Maltratados en presunto festival. – OFENDIDOS Y HUMILLADOS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En noviembre último, el secretario general de la FPMP, René Villar, volvió a insistir respecto de mi presencia en alguno de los eventos programados por la FPMP, como lo venía haciendo durante todo el 2006 para que participara en los encuentros organizados por la entidad en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires. A todas esas invitaciones previas me negué, por razones laborales y personales. Finalmente, accedí a presentar mi libro recién publicado en el marco del citado Festival Latinoamericano de Arte.

Villar me notificó que la FPMP se haría cargo del alojamiento de mi mujer –quien es investigadora teatral y que iba a tomar parte del acto de presentación de mi libro– y del mío propio. Tanto las reiteradas invitaciones como la notificación de las condiciones de nuestra estadía en Mar del Plata fueron realizadas por Villar vía correo electrónico.

De buena fe, accedí al pedido y me trasladé con mi mujer desde la ciudad de Buenos Aires, donde residimos, hasta la sede del festival, costeando los pasajes de ida y de vuelta de mi bolsillo. foto Al llegar al hotel señalado, me entero –por el conserje– que mi reserva estaba cancelada y la habitación asignada entregada a otros pasajeros; Villar había enviado un correo al hotel señalando que mi mujer y yo íbamos a tomar la habitación el viernes 15 de diciembre. Cuando acepté la invitación, le había informado que llegaba el sábado 16 y debía partir el domingo 17 de diciembre de 2006.

Me comuniqué telefónicamente con Villar, a fin de que solucionara el problema que él mismo había originado y se presentara en el hotel para ello, pero me manifestó que vivía en las afueras de Mar del Plata y no podía concurrir antes de las dos de la tarde, cuando debía asistir a una reunión de la FPMP a realizarse en un centro cultural llamado La Rada. Me indicó que nos dirigiéramos a dicho centro cultural para reunirnos con él y que almorzáramos allí por cuenta y cargo de la FPMP.

Fuimos hasta el citado centro cultural y lo encontramos cerrado con rejas, cadenas y candados. Con mi mujer descompuesta por el viaje y al borde de un ataque de nervios, volví a la estación de ómnibus para cambiar los pasajes y volvernos inmediatamente a Buenos Aires, pero allí comprobamos que los pasajes no tenían devolución. Volví a llamar varias veces a Villar, que pasadas las 14 seguía al teléfono hogareño, y hasta pedí por favor que, dado el estado de mi mujer, me consiguiera urgente algún tipo de alojamiento, ya que, además, había alerta meteorológico (de mal tiempo) y todas las plazas hoteleras de la ciudad estaban cubiertas por los más de cuarenta mil visitantes que habían venido a Mar del Plata a presenciar un recital de rock.

Finalmente, tras una docena de llamadas, logré que Villar me indicara un hotel, mucho más que muy modesto –vamos a usar este eufemismo- donde quedaba una sola habitación sin ocupar, dado que carecía de ventilación, de teléfono y de otras necesidades básicas para un pasajero en tránsito. Insistí con las llamadas y por terceras personas me enteré de que la presentación de mi libro y todas las otras actividades culturales «previstas» por la FPMP, como consecuencia de la escasez de público asistente a las mismas , habían sido trasladadas al Centro Cultural La Rada.

Logré comunicarme telefónicamente con el presidente de la FPMP, Dardo Sextino, quien me manifestó al enterarse de los hechos que estaba dando un curso –¿un curso de qué? me pregunto yo– y que el asunto «de la hotelería», así lo denominó, no era su área. Le recordé que como presidente de la FPMP todo era su área y sólo atinó a responder: «todo se va a arreglar».

A las 18.30 me allegué al Centro Cultural La Rada –un humilde café-bar de reducidas dimensiones– que entonces sí estaba abierto y con unas 10 personas en su interior. Era el Festival Latinoamericano de Arte organizado por la FPMP.

El acto cultural que se estaba desarrollando cuando llegué –del que participaban miembros de otra entidad, la Sociedad Argentina de Escritores filial Mar del Plata– originariamente estaba previsto para las 15 y eran, como ya dije, las 18.30 pasadas. foto Me hice indicar dónde estaba Villar y le manifesté que en esas condiciones mi libro no se iba a presentar, a lo que reaccionó con la mayor grosería, elevando la voz y gesticulando, tras lo cual se retiró.

Por respeto a las 10 personas que estaban escuchando la lectura de un autor en esos momentos, me retiré yo también. Demás está decir que al día siguiente. al retirarnos del paupérrrimo hotel donde mi mujer y yo estábamos alojados para viajar a Buenos Aires, debí abonar de mi propio bolsillo la cuenta de nuestro alojamiento, pues nadie de la FPMP se hizo presente para ello, ni se comunicó conmigo por teléfono ni ninguna otra cosa parecida. para viajar a Buenos Aires.

Desde luego, tampoco nadie se disculpó por hacernos perder tiempo y dinero y ganas, concurriendo a un caótico «festival latinoamericano», con invitados del exterior (¡!) y, entre los locales, el poeta Leopoldo Castilla y la dramaturga, guionista, directora de teatro, ensayista y docente Cecilia Propato, a quienes no vi por el lugar. ¿Estaban invitados realmente todos los nombrados o solamente figuraban en el programa?

Tampoco nadie nos explicó por qué se puede faltarle el respeto a un autor que viaja 400 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para concurrir a un festival de la irresponsabilidad, la grosería y el caradurismo, sin cobrar un solo centavo y pagándose los pasajes. Tengo 50 años y he participado en varios congresos, encuentros y festivales, dentro y fuera de nuestro país y es la primera vez que me sucede algo como lo relatado. El dinero y el tiempo que perdí por mi buena fe ya no importan. Lo que sí me importa es que ningún otro colega tenga que pasar por parecidas circunstancias.

Me pregunto qué nos hubiese pasado a mi mujer y a mí si yo no hubiera llevado dinero extra para afrontar cualquier imprevisto, confiando en la previsión y la responsabilidad de la inefable FPMP, su presidente y su secretario general.

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foto
* Miembro activo de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina, de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, EEUU, con sede en la Columbia University; de la World Poets Society (Grecia); de la International Society of Writers (EE.UU.) y del Advisory Board de World Poetry Press (India). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poétes, con sede en la Universidad de La Sorbonne, París, Francia.

Addenda
El libro a que hace mención Benítez es la obra teatral 18 whiskies, recreación de las últimas horas de vida del poeta galés Dylan Thomas y análisis de su legado.
Una reseña del texto puede encontrarse en Piel de Leopardo aquí.

La pieza teatral puede ser leída en la Biblioteca Logos, aquí, donde se encontrarán mayores datos sobre el autor y sus trabajos.

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