área Euro, de menos de un 1% a 2% en el caso del área Euro en su conjunto, y de valores muy pequeños a cerca de un 1% en Canadá».

Tres y medio por ciento o cinco por ciento podrán sonar insignificantes, pero recién se comienza a ver el significado de esa pérdida si se considera el monto en dólares:

(PIB de EEUU en 2005)
12,47 billones de dólares por 3.5% = 436.450 millones de dólares.

(PIB de USA en 2005)
12,47 billones de dólares por 5% = 623.500 millones de dólares.

El efecto negativo de mayores precios del petróleo en el PIB no ha sido ignorado en EEUU. La Administración de Información de la Energía (EIA) calcula que el efecto negativo de mayores precios del petróleo en el PIB se sentirá durante años.

Las opciones de Estados Unidos

Ningún gobierno en la historia de EEUU ha perjudicado los intereses de su país en una medida semejante y en tan poco tiempo como el de Bush. Este gobierno se las ha arreglado para indignar a más de mil millones de musulmanes en todo el mundo. Ha enojado a europeos, africanos, y asiáticos. Ha utilizado la amenaza de la fuerza para coaccionar a las naciones a la sumisión, y en lugar de ganar amigos ha creado enemigos en todo el globo. Rusia, China, Irán y Venezuela, sólo para mencionar a unos pocos países, están entre los que por temor (para detalles lea «Cold War II») hacen lo posible por asegurar que EEUU no se fortalezca.

Esto le deja pocas opciones. Después de destruir el equilibrio del poder en Oriente Medio, no le queda más que aceptar la nueva situación o arrojar a todo el mundo a un caos económico inimaginable.

EEUU tiene tres opciones: (1) Retirarse de Iraq, (2) llegar a un acuerdo global con Irán, o (3) atacar a Irán.

La primera opción representa una inmensa derrota estratégica; algo que afectará a todos los países en Oriente Medio. Una retirada estadounidense equivale a una derrota. Los clientes que han respaldado a EEUU contra la voluntad de sus poblaciones tendrán que dar una media vuelta y concluir acuerdos similares de seguridad con Irán, asegurando un ascenso aún mayor del poder iraní.

EEUU no puede llegar a un acuerdo con Irán y no lo hará. Después de gastar miles de millones de dólares –para no mencionar a los miles de etadounidenses muertos y heridos– quiere obtener una compensación económica y estratégica. Irán no acepta la hegemonía de EEUU y exige garantías de seguridad de que no lintentará invadirlo en el futuro, algo que EEUU no está dispuesto a conceder. Y está el aspecto de Israel.

Irán se ha convertido en el centro del mundo islámico y árabe. Los musulmanes ahora miran hacia Irán para que vele por los intereses de los palestinos. Un acuerdo global también significaría que Israel tendría que irse de los territorios ocupados y volver a sus fronteras de 1967, algo que el lobby judío en EEUU no acepta.
Esto le deja a USA sólo una posibilidad: debilitar/aislar primero a Irán (si es posible) y luego atacarlo. Toda la habladuría sobre el Tratado de No-Proliferación Nuclear y el enriquecimiento de uranio, etc. se orienta en esta dirección.

Este gobierno estadounidense se ha metido en una camisa de once varas. Está en una situación en que sólo puede perder. La única diferencia es que si ataca a Irán, se asegura de que por lo menos condena a muchos otros países al sufrimiento. El ataque, la táctica, la estrategia y las consecuencias requieren demasiado espacio para poder mencionarlas en este trabajo. Así que dejo esta parte para el próximo artículo.

Baste con decir, por ahora, que si EEUU ataca a Irán todos tendremos que acostumbrarnos a andar en bicicleta. El futuro no tiene nada de promisorio. Parece que este gobierno está determinado a destruir todo lo que no logra controlar; y al hacerlo, está perdiendo todos los controles.

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* Del consejo de redacción de CASMII. Consultor y colaborador de numerosos periódicos electrónicos. Ex profesor asociado de la Universidad Nordland, Noruega, donde reside.
Bakhtiarspace-articles@yahoo.no.
En: www.zmag.org.

Traduccion del inglés de Germán Leyens –integrante de los colectivos Rebelión –donde fue publicado– y Tlaxcala (www.rebelion.org / www.tlaxcala.es), que hemos seguido.

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